Hagamos parte del cambio

En el momento en que Colombia tenga dirigentes que hayan llegado al poder, no por amistades e influencias ni por negocios personales, conoceremos lo que es que nos gobiernen en verdad.

Opina - Política

2021-02-02

Hagamos parte del cambio

Columnista:

Lucas Felipe Lara

 

En Colombia hay tanta desigualdad social por la razón de que para ser político hay que tener dinero y relaciones influyentes; desde mi punto de vista, los políticos en Colombia no han sufrido ningún caso de pobreza. Es por esto que pocos congresistas tuvieron que vivir una vida con algún grado de austeridad, y esto los hace insensibles a la triste realidad que vive parte del pueblo colombiano y la indiferencia de los parlamentarios se ve cuando no legislan para que las futuras generaciones no tengan que vivir en condiciones de pobreza.

Si en realidad los integrantes de los partidos políticos quisieran hacer de Colombia un país menos desigual y con menores problemas, aceptarían a personas que tengan buenas ideas; así no tengan dinero para hacer campaña política y, por ende, contratarían a personas que conozcan los problemas del país, que han sufrido las consecuencias de las leyes que desfavorecen a los pobres, y construirían así una legislación para que las personas del común tengan oportunidades dignas de estudio y de empleo.

En línea con lo anterior, tenemos el caso del exsenador Musa Besaile, que en el periodo de entre 2010 y 2014 puso representante a la Cámara, apalancó algunos alcaldes, directores de instituciones del orden nacional y ayudó a su hermano a fin de que fuera elegido gobernador de Córdoba según el libro ¿Por qué los matan? de Ariel Ávila. Personas como Musa lo único que quieren es conseguir poder, para enriquecerse y no con el objetivo de legislar de manera honrada; son la clase de políticos que debemos sacar del poder. Si congresistas como Musa siguen en el poder, lo único que harán es continuar con la hegemonía, lo que conllevará a que Colombia siga siendo un país desigual, corrupto y tercermundista.

La nueva generación de políticos en este país se basa en privilegios como recomendaciones de otros políticos o por tener un apellido de alguien adinerado; como ejemplo tenemos a una de las nuevas caras del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, quien ha llegado a cargos importantes por su apellido «Turbay» y porque ha sido apalancado por Álvaro Uribe.

En el momento en que Colombia tenga dirigentes que hayan llegado al poder, no por amistades e influencias ni por negocios personales, conoceremos lo que es que nos gobiernen en verdad, cuando los grandes empresarios dejen de financiar a los políticos y luego estos tengan que devolver el favor, participaremos de una verdadera democracia.

En este sentido, es importante que empecemos a tener un pensamiento crítico y no creamos lo que nos dicen los políticos ni los medios de comunicación, sino que verifiquemos la información. Así, vamos a tener un verdadero cambio en nuestra forma de pensar, porque muchas veces los medios no nos muestran la información completa.

Pero ¿por qué seguimos apoyando a políticos que le han hecho daño al país y no exigimos justicia por cada masacre, por cada asesinato?, ¿por qué tenemos que ser un país tan mediocre y acomodado, que no defiende a sus compatriotas y en el que nos burlamos de las personas que quieren cambiar la situación? Si cada noche nos sentamos a reflexionar sobre estas preguntas, seguramente dejaremos de estar del lado de la ignorancia y, por el contrario, cuando pensemos en el tipo de país que queremos, tendremos sentido de pertenencia, apoyáremos a quienes quieren un verdadero cambio y defenderemos a nuestros líderes sociales y ambientales, que luchan cada día por un país mejor y cuya vida ofrendan por atreverse a defender sus ideales.

Pensamientos como el de Francia Márquez le hacen falta al país, personas que en realidad quieran defender los derechos humanos y proteger el medio ambiente, necesitamos políticos como ella, que no se deja opacar por los comentarios machistas y racistas, necesitamos personas que se sientan orgullosas de ser quiénes son y que estén convencidas de sus ideales, necesitamos personas que no tengan que aparentar y necesitamos personas que protejan a los más vulnerables.

 

( 1 ) Comentario

  1. ReplyFernando Marroquín Anduquia

    +Esa es la realidad que vivimos en este pais del «corazón de Jesús». Tenemos memoria de pollo y seguimos eligiendo los mismos, sin embargo después nos quejamos, pero olvidamos que somos artífices de nuestro propio destino.
    Acá vale mas un bandido o un corrupto que una persona de bien.

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Lucas Felipe Lara Beltrán