Tres años después de comenzada la pandemia, llega a Medellín un «bosque encantado»

En Colombia las restricciones se mantuvieron por meses pasada la cuarentena, y solo un año y medio después se autorizó que los espectáculos en vivo como conciertos, partidos y, otros eventos que reunían a un gran número de personas, volvieran a realizarse.

Infórmate - Política

2023-03-09

Tres años después de comenzada la pandemia, llega a Medellín un «bosque encantado»

Artículo de: 
La Oreja Roja 

 

Han pasado tres años desde el confinamiento a causa de la COVID-19 y el impacto en la economía aún es evidente. Muchas industrias sufrieron grandes pérdidas y su camino de recuperación sigue siendo lento, tal es el caso del sector del arte y el entretenimiento, el cual tiene la mayor proporción de pequeñas empresas en comparación con cualquier otro.

Dentro de este, la industria de la música electrónica ha sufrido uno de los impactos más severos. Goldman Sachs proyectó una caída del 25 % en los ingresos globales de la música con una caída del 75 % en los ingresos generados en los eventos en vivo, mientras que un informe de McKinsey & Co señaló que las artes, el entretenimiento y la recreación no se recuperarán hasta 2025.

Pero lo más relevante de todo esto no son los números, sino el hecho de que no solo los DJ, los organizadores de eventos, los promotores y los propietarios de clubes nocturnos sufrieron. Los vendedores, los meseros, los encargados de los baños, el personal de la puerta, los bartenders, el equipo de limpieza, el personal de escena, los técnicos de iluminación, los asistentes al estacionamiento, la seguridad, etc. Todas las personas que dependían de eventos en vivo para su subsistencia y, la de sus familias, quedaron sin trabajo.

Algunos artistas encontraron en los medios digitales una forma de obtener ingresos y mantener la música fluyendo durante un momento difícil, pero los organizadores tuvieron que enfrentarse no solo a cancelaciones de eventos que ya estaban programados, sino también al escrutinio de un público que pedía con gran desesperación explicaciones y devoluciones de dinero.

Tal es el caso de Scene, una productora de eventos de música electrónica en Colombia con más de 10 años de experiencia en la organización de eventos de este tipo, como el Resistance y el Music On. Para 2020 tenían programado Elrow, una fiesta temática que se distingue de otros eventos por su escenografía, y elementos artísticos como confeti, disfraces, performance, entre otros.

«Todo estaba listo para Elrow en 2020, los containers que traían la escenografía alcanzaron a llegar a puerto», cuenta Alexandra Parra, DJ y cofundadora de Scene; en ese momento la pandemia alcanzó su punto más álgido y tanto en España —de donde es la franquicia de Elrow— como en Colombia, cerraron.

A raíz de la pandemia se cancelaron todo tipo de conglomeraciones masivas, por lo que cualquier evento que estuviera programado se vio afectado. «Todos perdimos, los containers tuvieron que ser devueltos, y en ese momento no sabíamos lo que iba a pasar», comenta Alexandra, quien afirma que parte del dinero recaudado tuvo que usarse para que los containers y la producción pudieran devolverse.

En Colombia las restricciones se mantuvieron por meses pasada la cuarentena, y solo un año y medio después se autorizó que los espectáculos en vivo como conciertos, partidos y, otros eventos que reunían a un gran número de personas, volvieran a realizarse.

«Nosotros no queríamos perder más dinero y en lugar de cancelar quisimos reprogramar el evento y sacarlo adelante», cuenta Alexandra, pero esa reprogramación no fue fácil. «Ellos, como dueños de su marca, toman las decisiones sobre lo que se hace, estuvimos tratando de reprogramar el evento varias veces y no se lograba, por un lado por cuestiones económicas, porque volver a traer todo costaba el doble y para ellos no era negocio volver a hacerlo; y por el otro, por la programación que ellos manejan».

Según la propia empresa, Elrow es una fiesta que se ha realizado en 67 ciudades de 26 países diferentes. Muchos de sus eventos se llevan a cabo en simultáneo. La programación de una gira requiere de una gran logística.

«Ellos tienen fiestas en residencias en España y Europa, y otros eventos en diferentes ciudades del mundo, por lo que tienen que coordinar cuáles escenografías y utilerías van a usar; de esta manera si llegan a necesitar algo la puedan transportar rápidamente», aclara Parra.

Pero quizá el proceso más difícil de afrontar durante los últimos años para Scene fue la comunicación con su propio público. «Mucha gente nos trató de ladrones porque pensaron que nosotros nos íbamos a quedar con el dinero que se alcanzó a recaudar», dice Alexandra, quien lleva muchos años en la industria, por lo que manifiesta que esto es algo normal y que los productores de eventos deben aceptarlo y seguir adelante. «Hay gente que es consciente, es un poco más receptiva y entiende las cosas, pero hay otra gente que no, que es superapática y piensa que el productor o el empresario se quiere llenar los bolsillos, cuando muchas veces es al contrario, el resultado es un evento bonito, pero a veces el empresario es el que se queda sin nada».

Elrow podrá realizarse en la ciudad de Medellín, tres años después de haber surgido la pandemia. El montaje ha llegado de nuevo a puerto y se espera tener una producción internacional de lujo para una de las fiestas que se ha consolidado como una de las más relevantes de la industria del entretenimiento y de la música electrónica a nivel mundial.

De esta manera, Scene pretende no solo recuperar lo perdido por la pandemia, sino también conectar de nuevo con su público que esperó pacientemente por la realización del evento. «Obvio esto tiene que ser rentable para todo el mundo, pero nuestro objetivo principal, nuestra ideología como Scene es que la gente salga feliz y contenta», concluye Alexandra Parra.

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