Autora: Lady Orozco
Con 57 senadores a favor, se aprobó el proyecto que busca que los corruptos o los que se untan de la conocida «mermelada», no tengan el beneficio de casa por cárcel. Todos podríamos celebrar que por fin podamos comenzar a ver un cambio en contrataciones públicas y el presupuesto de cada región.
Pero se nos olvida un punto importante a la hora de hablar de actos corruptos como lo son los cargos a dedo con beneficios. Se debe entender que para ejercerlos es necesario tener un conocimiento para lograr tomar buenas decisiones.
Como dirían nuestros abuelos, las cosas comienzan con el ejemplo. Aunque sabemos que el actual presidente no es quién para hablar de ellos. Mucho menos, el más adecuado para darles una acusación a aquellos que presentan títulos falsos.
Sabemos que durante campaña, nuestro presidente aseguró que tenía títulos ganados en la Universidad de Harvard. Lo que no sabía era que alguien se iba a tomar la dedicación de constatar si esto era cierto.
Para mala suerte de Duque y para suerte de los colombianos, un ciudadano se encargó de destapar la verdad y demostrar con una respuesta dada por la misma universidad que los estudios no eran ciertos.
Pero Duque no para de dar de qué hablar porque sus diplomas no son los únicos que dejan cuestionamientos. También los nombramientos que hace durante su gobierno.
Este el caso de Claudia Ortiz, quien fue puesta en el cargo de directora de la Agencia de Desarrollo Rural. Hasta ahí todo estaría bien. Lo complejo es cuando se comienza a estudiar la hoja de vida de esta persona y se constata que no cumple con la experiencia requerida para el cargo, pero que, aún así es nombrada.
Es una gran noticia que la corrupción vaya a ser castigada con severidad. Alegra saber que estas personas que gozan robándoles a los colombianos mientras portan una corbata, deban ir a la cárcel a pagar por sus delitos.
Pero me sigo cuestionando qué tipo de hechos son tomados como corruptos en este país. En algunas ocasiones deberíamos entender que no solo nos pueden robar dinero, sino garantías a la hora de gobernarnos.
Tener personas en cargos, aún cuando no tienen la mínima experiencia de cómo manejarlos, también debería ser tomado como hechos de corrupción.
La falsificación de diplomatura debería ser castigada, así sea el mismo presidente el que incurra en este hecho. No nos podemos quedar pensando que solo nos roban impuestos. Nos están robando la posibilidad de sentirnos tranquilos.
No estamos tranquilos al saber que el ministro de Defensa tiene investigaciones por pedir resultados al Ejército aún extra-constitucionales. De todas formas, continúa en su cargo.
Nos están robando la tranquilidad al darle posesión a un ministro de Hacienda que tuvo tantos problemas y negociaciones malversas, como los mal llamados Bonos de Agua.
A los colombianos no solo se les roba dinero. Apoyo la causa, vamos por buen camino, pero, ¿realmente es lo único que necesitamos detener?