La Fundación Corazón Gatuno, ubicada en zona rural de Cali, fue víctima de un ladrón de fincas y fundaciones rurales que, en una hora en la que lo dejaron solo, habría sustraído equipos y material por cerca de 10 millones de pesos.
¿Dónde estaban cuando la Alcaldía de Aníbal Gaviria vendió la mayoría de representación de UNE y cuando la administración de Federico Gutiérrez desintegró la Corporación Amigos del Museo Casa de la Memoria, y cuando capturaron a Gustavo Villegas?
Es la dimensión sofocante de este conflicto colombiano y violento –quiero creer que no se trata de sinónimos– que apenas comenzamos a comprender.
Producto de la pandemia, se ha creado una nueva degeneración de individuos que no sabrá cómo afrontar un problema en el futuro y tendrá que acudir a sus padres a fin de solucionar el lío acaecido. Desde que los padres estén vivos y todo sea en la virtualidad, no habrá inconveniente.
Si se lanza Gaviria, muy seguramente con su carisma derrotaría a Fajardo.
Tal como se ve el panorama, me temo que vendrán tiempos de vacas flacas para los municipios y departamentos por la falta de claridad en la distribución de los recursos de la nación.
La tergiversación de la información repercute no solo en el contexto político, sino en todos los contextos, y violenta múltiples derechos constitucionales.
El programa de Duque, que se negó a la iniciativa de la renta básica, solo ayudó a engrosar los bolsillos de los millonarios; pues el número de desempleados en Colombia sigue superando los 3 200 000 y las empresas quebradas aún suman más de 140 mil.
Nos encontramos en un sistema económico feudal donde los grandes poseedores de tierras han condenado al país a la improductividad.
Iván Duque ha incumplido varias promesas a los colombianos en diversos aspectos. Aquí encontrará 6 motivos para que, la próxima vez, no trague entero.