Entre más veo las tendencias de Twitter más me asusto

Solo en algunos casos la tendencia en Twitter será la realidad en las urnas.

 

Opina - Sociedad

2017-10-30

Entre más veo las tendencias de Twitter más me asusto

Ya es de dominio público que las redes sociales, en especial Twitter, generan un fenómeno de autorreferencia y afirmación de las creencias, que en algunos casos impide que nos enteremos lo mucho que podemos estar equivocados.

Al investigar un poco en referencia a la alfabetización tecnológica y el acceso a tecnologías de información y comunicaciones, me parece que los usuarios de Twitter en Colombia somos una minoría, un grupúsculo de personas privilegiadas. Esas dos características tienen dos consecuencias importantes: una percepción alterada de la realidad nacional y poca influencia en la mayoría de nuestros compatriotas parte del censo electoral.

Eso significa que solo en algunos casos la tendencia en Twitter será la realidad en las urnas, y pasados eventos aún recientes en mi memoria son evidencia a favor, incluso para otros países como EE.UU. y Gran Bretaña.

Entonces cuando veo a muchos usuarios de las redes sociales indignados por una campaña del Centro Democrático, me preocupa que eso sea el sentir representativo de una minoría con poca influencia en lo que sucederá en las urnas en los próximos comicios, y resultemos en otro gobierno guerrerista que le quita recursos a la educación, la salud y la cultura, además de promover impuestos regresivos para seguir beneficiando a sus amigos empresarios.

Tal vez sea una ligera paranoia donde creo que las noticias alentadoras que puedo percibir en redes sociales, en especial sobre nosotros como pueblo, son una ilusión autocreada por las personas que he decidido leer y que la realidad colombiana es exactamente lo opuesto.

Pero mis sospechas están basadas en la experiencia: creímos que era poco más que una broma que Trump se convertiría en presidente de EE.UU., y no sólo sucedió sino que la población básicamente peló el cobre; creímos que el sí para el plebiscito ganaría con amplia ventaja y pues no; también el tema del Brexit… y pues no se trata de listar de manera exhaustiva las decepciones.

Creo que es momento de abandonar la comodidad de la paz aparente con nuestros conocidos y familiares. Yo mismo dejé de comentar acerca de mis intenciones de voto con mi familia “por la paz” y lo que realmente hay es un esqueleto en el closet, la calma superficial que probablemente haya costado parte de los gastos necesarios para mantener un acuerdo de paz.

De ahora en adelante hay que debatir con quienes promuevan ideas negativas para el país, eso no quiere decir convencer pero sí exponer las razones por las cuáles se considera una opción más conveniente que otra. Ojo, las razones sobre una propuesta o tendencia, no sobre un personaje o las sospechas sobre otros porque ese intercambio de acusaciones solo produce reafirmación de creencias infundadas.

Hay algo que se debe tener muy claro: en un debate se busca exponer argumentos sobre una posición, no revelar la verdad, imponer un cambio, tampoco ‘ganar’ mostrando algún hecho; el objetivo es entender al otro y ser entendido por el otro, la agresión solo pone barreras para el intercambio de ideas.

Debemos mostrar con nuestro entorno inmediato que se puede pensar diferente, discutir sobre ello, acerca del aborto o la persona que debe ser presidente de Colombia, sin que eso sea motivo de separación o de peleas enconadas. Y estar preparadas que después de que nos entendamos en nuestras perspectivas diferentes el otro no quiera cambiar de opinión.

Lo que no quiero, es dejar de mostrar las razones sobre mi opinión porque tal vez se van a enojar, o porque asumo que nunca van a entender mi punto de vista. Si se piensa bien, eso es insultar al otro sin decir palabra y es justamente lo que debemos evitar para cambiar.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Claudio Mera
Lector asiduo, estudioso de la administración y la gestión, consultor, docente universitario, cocinero y ejecutivo administrativo. Las opiniones pretenden mostrar una postura lógica.