Una marcha inútil

Opina - Sociedad

2017-03-29

Una marcha inútil

De nada sirven las marchas contra la corrupción cuando quien las convoca es un redomado corrupto. Esa parece ser la conclusión a la que puede llegarse con miras a lo que será dizque la marcha en contra de la corrupción del 1 de abril.

Y ello es así, en primer lugar, porque la gente que va a acudir a esa marcha no lo hará, en realidad, contra ese mal que carcome inmemorialmente nuestras instituciones y nuestra sociedad, sino en apoyo del  principal exponente de esa enfermedad social: Álvaro Uribe Vélez. Los marchantes, y podría apostarlo, van a ser todos miembros o simpatizantes del partido de Uribe, cínicamente llamado Centro Democrático. Pero  también, en apoyo de otro de los convocantes, un señor que pretende ser vocero de algo o de alguien, no se sabe qué, que hace días está flotando sobre la alfombra mágica de los resultados del plebiscito. Me refiero al extraño señor Ordóñez Maldonado.

En segundo lugar, porque aunque nos duela y nos avergüence reconocerlo, en Colombia el corrupto es el pueblo.

Si, así como suena. El pueblo colombiano es corrupto. No de otra manera se entiende que un sujeto que presidió el más putrefacto de los gobiernos de que se tenga noticia en la historia de Colombia conserve los niveles de aprobación y respaldo que registra el hijo del municipio de Salgar. Uno entiende que, en 2002, cuando las guerrillas hacían festín de infame y cruenta inconsciencia, las gentes desesperadas se aferraran a su imagen redentora. Es sabido que siempre, cuando los pueblos enfrentan situaciones de incertidumbre, de peligro o de zozobra, echan mano de soluciones autoritarias.

Pero que después de 8 años de mandato en el cual todo alrededor del sujeto rayaba en la podredumbre y mientras el personaje de marras ponía carita de “yo no fui” y de virgen inocente, resultaba insólito que la gente lo siguiera apoyando. Muchas personas decentes, serias y de buena fe que, en su momento, lo siguieron, abrieron finalmente los ojos y le retiraron su respaldo, desengañadas de la fácil verborrea del palabrero de Salgar.

No obstante, un porcentaje muy significativo ha permanecido a su lado. Lo respaldaron en el plebiscito y van a salir a llenar (¿llenar?) las calles y las plazas este 1 de abril para protestar contra “la corrupción”.

Lo grotesco de todo eso es que los entonces marchantes serán, precisamente, las mismas personas que se cuelan en la fila, que pagan coimas, que cambian una infracción de tránsito por un delito de cohecho por dar u ofrecer. Los que buscan puertas falsas para burlar los concursos de mérito, los que compran licitaciones, y reciben u ofrecen sobornos. Esos ciudadanos puros, estarán voz en cuello y paso firme y decidido, recorriendo las calles de las ciudades colombianas, al lado de sus adalides de la moral (¿de la moral?), protestando contra quienes recibieron, por ejemplo sobornos de la firma brasileña de moda: Odebrecht.

Imagen cortesía de: La Silla Vacía

Pero ninguno recordará que fue, nadie más y nadie menos que el candidato del presidente Uribe en 2010, el guardián de sus huevitos, quien recibió el apoyo de Odebrecht. Obviamente. Y que el viceministro Gabriel García Morales (¿morales?) trabajaba en ese gobierno. Y que el Procurador General de la Nación que debió investigar y sancionar las irregularidades relacionadas con contratos y coimas relacionadas con Odebrecht, fue nadie menos que el extraño señor Ordóñez Maldonado. Pero no hizo nada. Se hizo el de la vista gorda. Su principal preocupación estaba destinada a sancionar a sus posibles competidores, con vista en una futura justa electoral por la Presidencia de la República. Se quedó callado, como se quedó callado frente al pliego de cargos que existe contra Luis Alfredo Ramos en la Procuraduría Regional de Antioquia y que está a punto de prescribir, si es que no ha prescrito ya.

Finalmente, eso a nadie la importa. Se trata de medir fuerzas con el gobierno. Se trata de otro escenario en el cual el viudo del poder quiere confrontar a su traidor ex ministro, el mismo que firmó un acuerdo de paz con la “FAR”, con quien el campeón olímpico del cinismo tenía pelea cazada.

Seguramente los porcentajes de popularidad del hijo de Salgar, cobraran carne y hueso en forma masiva este 1 de abril. Pero eso no va a aliviar en nada la corrupción ambiente que pudre a Colombia, porque, al fin y al cabo, aunque nos duela decirlo, el corrupto es el pueblo colombiano.

( 4 ) Comentarios

  1. Muy buen artículo. La famosa marcha es un medidor que utilizará Uribe para sopesar su capacidad de convocar incautos alrededor de su falsa política. Lo demás no es importante. El gobierno ni siquiera se mosqueará.

  2. Como nos podemos deshacer de la mierda -lease- Rata Uribe?

  3. Creo que Popeye… nos puede ayudar

  4. Conciso y real

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Armando López Upegui
Historiador, Abogado, Docente universitario y Maestro en Ciencia política.