La falta de interés es el eje central de la ineficiencia democrática

El Congreso ya alcanza el 80% de desconfianza de la ciudadanía según las últimas encuestas, y seguirá subiendo si continúa el círculo de incapacidad, pereza, inactividad y aversión a la creatividad de los políticos.

Opina - Política

2018-01-22

La falta de interés es el eje central de la ineficiencia democrática

Cada vez más cerca de las elecciones al Congreso de la República, donde se medirán las diferentes y nuevas fuerzas ideológicas en la arena política colombiana, vale la pena llamar la atención sobre el estancamiento y desencanto por la política que la ciudadanía manifestará nuevamente en la octava elección legislativa desde la Constitución de 1991. Como ha sucedido sistemáticamente en la mayoría de jornadas electorales, en esta nueva etapa electoral, el abstencionismo será una vez más el único vencedor de la contienda democrática.

Partidos y movimientos políticos, tradicionales y alternativos, se caracterizan no sólo por sus historiales de corrupción, el mantenimiento de sus redes clientelares, la falta de interés en representar a los ciudadanos o por continuar reproduciendo las estructuras de poder y desigualdad social que los llevarán a sus curules en esta nueva ocasión. Sino sobre todo y aun lo más preocupante, por la falta de innovación y creatividad para ejercer y comunicar su escaso quehacer político.

Pero ¿por qué el llamado a la innovación política? principalmente porque la falta de participación e interés es el eje central de la ineficiencia democrática colombiana. El problema no es sólo la existencia de un ciudadano inactivo y desencantado por “los mismos con las mismas”, sino porque quienes están llamados a hacer algo al respecto se interesan poco o nada por encontrar métodos o herramientas para remediar esta profunda situación.

No se puede esperar que una política hecha con las mismas formas y discursos del siglo pasado, que no defiende el establecimiento del ciudadano como eje en la toma de decisiones políticas sino el caudillismo político tenga un resultado distinto. De seguir así, nuestra democracia será golpeada vez tras vez por altos índices de abstención, como los que ya hemos tolerado en nuestra historia democrática.

Tan sólo es cuestión de revisar los bajos índices de confianza que los ciudadanos tienen hacia las instituciones públicas. Éste es el caso del Congreso, que ya alcanza el 80% de desconfianza de la ciudadanía según las últimas encuestas, y seguirá subiendo si continúa el círculo de incapacidad, pereza, inactividad y aversión a la creatividad de los políticos.

No lo indico de una forma fatalista. Al contrario, tanto por hacer en este tema es el interés por el que llamo la atención. Fijémonos en algunos casos que están poniendo en marcha la revolución de la innovación política como otra manera de hacer, renovar e involucrar a los ciudadanos para que participen en los asuntos públicos del país. Entre otros, el Viceministro del Ministerio del Interior, Luis Ernesto Gómez, con sus #causasciudadanas y un gran número de propuestas innovadoras que se han fundamentado en una ciudadanía digital que ha logrado eficaces resultados.

De igual manera el Gobernador de Nariño, Camilo Romero, quien ha podido generar participación política a través de GANA, un portal de innovación democrática con total éxito. Y, porque la excepción hace la regla, dentro de los candidatos al Congreso se encuentra Angélica Lozano quien ha sido una abanderada en este tema, utilizando herramientas digitales y  colocando en su agenda a la innovación política para generar apertura política. Ellos son muestra de que es posible construir herramientas innovadoras para que la ciudadanía sea el centro de la democracia, y a su vez, podamos como sociedad exigirnos una mayor participación democrática a la hora de votar.

Actualmente la agenda política mundial está virando a construir nuevas herramientas de participación política, de gobiernos y datos abiertos, así como de instrumentos que fortalezcan la nueva ciudadanía digital. Es necesario que el nuevo gobierno y la ciudadanía organizada se comprometan para que, dentro de la nueva agenda nacional, así como de los planes de gobierno que irán a votación, sean incluidos estos nuevos elementos dentro de la agenda nacional y local.

Construyamos ciudadanos de calidad, pensemos y adaptemos juntos una política para nuestros contextos, y reemplacémosles a aquellos que han querido lucrarse y se han adueñado de lo que nos pertenece a todos, atravesemos esos muros que nos han puesto entre nosotros como ciudadanía y la política que nos afecta a todos.

El que nos interesemos de nuevo por la democracia y la política es una labor de la que también deben responsabilizarse quienes quieran alcanzar y permanecer en ella. ¡Por favor! más creatividad y pensamiento que simple inercia política.

( 1 ) Comentario

  1. Cierto es que la desidia de los que no votan, permiten que los corruptos lleguen al Senado y Cámara. La mayor conciencia que debemos tener es que el CONGRESO es el todo-poderoso de Colombia. Allí se hacen las leyes que aumentan la inequidad. Ejemplo, que los dueños de grandes empresas no paguen impuestos de utilidades porque las reinvierten en las empresas, mientras que quien tiene unas pocas acciones de esas mismas empresas si pagan el impuesto a rendimientos sin excepción. Son leyes creadas para favorecer a los que les pagan el dinero para resultar electos. Eso es solo un ápice de lo que sucede con nuestra democracia. La corrupción nos está carcomiendo y parece que solo unos pocos tienen la conciencia de ello.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sebastián Valbuena
Sociólogo. Estudiante Maestría en Economía de las Políticas Públicas. Convencido de la innovación política y de la ética en lo público.