¿Qué ocurre con los colombianos que tuvieron que huir del país durante el paro nacional?

Juan Sebastián Correa vivió —el 23 de mayo de 2021— una delicada situación en la que varios uniformados de la Policía Nacional estuvieron involucrados.

Narra - Historia

2022-09-01

¿Qué ocurre con los colombianos que tuvieron que huir del país durante el paro nacional?

Autora: 

María José Ordóñez Iglesias

 

Entre los 3486 casos de violencia policial registrados y reconocidos en el marco del paro nacional del 2021, se encuentra particularmente el de Juan Sebastián Correa, un joven de 29 años de edad, oriundo de Bogotá, que fue víctima del uso excesivo de la fuerza por parte de varios miembros policiales, y quien tuvo que salir huyendo del país con el fin de proteger su vida e integridad. 

Según relata Correa, él se encontraba en compañía de uno de sus amigos más cercanos, comiendo en un restaurante del barrio El Poblado, Medellín. Al salir del establecimiento, una patrulla de la Policía los abordó, y 5 hombres salieron de la misma a golpearlos, a reducirlos al piso mediante el uso de armas de electrochoque (táser), y a esposarlos para posteriormente llevárselos en el automóvil sin ninguna justificación ni razón. 

«Me empiezan a atacar con táser ambos hombros, me reducen al piso, al caerme me rompí el mentón, me siguen pegando con el bolillo, otro me esposa, no me explicaron por qué me esposaron, esto entiendo que está pasando en manifestaciones, pero yo no estaba haciendo nada malo (…) la patrulla empieza a andar, pensamos que nos iban a matar», relató Correa en su testimonio para el dictamen de la historia clínica. 

Según los relatos previamente dados por Correa, él y su amigo terminan en las instalaciones de un parqueadero, ubicado cerca al CAI de la 10, en donde los estaba esperando otro conglomerado más de uniformados. Según identificó Juan Sebastián, la razón por la que habían tantos policías en el mismo lugar era debido a un posible cambio de turno, ya que en ese mismo espacio, algunos de ellos se cambiaron de ropa, vistiéndose respectivamente de civiles.

Estando allí retenido, Correa logró hacer un vídeo para sus redes sociales, contando lo que estaba pasando, el cual rápidamente se viralizó, ya que, de manera simultánea, casos similares se estaban registrando en el país por esas fechas, debido a la brutalidad con la que estaban procediendo los uniformados del cuerpo de policía como respuesta a las manifestaciones que se estaban dando por todo el territorio nacional. 

En cuestión de minutos, un abogado desconocido instauró una demanda de Habeas Corpus en la cual relataba los hechos que por encima conocía, y en la que expresamente exigía la liberación de Correa, retenido ya hacía aproximadamente 4 horas. 

Mientras esa demanda tomaba fuerza, y los uniformados eran notificados de la existencia de la misma, uno de ellos aprovechó el espacio, y el momento, para intentar abusar de Correa cuando este se encontraba en el baño, limpiándose la sangre que brotaba de sus heridas. «Y en el baño cuando estoy solo en la parte de atrás, llega ese policía con el pene afuera, me pide que me baje la ropa, que me baje los calzoncillos (…) cuando el tipo se empieza a tocar el pene delante mío, pero no lograba tener una erección y desde ahí considero que es una violación, al ver que el pene no se erecta me empieza a tocar con el bolillo en la parte anal, como que trata de introducirme el bolillo en el ano, hice fuerza para que no pasara. Gracias a Dios sonó otra patrulla llegando a ese lugar, me dijo sálgase ya no pasa nada», apuntó Correa en su declaración. 

Después de muchas horas tortuosas, Juan Sebastián y Daniel, su amigo, logran salir con vida de ese parqueadero. Inmediatamente después de eso, se dirigieron hacia la Clínica Medellín, ubicada en El Poblado, en donde atendieron a Correa por agresión sexual. Su parte médico indicó activación de Código Fucsia por agresión e intento de abuso sexual, puntos en el mentón y 20 días de incapacidad por Medicina Legal a raíz de los golpes y las heridas ocasionadas. 

Correa, después de recuperarse físicamente en cierto grado, emprendió demandas contra el Estado colombiano en Fiscalía, Procuraduría, Alcaldía de Medellín, y además de eso, declaró frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Human Rights Watch.

Las denuncias no tomaron otro rumbo más que el de las amenazas, buscando con ello que Juan Sebastián retirara las acciones legales ya interpuestas; por esa razón, tuvo que huir del país en febrero de este año y pedir protección internacional en Europa.

Correa, en diálogo sostenido con este medio, nos comentó que las razones por las cuales interpuso las diferentes demandas en las instancias mencionadas, son las siguientes:

    1. «Que no haya impunidad, como en la mayoría de los casos en Colombia, y se responda a las denuncias interpuestas».
    2. «Visibilizar la situación de muchos jóvenes que hoy estamos fuera de Colombia por la ineptitud del Estado colombiano para procesar este tipo de actos».
    3.  «Que exista registro de todas las acciones durante el tiempo que ha transcurrido, para el día que me digan por qué quiero renunciar a mi nacionalidad colombiana. Tener los argumentos válidos y suficientes». 

Aunque los diferentes procesos no han avanzado, en la mayoría de las instancias aparecen como activos, pero, ¿cuándo llegarán a buen término?

Hoy en día, este joven amedrentado y temeroso por su vida, exige una respuesta fehaciente a sus requerimientos, por responsabilidad del Gobierno y del Estado colombiano.

Situaciones similares viven otras 74 personas, exiliadas de Colombia y radicadas en España por abuso desmedido de autoridad.

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María José Ordóñez Iglesias
Estudiante de Derecho y Ciencia Política. Columnista, guionista y apoyo administrativo de Laorejaroja.