Lo contrario a un provida no es una mujer que aborta

Todos los días, nos despertamos en un país que parece el mayor enemigo de la vida en tantas esferas como puede ser posible.

Opina - Género

2022-03-03

Lo contrario a un provida no es una mujer que aborta

Columnista:

Manuela Hoyos Buriticá

 

Lo contrario a un provida no es una mujer que aborta, es un gobierno que mata en serie campesinos, jóvenes, negros, indígenas. Es una masacre, es un sistema económico que esclaviza, es un hombre que viola, es una multinacional que envenena un río, es un PAE o un ministerio que roba y que no prioriza a los niños ya nacidos, es un “ciudadano de bien” disparando a manifestantes y un expresidente obsesionado con la guerra.

Lo que yo no entiendo de los abanderados por la vida es por qué no la defienden en su totalidad. Si se supone que la vida es un hecho desde la gestación y es un asunto tan primordial, ¿por qué así como aguantan calor al frente de Profamilia, no se amarran a un árbol nativo en el Darién?, ¿por qué no van y se enfrentan a la Continental Gold en Buriticá?, ¿por qué no se enfrentan a los que sistemáticamente tiran cuerpos al río?, ¿por qué no buscan a los desaparecidos?, ¿por qué no defienden la vida de una trans del centro, de un habitante de calle o un perrito sin hogar?

Sencillo, porque es una guerra en contra de la libertad de la mujer, no una lucha a favor de la vida, ven en una mujer que aborta el terrorismo y la muerte que no ven en toda su cotidianidad porque la mujer libre pone a temblar lo establecido; tiemblan los machistas, los controladores, los religiosos, las instituciones, las agencias del biopoder, las mujeres sumisas y las que solo encontraron su propósito en ser madres y no soportan la idea de que otras no lo hagan.

Con la defensa de la vida quedan muchísimas más preguntas que respuestas y los debates podrán ser tan eternos como queramos, pero, lejos de las perspectivas morales y espirituales, jurídicamente sí quedan muchas certezas: un feto es un vida, pero no es una persona, el derecho de la vida de un feto no es superior al derecho de la vida de una persona, que es persona en la medida en la que nace y se inserta en las lógicas ciudadanas a través, entre otras cosas, de agencias y tecnologías de lo humano: un nombre, un registro civil, una cédula, una huella digital, etc.  

Con esto quiero decir que si el derecho a la vida de un no nacido es prioritario aún sin ser ni sujeto ni persona jurídica, entonces toda la vida, en su totalidad, tendría derechos y no habría lugar a la subjetividad ni a las escalas de valor, pero como sabemos, nada está más alejado de nuestra realidad que eso, porque ciertamente, vivimos en un país en el que hay millones de atentados a la vida muchísimo más complejos y urgentes, que la interrupción de un ser en formación, no vale la pena ser falso. 

Todos los días, nos despertamos en un país que parece el mayor enemigo de la vida en tantas esferas como puede ser posible. Lo contrario a un provida no es una mujer que aborta, es un país como Colombia. 

 

( 1 ) Comentario

  1. Muy buen artículo

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Manuela Hoyos Buriticá