Ya bájele al odio

Dicha expresión es muy usada por estos días por los uribistas cuando ven una publicación que critica al Gobierno o que les acusa de ser responsables de que tengamos el peor presidente en el peor momento.

Opina - Política

2020-04-01

Ya bájele al odio

Columnista:

Germán Arciniegas-Sánchez

 

La unión que se pregona en estos momentos, la cual está muy bien, no debe dejar que se pierda el foco de asuntos coyunturales. Por ejemplo, el modelo económico que defienden a capa y espada: el neoliberal, que en palabras de Chomsky, emitidas en una reciente entrevista: en nombre de la eficiencia redujo las camas de los hospitales. Que en Colombia, nos ha dejado con 1.8 por cada mil habitantes. En el país del Sagrado Corazón ese acto de “eficiencia” del sistema de salud se dio con la Ley 100 del 93, de la cual ya hay diferentes voces que piden su derogación y, que la salud, como dijo Macron el presidente de Francia en medio de esta crisis, no puede estar bajo las leyes del mercado, concepto medular del neoliberalismo.

Por otro lado, la pandemia ha mostrado el otro horror del sistema, la deuda. Después del temor de morir, el que sigue es cómo voy a pagar. De las primeras cosas que deben hablar a nivel de Estado es no pagar la deuda externa como propuso Petro, porque al final todo auxilio que apliquen como forma de alivio, necesitará dinero, en una economía estancada, mejor, paralizada, de dónde. Es incierto.

En ese sentido Chul Han citando a Benjamín sostiene que el capitalismo es una religión, pero peor, porque las religiones permiten expiar los pecados, es decir, los perdonan y cancelan la obsecuente culpa, hasta ofertan indulgencias con tal fin. Pero en el capitalismo, la culpa es la deuda y esta no se puede cancelar, nunca se termina de cancelar. Por tanto, el número de personas que en este momento se acuestan sin tener que pensar en cómo pagar las deudas, se reduce a los pocos que se han negado a hacer parte del sistema, y a los dueños de los medios de producción, de los cuales unos pocos han salido a dar parte de tranquilidad a sus obreros. Ah, y claro está, los políticos que legislan para ellos y unos cuantos que trabajando en sus empresas han obtenido algo como fieles lacayos.

Así pues, amigo uribista, el asunto va más allá del Gobierno inepto que eligió, tiene que ver con cosas que no se ha interesado en conocer y, que por tanto, no está en condiciones de debatir y por eso lo resuelve con “deje el odio”, lo cual no le quita la responsabilidad, esa que no quiere reconocer: que somos un país exageradamente desigual porque vota una y otra vez por el que diga Uribe, porque le enseña eso a sus hijos, porque lo duplica irreflexivamente, porque ser uribista es ser “gente de bien”, y no serlo es ser del demonio.

Cuando pienso en usted, trato de explicarme eso y ¿sabe algo? Me remito a la Alemania Nazi y pienso también en Freud, cuando viendo tal situación expresó que su teoría del inconsciente era aplicable a lo social y, que lo moral, tenía algo de superyoico y que la conciencia moral hacía parte del Ello, es decir, lo reprimido. Lo que les hace buscar un líder que haga todo lo que ellos no hacen porque iría en contra de los valores pregonados por ellos mismos, lo cual a su vez, crea un superyó colectivo superior al propio, que en su caso hace que justifique por ejemplo: la muerte de líderes sociales, los ‘falsos positivos’, el desplazamiento, hasta llegar al punto de justificar incluso, aquello que le perjudica: las reformas laborales, pensionales, tributarias y un largo etcétera. Freire, le llamaría un oprimido; Marx, un alienado; Weber, un dominado; yo solo le llamaré uribista.

Ah, y no es odio, es indignación, cansancio, frustración, impotencia, desilusión, pero jamás acriticismo, favor no confundir.

PD: ver a de la Espriella solicitando que el Aeropuerto El Dorado sea intervenido por las Fuerzas Militares, y a uribistas esperando auxilios del Estado amén de la pandemia, no tiene precio.

 

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Germán Arciniegas-Sánchez
Psicólogo, músico, docente, antiuribista, activista, sindicalista, magíster en Educación y Desarrollo Humano “Escribir hasta morir”.