Los PARACOlombianos de bien

Lo innegable es que hay un grupo de personas que por múltiples motivos prefieren dispararle a otro ser humano, porque simplemente tienen el poder (principalmente económico) que les permite hacerlo y que posiblemente les garantice la impunidad.

Infórmate - Conflicto

2021-05-14

Los PARACOlombianos de bien

Columnista:

Álvarez Cristian

 

Al genial Levy Rincón va a tocar agregarle a su palmarés el título de adivino. Porque, si miramos los sucesos acaecidos ayer en Cali, nos damos cuenta de que fue más que acertado por Rincón poner de eslogan de su espacio informativo Notiparaco: «ParaColombianos de bien… y para gonorreas también».

En todo el mundo ya saben quién es esa gente que viste de blanco inmaculado, que monta blancas camionetas de gama alta y que se caracterizan por ese blanco tono de piel en un país de mestizos, afros e indígenas.

Ya todos quedamos notificados de que esta misma gente —que en la mayoría de casos se declara provida, ultrarreligiosa y «de bien»— no solo está dispuesta a matarnos, sino que lo hacen amparados bajo la ¿complicidad? de la misma autoridad.

Yo acá no voy a discutir qué pasó o quién empezó la «trifulca». Eso ha de ser materia de investigación y análisis de nuestro flamante fiscal, quien en pocas semanas llegará a contundentes (¿y obvias?) conclusiones.

Pero lo innegable es que hay un grupo de personas que por múltiples motivos prefieren dispararle a otro ser humano, porque simplemente tienen el poder (principalmente económico) que les permite hacerlo y que posiblemente les garantice la impunidad.

Pero seamos justos y analicemos, ¿qué lleva a una persona a pensar y a actuar de formas tan contradictorias como estos PARACOlombianos provida y probala?

Existe la posibilidad de que fueran gente que por las circunstancias de nuestro país eligieron ese camino. Porque así como el pobre se ve obligado a seguir un camino, los ricos también lloran.

Hay que recordar que la élite caleña fue fuertemente golpeada en los finales del siglo pasado y durante lo que va de este.

Fueron víctimas de extorsiones, secuestros y asesinatos por parte de la guerrilla de las extintas FARC, y muchas veces los grupos neoparamilitares que pululan en Valle del Cauca les extorsionaron.

Esta gente encontró en el amparo de las armas, y en una actitud como la vista ayer, lo que ellos creyeron que es la única forma de «hacerse respetar».

No obstante, hoy, esa muestra de «verraquera» la aplicaron contra otros que han sido igual o más víctimas que ellos.

Sea como fueren las cosas, el daño ya está hecho. Irremediablemente, se ha sembrado una semilla que amaga con un «odio de clases» que puede engullir no solo a Cali sino a todo el país.

Si no nos sentamos a hablar, a «cantarnos la tabla» con palabras, y a buscar consensos que nos saquen del atolladero en el que el furibismo nos metió, la confrontación abierta llegará.

Vengan, hablemos. Porque de no hacerlo, corremos el riesgo de que el polvorín de una guerra civil estalle y al final, el deseo de Paloma Valencia se volverá realidad pero a nivel nacional: un país dividido en dos, una mitad para negros, indígenas, pobres, asalariados y «mamertos»; y otro resto de país PARACOlombianos de bien. ¿En cuál mitad quedará usted?

 

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Álvarez Cristian
Periodista de la Universidad de Antioquia. ¿Quis custodiet ipsos custodes?