Libertad de expresión en redes, lo peligroso de ponerle límites

Opina - Medios

2016-06-11

Libertad de expresión en redes, lo peligroso de ponerle límites

Vivir en una sociedad democrática y justa significa —por lo menos— tener la oportunidad de expresar libremente nuestros pensamientos sin que de ninguna manera debamos ser reprimidos por ello. Con la aparición de las redes sociales, el derecho a compartir ideas, opiniones y sentimientos se ha vuelto más accesible a los ciudadanos, y esto ha permitido que muchas veces, detrás de una pantalla, se lancen un sinfín de improperios discriminatorios, varias amenazas, y que incluso, se le haga apología al delito.

Este tipo de sucesos han abierto el debate hacia la regulación de los contenidos que circulan en las redes, incluso hace casi dos meses el ministro de defensa Luis Carlos Villegas, propuso castigar a quienes le dieran mal uso a estas plataformas, en su momento fue duramente criticado, pero esta semana tras la emisión de un programa dominical que titularon “terror en las redes”, los cibernautas indignados están pidiendo la captura de sus protagonistas.

En el programa se expone el caso de un youtuber colombiano —de esos tantos que hay por ahí— que utiliza uno de sus vídeos para insultar a un veterinario, aparentemente porque no le prestó la suficiente atención médica a su gato que tras la negligencia murió. Al bloguero no le bastó con las ofensas, entonces reveló los datos personales del médico e incitó a todos sus seguidores a amenazarlo de muerte, y si se podía también romperle los vidrios del establecimiento.

Viendo las cosas de esa manera, cualquiera pediría una regulación a gritos, aunque después de la publicación del programa las amenazas de muerte y los mensajes de odio se trasladaran ahora hacia el youtuber, a quien si al caso le hará falta es hablar con un sicólogo para que asimile la muerte de su mascota, porque madurar ya no puede;  sin embargo, el asunto es mucho más complejo.

Censurar el contenido subido a las plataformas digitales nunca servirá para combatir la discriminación o castigar a quienes —como el youtuber— inciten a la violencia; en cambio, se convierte en la excusa perfecta para silenciar a la oposición.

No hay una herramienta más deseada por los gobiernos autoritarios, que las leyes que penalizan ciertos discursos en las redes sociales, porque como ellos son los que regulan los límites, pueden bautizar de criminal a cualquier ciudadano que no se acomode a sus pensamientos, con solo argumentar que está haciendo mal uso de las plataformas digitales. Una verdadera tragedia.

Imagínense ustedes al gobierno actual mandando a cerrar las cuentas que llamen a la ‘resistencia civil’, por considerar que atacan el proceso de paz e incitan a la violencia, o pidiendo silenciar todas aquellas que convoquen a un paro nacional para defender los derechos de los campesinos, alegando que están haciendo un llamado a la rebelión. Para eso precisamente han sido utilizadas las leyes reguladoras alrededor del mundo.

Ilustación: @Wilg

Ilustación: @Wilg

Claro que es preocupante que las redes se vuelvan un megáfono para andar repartiendo odio, o utilizar la influencia que se tiene para lastimar a otros impunemente, pero la penalización no ataca el problema de raíz; al contrario, convierte en víctimas a los victimarios, es mal utilizada por el poder de turno, y minimiza el problema cultural. Somos nosotros como ciudadanos los que debemos condenar socialmente este tipo de comentarios, dejar de consumir esos contenidos, e incorporar en nuestro diario vivir y el de nuestro entorno, acciones que promuevan la tolerancia y el respeto por los demás.

Adenda: El senador Uribe y sus discípulos van recogiendo firmas desde la comodidad de las grandes ciudades para oponerse al proceso de paz, mientras en las zonas rurales claman porque se acabe este conflicto infame de una vez por todas. Qué provechoso sería que aquellos firmantes dejaran bien claritos sus datos para reclutarlos, llevarlos al monte, y que sean ellos o sus hijos los que sigan peleando esta guerra.

Publicada el: 11 Jun de 2016

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Keving Garavito
Comunicador social en proceso. Columnista de opinión y analista político amateur. Defensor del periodismo independiente y la libertad de pensamiento.