¿Qué pasará en 2022? De nosotros depende

¿Continuaremos siendo cómplices por no oponernos ante las masacres, ante los actos de corrupción y todos los sucesos que caracterizan este gobierno?

Opina - Política

2020-08-25

¿Qué pasará en 2022? De nosotros depende

Columnista:

Santiago Becerra Tovar

 

Debido a lo turbio que se ha visto el Estado, envuelto en discusiones, opiniones diversas, se ha evidenciado un camino barroso y estropeado, por esto, me he llegado a preguntar por nuestro futuro político y social, más exactamente, cuando termine su gobierno, en el 2022, Iván Duque.

El señor Iván Duque, desde el momento en que tomó posesión de su mandato, demostró no ser el personaje que presentó ante el público y las personas ingenuas y poco contradictorias que votaron por él. Se presentía que no sería un gobernante del pueblo y para el pueblo como se mostró; que, de lo contrario, daría mucho de qué hablar, porque venía a hacer de las suyas y para los suyos. Y vaya que se esfuerza por hacerlo. Poco a poco nos demuestra a los colombianos, sus intereses bajo la manga, dirigido a los banqueros, a la repartición de puestos políticos, a la omisión de las necesidades colombianas, entre otros aspectos.

Con un manejo poco responsable de la pandemia, ignorando los requerimientos ciudadanos; el gobierno, más allá de solventar esta situación, nos está hundiendo más, en el vacío de las deudas, la muerte y las necesidades; como reabriendo la economía, en situaciones folclóricas en «el día sin IVA». Cabe resaltar que, además de ser burla internacional por la aglomeración en los centros comerciales, ese día fue una patraña, porque engañaron a los colombianos con los precios.

El Banco de la República nos informa que «el monto total de la deuda externa de Colombia llegó a abril de este año a 144.068 millones de dólares de los cuales 66.926 millones de dólares son de deuda privada y 77.141 millones de dólares son de deuda pública». Números históricos. Dinero prestado con la excusa de cubrir los requerimientos de comerciantes y brindar apoyo a los más necesitados; pero, la realidad es otra. Se desvió a los bolsillos de los banqueros y a empresas que se podrían salvar solas. Esta cantidad la pagarán los colombianos, sin ni quisiera tener conocimiento de esto — como siempre sucede. 

158 es el número de líderes sociales asesinados; 8 más de hijas y esposa, de algunos de ellos y 36 firmantes del acuerdo de paz. Números que no disminuyen, como lo afirma el presidente, en sus emisiones matutinas de las 6, contrario a ello, han aumentado de una forma escandalosa. Personas que sí velaban por los intereses de una sociedad huérfana gubernamentalmente, sin tener apoyo del estado; masacrados vilmente por organizaciones que manejan a su antojo el país.

Las quejas y lamentaciones en las redes sociales se quedan allí, pues por parte del presidente, nunca se observa un interés mayor por solucionar lo ocurrido. Lamenta las masacres, los asesinatos y la violencia, pero ¿qué hace él para mitigarla? Con un país en retroceso, que seguirá así durante estos dos últimos años, creo yo; será un reto para el sucesor, asumir este cargo, en las condiciones que lo dejará el subpresidente.

A medida que avanza el tiempo, nos hemos dado cuenta del verdadero Iván Duque — como lo escribí en líneas anteriores—. Pero, las evidencias de que Duque está rodeado de individuos de dudosa procedencia (cercanos al narcotráfico) avanzan con mayor prisa. Esto me lleva a pensar si ¿las pruebas demostradas servirán de convicción para tantos individuos crédulos del Gobierno; y así darse cuenta de la verdadera persona que eligieron? Por tales motivos, se ha generado una polarización de izquierdistas y derechistas —y por ahí uno que otro entrometido de centro —que tira más p’a un lado que p’al otro — generando individualización social. Llegado el 2020, ¿seguiremos igual de divididos y polarizados?  o, ¿habrá una alianza por el futuro del país?

