La pelota no se mancha

De todas las formas posibles, el nefasto Gobierno o desgobierno de Duque quiere limpiar su imagen que en las últimas semanas ha sido desaprobada internacionalmente, consecuente al pésimo manejo de la movilización social que cumple 20 días resistiendo en las calles de todo el país y en el extranjero.

Infórmate - Conflicto

2021-05-19

La pelota no se mancha

Columnista:

David Zapata Lozano

 

La pelota no se mancha —dijo el Diego después de cometer tantos errores en su vida personal—, hoy esta frase cobra mucho sentido en medio de la realidad que vive nuestro país. Es triste ver cómo un deporte tan lindo como lo es el futbol, el cual despierta y hace sentir cosas inexplicables, es utilizado por el Gobierno colombiano, junto a la Conmebol, como una cortina de humo para disipar la atención de los problemas que se viven en el país. Pero les salió el tiro por la culata.

De todas las formas posibles, el nefasto Gobierno o desgobierno de Duque quiere limpiar su imagen que en las últimas semanas ha sido desaprobada internacionalmente, consecuente al pésimo manejo de la movilización social que cumple 20 días resistiendo en las calles de todo el país y en el extranjero.

Los reptantes medios de comunicación tradicionales de este país han desinformado, vinculando a los marchantes y la misma protesta con el terrorismo, el narcotráfico o el fantasma del castrochavismo, vendiendo miedo a la población con temas como desabastecimiento, el vandalismo y la frase célebre acuñada en el 2019 se están metiendo a los conjuntos. Como ninguna de las estrategia ha servido para debilitar la protesta social y lavar la cara del Gobierno, esta semana utilizaron una que tenían guardada en el baúl de los recuerdos. ¿Cuál es?

La que hizo Noemí Sanín y Belisario Betancur en el 85’: pasar un partido de futbol mientras sucedía la toma del Palacio de Justicia. 36 años después vuelven a hacer lo mismo, a diferencia de que no pasan un partido de liga sino de torneo internacional, ahora quieren ocultar el estallido social. Pero ¿qué semejanzas tienen las dos situaciones? En ambas los Gobiernos de turno querían demostrar fuerza y capacidad de manejo de la situación, en ambas se quería ocultar el uso desmedido de la fuerza, guardando las proporciones de la una con la otra, aunque igual de repudiables. Lo anecdótico es que tanto en el episodio de 1985 como el del 2021, se terminó cayendo la cortina de humo que habían puesto.

No, yo no soy detractor del fútbol, incluso me encanta verlo y jugarlo. Es más, de los mejores momentos que he compartido con mi padre han sido viendo a nuestro equipo campeón de múltiples torneos. El COVID-19 nos arrebató estos espacios a mí, a mi padre y a millones de aficionados a lo largo del mundo, llevando a cambiar la forma en que lo vivimos, pero da asco y repulsión ver cómo este deporte lo quieren utilizar para desviar la atención de lo que pasa en el país nuevamente.

Lo sucedido esta semana con los partidos por Copa Libertadores, jugados en las ciudades de Pereira y Barranquilla, es la tapa. El Gobierno quería vender la imagen de aparente calma en el país. Pero provocaron todo lo contrario, ya que presenciamos las imágenes de jugadores y cuerpos técnicos de distintos equipos, afectados por los gases lacrimógenos disparados por el escuadrón de la muerte (Esmad) en las inmediaciones del estadio de Barranquilla a las personas que llevaban a cabo su protesta social. Lo peor es que esta escena se repitió en dos días seguidos, el 12 y 13 de mayo. Mientras en Pereira también se llevaban a cabo movilizaciones en rechazo al asesinato de Lucas Villa, provocaron el aplazamiento por unas horas del encuentro que se jugaba en esta ciudad.

Ya se ratificó a Colombia y Argentina como sedes de la Copa América. La mayoría del pueblo colombiano sabe que no es conveniente que esta se juegue en el país mientas se masacra a los protestantes en las calles. Ejemplos de cómo espectáculos deportivos han servido de encubrimiento de actos atroces sobran, algunos son:

  • El Mundial 1978, el cual se llevó a cabo en Argentina en la época de la dictara de Videla. Mientras la Selección Argentina levantaba su primera copa del mundo, a pocas calles desaparecían a disidentes de la dictadura.
  • Los Juegos Olímpicos, en Berlín en 1936, en pleno auge nazi, los cuales querían mostrar el poderío de este régimen fascista, donde el gran Jesse Owens le daría una cachetada a la idea de la raza árida.
  • El Mundial de 1934, el cual Mussolini quiso utilizar como plataforma de lanzamiento del fascismo.

De todo esto concluimos que las tácticas de manipulación mediática del Gobierno son anacrónicas. Si nos pusiéramos a revisar, encontraríamos puntos en común en los movimientos del actual Gobierno y el pasado histórico, no solo con el fútbol, sino inclusive con la construcción de ficciones que se buscan pasar por oficiales.

Quien no conoce su historia está condenado a repetirla.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

David Zapata Lozano
“No todos los economistas vestimos de corbata y pensamos como banqueros”.