La inútil inteligencia artificial de las redes sociales para proteger a los usuarios

Nos hablan de inteligencia artificial, pero esta parece que se usa más para controlarnos que para ayudarnos.

Opina - Ciencia

2020-05-26

La inútil inteligencia artificial de las redes sociales para proteger a los usuarios

Columnista:

Daniel T. 

 

Cuando se habla de inteligencia artificial podemos pensar en una forma de pensamiento no humano atravesado por elementos tecnológicos que le permiten a una máquina hacer un asocio de datos y llegar a conclusiones inductivas o deductivas. El caso que me llamó la atención de manera poderosa fue el encuentro de Gary Kasparov contra Deep Blue de la IBM, una supercomputadora que en los años 90s se enfrentó contra el mayor jugador de todos los tiempos de ajedrez y lo derrotó.

¿Cómo puede una máquina pensar como un ser humano? ¿Cómo pudo Deep Blue hace más de 20 años, con desarrollo incipiente de la tecnología, haber usado inteligencia artificial en un juego altamente complejo y variable como el ajedrez? Desde aquel día para mí se inaugura de manera evidente la IA en el mundo y, por consiguiente, aumentan los desarrollos ingenieriles en esta área.

No obstante, la IA ha sido una preocupación de antaño, siendo el cine y algunas obras clásicas de este, como 2001: Una odisea del espacio y Terminator, las que de alguna manera pusieron a los seres humanos a pensar ¿qué tan positivo es darles el control a las máquinas ¿Podrían algún día las máquinas decidir nuestro destino? ¿Qué pasa si nos borran de todos los sistemas del Gobierno, de la EPS, Registraduría, universidad, empleos? ¿Seguiríamos existiendo?

Y el tiempo ha llegado, qué son 20 años en la historia de la humanidad, hoy en día vemos que la big data tiene más datos de nosotros que nosotros mismos, la big data es la inconsciencia nuestra, nuestro alter ego, en ella se encuentra el historial de nuestras búsquedas por el sentido de la vida (“googleado” incansablemente), las bajas pasiones, los deseos filantrópicos y la rebeldía, todo está guardado y el sistema sabe casi todo de nosotros ¿tecnoapocalíptico? Un poco, lo cierto es que la conectividad nos ha dejado una gran dependencia del artefacto y ha mutado un alejamiento social y una transmutación de la sociabilidad.

Actualmente estamos a merced de los dueños de la red, son los emperadores del planeta, se habla del derecho al olvido. ¿Quién que no sea un erudito puede hablarle a Google para que le bajen información falaz o noticias que menoscaban su dignidad? Cuánta gente ha sido juzgada como asesina o ladrona y posteriormente, en un juicio se demuestra su inocencia, pero, en la red, la siguen juzgando a perpetuidad.

Comunicarse con Facebook es imposible, no tienen un correo electrónico para contactarse con ellos, si te “banean” una cuenta no puedes recuperarla, si es tu perfil tienes que enviar cédula, registro civil, fotos etc., y se pueden demorar meses, semanas. La razón es que eres un dato más, solo te exprimen la información porque en las redes todo vale, todo lo cuentan, si visualizas una publicación le cobran al que paga solo por pasarla con el scroll si le das clic le cobran a la empresa, al ciudadano no le cobran dinero, pero el ciudadano paga con sus datos, que nunca sabe qué pasa con ellos.

Las redes son unas dictadoras, que le inocularon a la gente la idea “si no te gusta no entres, nadie te obliga”, y desproveen a las personas de su ciudadanía digital, de sus derechos como usuarios y consumidores, de su dignidad, de sus recuerdos, de sus datos. Twitter Latinoamérica no le responde a nadie, tienes que tener una cantidad de trinos o una comunidad muy grande para que te atiendan; Facebook es el peor, porque jamás se comunican contigo, al igual que Instagram. Moralistas inmorales, “banean” cuentas sin dar oportunidad de que la gente reconsidere su actuación.

A modo de conclusión, hay dos cosas que quiero decir. En primer lugar, es notable que la inteligencia artificial de estas redes sea incapaz de resolver problemas de los ciudadanos y consumidores digitales, en menoscabo de los derechos del internauta las redes no tienen cómo garantizar la atención de peticiones quejas y reclamos, solo un experto o alguien con muy buena suerte puede contactarlos y, sobre todo, obtener respuesta, su inteligencia artificial solo sirve para capturar datos, perfilar ciudadanos y vender información a empresas poderosas que pueden comprarla. 

En segundo lugar, es apremiante que el Gobierno Nacional exija a estas plataformas que tengan PQRS y un equipo de apelaciones, donde realmente el ciudadano “baneado” pueda hacer una reclamación y ser atendido de manera diligente. Que además el Ministerio de las TIC tenga, de manera abierta y disponible, un espacio para los ciudadanos, y ellos también ejerzan control legal a estas plataformas y velen por el cumplimiento de los derechos humanos de los ciberciudadanos. En Colombia somos víctimas de los grupos armados, de la delincuencia común, de la banca, de la COVID-19, y no puede ser que estas plataformas sean tan poderosas que sean supraestatales.

 

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Daniel Largo
Me defino como una persona de causas justas, interesado en comprender la sociedad y sus estructuras, Me apasiona la política, los derechos humanos y la ciencia y tecnología.