En aras de serenar las esperanzas de unos y, el miedo de los otros, algunos insisten en que el 7 de agosto empieza un gobierno de “transición”. La mala noticia es que la gente no quiere transiciones, sino soluciones; el hambre, las cuentas en cero, y las facturas no dan espera. Colombia es un bullicio nacional que no se modera, una patria incompleta que no tiene paciencia.