Quién hubiera creído que WhatsApp se iba a convertir en el gran medio de desinformación que es hoy. La forma en cómo los colombianos lo hemos venido usando y la forma en cómo las grandes aristas y maquinarias políticas del país lo usan, han hecho de él una inmundicia informacional: Han hecho de este medio de mensajería instantánea, un campo de batalla inevitable en donde la gran mayoría escribe más de lo que lee y absorbe acríticamente la información que de uno u otro candidato por allí le envían.
Si se hiciera un estudio en Colombia sobre cuál es la plataforma que las personas más usan para informarse, quizá WhatsApp estaría liderando la lista. Pero, ¿es este el medio más idóneo para informarse? No cabe duda de que es verdaderamente ideal para la distribución inmediata de contenido, pero tampoco cabe duda de que el susodicho contenido no ayuda a construir país y no invita a reflexionar o a discernir.
El factor común de las llamadas «cadenas de WhatsApp» es que contribuyen a la difamación, a los supuestos y a los prejuicios, al odio y a la construcción de falsos conceptos.
Pero, ¿cómo WhatsApp llegó a ser lo que es hoy en día? La respuesta puede estar en la inmensa importancia que le damos a la situación nacional. Y es que es tan misérrimo el interés que el colombiano promedio tiene sobre temas que definen cómo está el país que cuando llega a WhatsApp una imagen diciendo que Gustavo Petro asesinó a 100 niños, es más fácil reenviarlo y creerlo, que rectificarlo a partir de la propia consulta o de la lectura de un medio verídico.
Aunque, ¡de qué nos quejamos! Si el escenario siempre ha sido el mismo, solo cambian las herramientas.
La desinformación, el miedo, la indignación, la mentira son las armas más cruentas de una casta política que nos viene desangrando sin conmiseración desde el siglo XX y que siempre encuentra la forma y los medios para convencernos y hacer de nosotros una masa impertérrita al sufrimiento ajeno: Una masa impasible a los habitantes de calle, una masa inmutable al hambre de los niños, una masa imperturbable al ver crecer sin mesura la pobreza, una masa irreverente a la autoridad y los valores, una masa que vota por el que le digan, una masa que mata a golpes a los delincuentes, una masa que olvida a los ancianos y desprecia a las mujeres, una masa que se deja ganar de la propaganda.
Juan José Rendón, el rey de la desinformación (como alguna vez lo han llamado), dice estar ayudando «indirectamente» a Iván Duque con la propaganda que él sabe hacer. Seguramente WhatsApp será una gran herramienta para lograrlo.
Aprópiese de la información que le envían y tenga la decencia de por lo menos consultar o rectificarla, de releerla, de analizarla. No haga parte de la masa que se deja ganar de la propaganda y que convirtió al WhatsApp, de a poco, en el gran medio de desinformación que es hoy.
Imagen cortesía de NotiCorinto.
