Apple Vision Pro, un producto más para la generación más triste de la historia

Existe una adicción, cada vez más generalizada, al uso de dispositivos móviles. Y, a mi parecer, a nadie le interesa que sea controlada, porque pareciera que la cantidad de dinero que eso significa, vale mucho más que la salud mental de los usuarios; o sea, vos y yo. 

Opina - Tecnología

2024-02-20

Apple Vision Pro, un producto más para la generación más triste de la historia

Columnista:

Ana Vásquez

 

Recuerdo que hace unos años vi un episodio de Black Mirror, en el que las personas guardaban sus recuerdos en un chip que les implantaban desde que eran bebés. 

Cuando vi ese capítulo, sentí cierta incomodidad, incluso podría decir que me daba miedo pensar que alguna vez algo, siquiera parecido, pudiera pasar. 

No tiene nada que ver, o tal vez sí, pero esa misma sensación, como de distopía y absurdo, fue lo que sentí cuando me di cuenta de que ya estaban a la venta las Apple Vision Pro, unas gafas de realidad aumentada, que, literalmente, ponen la pantalla en frente tuyo, y la funden con la realidad de tu entorno. En otras palabras, con esas gafas, puedes ir caminando por la calle, mientras ves tu serie favorita, proyectada virtualmente en el lugar que quieras. 

Desde que salieron a la venta quería escribir sobre el tema, pero yo no soy experta en tecnología, y de hecho, hasta hace muy poco, entendí la diferencia entre unas gafas de realidad virtual y unas de realidad aumentada. Pero, entonces, me pregunté: ¿qué es lo que realmente me motiva a escribir sobre el hecho que Apple haya sacado un producto así? Finalmente, ¿no es solo un marketing muy bien ejecutado? 

Y, lo que encontré dentro de mí, es que en realidad, quiero hablar de la dependencia que nos está generando el uso y abuso de las pantallas. 

Existe una adicción, cada vez más generalizada, al uso de dispositivos móviles. Y, a mi parecer, a nadie le interesa que sea controlada, porque pareciera que la cantidad de dinero que eso significa, vale mucho más que la salud mental de los usuarios; o sea, vos y yo. 

Hagamos un test:

¿Constantemente sentís la necesidad, casi incontrolable, de desbloquear tu celular?

¿Te pasa que vas solo a mirar la hora, y terminas pasando un buen rato haciendo scroll down? (A mí, justo me acaba de suceder) 

¿Te has visto usando el celular en situaciones en las que no deberías? 

¿El control de ‘Tiempo en Pantalla’ de tu celular te muestra alertas constantemente? 

Si la respuesta a estas preguntas fue un sí, lamento decirte que, seguramente, también tengas cierto nivel de dependencia a las pantallas; como la mayoría de personas de nuestra época, con acceso a un teléfono inteligente y a internet. 

Estudios hablan de una correlación directa entre el aumento de ansiedad, depresión, estrés, irritabilidad y trastornos de los ciclos circadianos, que en otras palabras es trastorno del sueño, con el consumo excesivo de pantallas. Esto es causado por las emisiones de luz azul de estos dispositivos, que afectan el reloj interno del organismo. 

Los Millenials y la Generación Z somos conocidos como las generaciones más deprimidas de la historia, y algunas de las causas por las que nos conocen así es por el consumo de redes sociales, el aislamiento y la ansiedad social; todos vinculados directa o indirectamente, con el uso excesivo de teléfonos móviles o computadores.  

No, no es casualidad que estas generaciones nos sintamos más cómodas creando comunidades en Discord, que haciendo amigos en un bar; o que nuestras habilidades de coqueteo cada vez se limiten más a dar like, y responder historias con fueguitos. 

Entonces me preguntaba: si estas son algunas de las consecuencias que ha tenido para la salud de las personas, únicamente en treinta años de historia, ¿qué va a pasar cuando la pantalla no esté en un computador, o un celular, sino que esté pegada a nuestros ojos todos los días, tal y como lo propone las Apple Vision Pro?

Hace unas semanas alguien me decía: “es que va a llegar un momento en el que no va a ser si querés usar las gafas. Esa va a ser la única forma para poderte comunicar, o para poder trabajar; al menos en profesiones como las nuestras.”

Como humanos, somos adaptables; también maleables. Seguramente nos vamos a seguir acostumbrando, como ahora, a tener ansiedad por la falta de internet, a sentirnos irritados cada vez que los datos no corran a la velocidad que el video de Tik Tok exige, o a sentir la presión de tener la vida que los otros muestran en Instagram.

Mientras, el mercado va a seguir buscando opciones para hacer las gafas cada vez más pequeñas, livianas y funcionales.

Vamos a “aprender” a vivir con ataques de pánico por la cantidad de noticias devastadoras que nos llegan diariamente, sin saber qué es cierto y qué no, mientras intentamos balancear la tristeza, viendo videos de gaticos para no sentirnos tan abrumados.

Mientras, el sistema nos va a dar más razones para usar siempre las gafas, e integrarlas a nuestra cotidianidad, porque claro, ‘es un productazo, no podes no usarlas’

No digo que sea mala toda esta revolución tecnológica, y mucho menos las Apple Vision; de hecho, intento evitar que mis pensamientos se vayan a extremos fatalistas. Pero sí quiero poner sobre la mesa el hecho que, tal vez, la salud mental y la tecnología no están mejorando a la par, y que la segunda está afectando, considerablemente, el bienestar de la primera. 

 

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Ana Vásquez
Contadora de historias. Apasionada por la estética, el arte, la cultura. Copy creativa.