Sombra, el tormento de alias Otoniel

La amenaza supone un atentado contra la Policía Antinarcóticos, contra los animales y todo aquel que esté dispuesto a luchar para combatir la injusticia, la ilegalidad y el envenenamiento de la sociedad.

Opina - Judicial

2018-07-17

Sombra, el tormento de alias Otoniel

El líder del Clan del golfo, Darío Antonio Usuga, conocido como alias Otoniel, le puso precio a la cabeza de Sombra, un pastor belga que ha frustrado varios intentos de tráfico de cocaína de la organización criminal; el más reciente fue la incautación de 100 kilos de dicha sustancia que tendrían como destino Estados Unidos y Europa.

A 200 millones de pesos asciende el monto ofrecido por alias Otoniel, un cifra escandalosa tratándose de un ser indefenso que lo único que hace es evitar el tráfico de estupefacientes. Así como el Clan fabrica la cocaína, Sombra está capacitado para detectarla. ¿Qué significa la sentencia de muerte que el nacido en la región del Urabá antioqueño le impuso al animal?

De lograr su cometido, Otoniel acabaría con meses e incluso años de preparación de Sombra como agente antinarcóticos.

¿Cómo es que un perro logra atemorizar a un criminal como Otoniel? Pues, ya son varias la canas verdes que Sombra le ha sacado a la Organización del susodicho, gracias al entrenamiento que ha recibido en una escuela como Escuela de Guías y Adiestramiento Canino.

El adiestramiento canino dura aproximadamente entre tres y cuatro meses, tiempo que se extiende otros tres meses más “por la asociación a un policía guía”. El método más usado para la formación del animal es el Jalom, que de acuerdo al Ministerio de Justicia de Ecuador consiste en “entrenar a los canes mediante juegos”, pues con ello se garantiza la salud física del perro. Además, la técnica se basa “en la asimilación de olores”. Así, “en una caja con dos divisiones se inserta el juguete del can y en otro compartimiento, que permanece siempre cerrado, una sustancia ilícita (marihuana, cocaína o heroína)”.

Sombra se ha convertido en la piedra en el zapato para la organización. La amenaza de muerte no es solo contra ella, sino contra todos los canes que se dedican a la detección de sustancias ilícitas. El 6 de Marzo fueron incautadas en el puerto de Turbo, 5 toneladas de cocaína que iban camufladas en bananos, hazaña en la que la presencia de un can fue decisiva para el descubrimiento del cargamento.

Hacer bien el trabajo se ha convertido en un riesgo para la integridad de quienes desde su labor dificultan las delincuencia y la injusticia social, para muestra de ello están los 90 homicidios, según la ONG Defensores, de líderes sociales en lo corrido del año en el país, hecho que no ha sido suficiente para que el gobierno reconozca que las muertes se están produciendo de forma sistemática y no por motivos personales o citando al Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, “por líos de faldas”.

A diferencia de algunos de los líderes sociales que no fueron protegidos en el momento en el que lo necesitaban por la ley, Sombra fue reubicada en el aeropuerto el Dorado de Bogotá, en donde continuará incomodando a los traficantes de droga bajo la protección de las autoridades. Lo cual no es garantía de que se le respete la vida al animal, por el contrario, le deja abierta la puerta a la delincuencia a arrebatarle a unos de sus persecutores más obstinados, Sombra.

En diálogo con el País de Cali “el loco Barrera, considerado entonces el capo más importante del país, dice que Otoniel es el tipo más peligroso que ha visto: Él mata por matar, a niños, al que sea, no le importa”. No importa su condición de sexo, raza o género, el que la hace la paga, esa es la ley del criminal, así ni los animales se salvan de sus garras.

Además, Barrera sostiene que “él es un animal, un animal” que está acostumbrado a hacer su voluntad. Entonces, ¿cómo es que el Clan del Golfo piensa someterse a la justicia colombiana, mediante la Ley de Sometimiento Colectivo, cuando para su máximo cabecilla no existe ni Dios ni ley?

Para 2012, año en el que Barrera le concedió la entrevista al País, “algunos investigadores de bandas criminales especulan que Otoniel realmente nunca alcanzó el poder supremo de la banda. De hecho, se refieren a él como un matoncito que está enseñado al monte, a la guerra, incapaz de ser un líder”. No obstante, Otoniel, sigue en la cabeza de la banda criminal. La muerte en 2017 de alias Gavilán e Inglaterra, hombres importantes en la estructura criminal han sido otros de los golpes más fuertes que ha recibido el Clan, acontecimientos que se suponen se sumarían a la decisión de acogerse a la justicia. De igual forma es importante recordar que Juan Manuel Santos expresó en 2017: “El pasado 3 de septiembre recibimos del jefe del Clan del Golfo una manifestación expresa de la voluntad de acogerse, de someterse a la justicia”.

Parece ridículo ofrecer 200 millones por acabar con la vida de un canino, pero realmente la cifra es poco comparado con el precio que en el mercado ilegal tiene la comercialización de la sustancia psicoactiva. Además, la amenaza supone un atentado contra la Policía Antinarcóticos, contra los animales y todo aquel que esté dispuesto a luchar para combatir la injusticia, la ilegalidad y el envenenamiento de la sociedad.

 

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Neffer Rivas
Periodista apasionada por las historias sobre la música, la memoria el arte urbano y la política, y lo que se cruce en mi camino. Me gustan los retos y el periodismo vive al borde de ellos.