¿Jugamos al teléfono roto de la corrupción?

Sabemos que la iniciativa anticorrupción no le conviene a muchos que están ahí sentados en el Congreso. No quieren que su sueldo sea mermado o que se les prohíba atornillarse en el poder, ya mucho menos quieren rendir cuentas de sus estados financieros.

Opina - Política

2019-06-21

¿Jugamos al teléfono roto de la corrupción?

Autora: Lady Orozco

 

Todos estábamos pendientes de la selección Colombia, pero pocos fuimos invitados al juego de la Cámara de Representantes. El 19 de junio se debía firmar la conciliación para que al día siguiente se votara el conocido proyecto anticorrupción. Pero la partida comenzó sin muchos estar invitados a jugarla.

Antes de anunciarse la votación que se tendría el 20 de junio, se debía estudiar y firmar una conciliación entre Senado y Cámara. Para ese trámite se nombra a alguien como conciliador entre ambas esferas.

En el caso del 19 de junio, Gabriel Vallejo es llamado, según su propio testimonio, por la ministra de Interior para que se dirigiera a firmar el documento mencionado previamente. Y es aquí donde comienza a hacerse el juego más interesante.

Hay algunas versiones según las cuales a Vallejo lo habrían designado conciliador de esta iniciativa de manera verbal. La ministra no corroboró si en definitiva Vallejo era el conciliador. Este siguió como borrego sin norte a firmar sin siquiera saber lo que estaba haciendo. Según él, pensó que la conciliación era de uno de sus proyectos, pero, aún leyendo y sabiendo que ese no era el caso, firmó sin ninguna protesta que valiera la pena.

Minutos más tarde, el senador Germán Varón, con quien se había reunido Vallejo, es llamado por el congresista Jairo Cristo, de Cambio Radical. Este le comenta que él es el verdadero conciliador del proyecto. ¿Se pueden imaginar la cara del primero al saber que perdió toda la reunión?, pero eso no es lo peor. El juego se pone mejor.

Cuando se notifica quién es el verdadero encargado, ya la Cámara de Representantes había levantado la sesión. Necesitaban irse a bailar y a celebrar con Chacón. Pero también para verse el partido de la Selección.

Ante todo debemos ser colombianos de patria y apoyar a nuestros jugadores, aún cuando uno de los proyectos más importantes se esté yendo a la basura. Qué bonito Congreso.

Disculpas tienen todos. La ministra dio una entrevista a Blu Radio en la que aseguró que ella no se levantó a hablar para parar la sesión porque sería irrespetar a los funcionarios de la Cámara y quitarles la libre potestad de ejercer sus funciones con libertad. En la misma mañana, Vallejo dice que él solo se enteró de que era otro proyecto justo, justo cuando estaba firmando.

Todos se lavaron las manos como bien nos han enseñado los políticos de este país, qué buen ejemplo.

Pero todo este torbellino no se detiene. Si el proyecto realmente hubiese querido ser aprobado, las cosas serían diferentes. La Cámara pudo haber levantado la sesión hasta después del gran partido. Retomarla a eso de las 7 de la noche, como lo hizo el Senado.

Pero en definitiva, sabemos que es una iniciativa que no le conviene a muchos que están ahí sentados. No quieren que su sueldo sea mermado o que se les prohíba atornillarse en el poder, ya mucho menos quieren rendir cuentas de sus estados financieros.

Hoy, por un macabro juego que parece un teléfono roto, Colombia ha vuelto a caer en un declive y en un cuestionamiento acerca de aquellos que están allá sentados «representándonos».

Hoy seguimos sin poder decir que se ha logrado aprobar un proyecto en contra de la corrupción que nos asecha.

El Gobierno habla muy bonito y los discursos que da el presidente en sus alocuciones suenan muy bien, para un programa televisivo; porque ahí se queda, en las palabras bonitas como todas las novelas de ficción que usted y yo hemos visto en los canales locales. Esos que también dejan mucho qué pensar.

¿Será que en la primera sesión de la próxima legislatura alguno de los congresistas luchará por el proyecto? ¿O la fiesta y los partidos seguirán siendo el centro de atención?

 

 

Foto cortesía de: El Universal

 

 

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Johana Orozco Ortiz
Comunicadora social y periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín. Escritora con diferentes poemas publicados en el libro de Sinergias de España y Caza de Versos, en México. Columnas publicadas en diversos medios de comunicación.