No nos sirven los pañitos de agua tibia

El paro nacional sigue marcando el discurso en Colombia y en Latinoamerica. Llegamos generaciones que hemos visto a nuestro padres endeudarse callados y trabajar de sol a sol para poder mantener una familia.

Opina - Política

2019-11-25

No nos sirven los pañitos de agua tibia

Autora: Lady Orozco

 

Ciudades como Bogotá y Cali siguen en un colapso tras el paro que se vivió el 21 de noviembre, pero, ¿por qué estas ciudades se tornaron violentas?

Estas ciudades comenzaron a tornarse con un ánimo candente por diversas razones. No podemos dejar de reconocer el hecho de que hay infiltrados en las protestas que comenzaron a protestar de una manera pacífica. Pero tampoco podemos dejar a un lado el hecho de que el mismo Ejército, la Polícia y el Esmad han atacado, mientras las personas solo pedían paz.

Hablar de paro es muy complejo, pero trataré de no hacerlo como nuestro subpresidente Duque lo ha venido haciendo.

No se deben legitimar las violencias, pero tampoco se puede dejar pasar por alto el atropellamiento que estamos viviendo como pueblo colombiano. El pueblo entró en éxtasis y cansancio al mismo tiempo.

Los ánimos comenzaron a salir a flor de piel ante las injusticias de millones trabajadores, campesinos y estudiantes que se levantan día a día a ver cómo este Gobierno continúa planeando reformas para dejarnos cada vez más lejos la posibilidad de pensionarnos, de tener un salario justo y una educación de calidad.

Los ánimos salieron a flor de piel al ver que la Fuerza Pública, en su gran mayoría, está en contra del pueblo, sin siquiera tener fundamentos. Es cierto que no se puede desconocer que una parte de la Policía Nacional apoyó de manera pacífica el paro en diversas ciudades del país, pero nos cansaron.

Usted, señor Iván Duque, nos llevó a un extremo en el que no aguantamos más. Su Gobierno no tiene ni pies ni cabeza. No se sabe cuál de sus funcionarios contradice más sus acciones y ya hasta miembros del partido que lo apoyó, le están dado la espalda.

Señor Duque, las protestas se están saliendo de las manos porque nos cansamos de sus viajes y porque a usted el país, hace mucho, se le salió de esas manos. Solo sabe sostener guitarras y balones. Nos cansamos de usted y de sus pocas habilidades para gobernar.

Es sencillo estar desde la Casa de Nariño dando alocuciones e invitando a la paz en las ciudades. Es sencillo invitar a diálogos para luego incumplirlos, como el de los estudiantes.

Quizás no logremos quitarle el cargo de presidente, pero de una vez le advertimos que ha llegado una nueva generación, que ya no le creemos ni a usted ni a su jefe.

Llegamos generaciones que hemos visto a nuestro padres endeudarse callados y trabajar de sol a sol para poder mantener una familia; mientras que usted lleva a sus hijos de paseo por el mundo.

Sí, quizás siga parado en el Gobierno, pero esta lucha no va a ser fácil, y lo que ha acontecido es solo una muestra de su mal trabajo, de la fractura de su Gobierno y de las pésimas asesorías que está recibiendo.

 

 

 

Foto cortesía de: Presidencia de la República

 

 

 

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Johana Orozco Ortiz
Comunicadora social y periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín. Escritora con diferentes poemas publicados en el libro de Sinergias de España y Caza de Versos, en México. Columnas publicadas en diversos medios de comunicación.