Está claro que uno de esos partidos que hace parte de la polarización es el Centro Democrático. De manera notoria, hemos observado el duro golpe que ese partido ha sufrido con la detención domiciliaria de su líder, Álvaro Uribe. Llorando ante una cámara, declarando falacias en entrevistas y promoviendo constituyente, han demostrado las uribistas como Alicia Arango y Paloma Valencia, que están dando patadas de ahogado, con ideas mandadas a recoger. Mi pregunta en este caso es si ¿la captura de su líder, la utilizarán como populismo, para mostrar a Uribe como una víctima y así ganar más seguidores? Porque un mártir político puede llenar muchos corazones, con la cabeza vacía. O, todo lo contrario, ¿caerán delante de un pueblo que ya no les come cuento?

A dos años de la culminación del mandato duquista; varios personajes políticos han expresado su interés por ser candidatos presidenciales. Figuras como Petro y Fajardo, se están encaminado de nuevo a sus candidaturas, siendo rivales el uno contra el otro. En las pasadas elecciones, Sergio Fajardo, se presentó como el candidato de centro, sin ningún partido al que deberle su posible presidencia ni a quien rendirle cuentas al llegar al poder. Quemado en segunda vuelta, manifestó en los medios su desagrado con los candidatos, porque según él «Colombia merece algo mejor» y afirmó que no se volvería a postular a ningún cargo político. Dos años después, lo vemos presentándose como el futuro presidente.

Ahora, esa balanza de centro, en la que dice encontrarse, ha tomado más peso en un lado, llamado «afección uribista». Con sus comentarios y acciones, ha comprobado no ser el personaje que demostró a los colombianos, sino que, denota un interés por las ideas políticas del Centró Democrático y sus voceros. La revista Alternativa, en unos de sus reportajes utilizó un término a destacar: «maxfactorizar». Este, se basa en resaltar la campaña política de alguien, con imágenes, propaganda, acicalando su presencia, con el único fin de presentarlo como alguien novedoso, con ideas frescas y claras. No me pregunto si utilizarán este método con Fajardo o cualquier otro candidato de sus afines, porque sé que lo harán, mi pregunta es, ¿si los colombianos seguiremos tragando entero todo lo que nos dicen o tendremos un poco de memoria histórica y pensaremos más en nuestro futuro? Llegado el 2020, ¿recordaremos de dónde proviene este hombre?

Petro, en su pasada campaña política, recorrió diferentes plazas del país, encontrándose con jóvenes que compartían sus ideas. Algunos de ellos, sin tener la edad suficiente para votar no podían afianzar su derecho democrático ese año. Ahora bien, unos años más tardes, me pregunto si ¿estos jóvenes aún tienen en mente la elección de Petro o habrán cambiado de opinión? Por otro lado, los ciudadanos que votaron por Duque sentirán una carga social, al haber escogido a un hombre ajeno a los intereses del país; y, ¿aspirarán una variable?

Ya con la llegada de un «nuevo» presidente —entre comillas porque no sabemos si será de la misma casta política que su antecesor o no— ¿oxigenará su gabinete de gobierno y les dará paso a las nuevas generaciones? O, por el contrario, ¿seguirá utilizando a los mismos de siempre, con ideas retrógradas?

Para finalizar, me gustaría que más personas se sumaran a cuestionar nuestro accionar ante esta oligarquía; si seguiremos adormecidos, sin reaccionar o nos convertiremos en un contrapeso, que les cueste dominar. ¿Continuaremos siendo cómplices por no oponernos ante las masacres, ante los actos de corrupción y todos los sucesos que caracterizan este gobierno? Como dijo Andrea Echeverri “uno también es culpable si vive tranquilo en medio de la justicia”.

P. D. Al terminar esta columna van 6 muertos en Tumaco, 5 en Arauca, 6 en El Tambo, 5 en Cali, 9 en Samaniego, 3 en Ricaurte, 4 en Algeciras, 5 en Caloto, 5 en Catatumbo. 10 masacres en un mes, 6 en la última semana y 3 en días anteriores.

 

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Santiago Becerra Tovar
Estudiante de comunicación social y periodismo de la Universidad Surcolombiana. Emprendiendo el camino del periodismo; expresando la sensación de inconformidad para una sociedad arraigada en el conformismo.