En elecciones, vistámonos de dignidad

En Colombia estamos batallando con un ambiente tóxico y de incertidumbre, donde el futuro se lo juegan los mismos de siempre o alternativos, rodeados de aquellos que ya han hecho su historia en el país, y no de la manera positiva que es espera.

Opina - Política

2022-05-28

En elecciones, vistámonos de dignidad

Columnista:

Gustavo Malagón

 

«Aquí estamos. No nos fuimos. No nos vamos», entonaba el coro de una canción y entonces me replanteaba mi papel en el ámbito político y social del país, en especial, en estos momentos donde la intensidad de los actos generan choques y reacciones en varios sentidos.

En los últimos días, hemos sido testigos de los alcances y el impacto que la política tiene en nuestras vidas, cuando las principales figuras del sector juegan estratégicamente con nuestros sentires y pesares, con nuestra historia y nuestra esperanza. En sus discursos no existe más que el odio y en sus propuestas nuestras ilusiones moldeadas a un fin político.

En Colombia estamos batallando con un ambiente tóxico y de incertidumbre, donde el futuro se lo juegan los mismos de siempre o alternativos, rodeados de aquellos que ya han hecho su historia en el país, y no de la manera positiva que es espera. Aquí se enfrentan dos partes, cada una ignorando a la otra, pasando así a justificar algunos muertos, algunas opiniones y algunos actos que rayan en lo inmoral.

Hablamos de los falsos positivos, luego de los relatos más frívolos, pero olvidamos a los solados caídos en batalla; hablamos de la corrupción que rodea a algunos personajes de la derecha, pero desconocemos la corrupción de la izquierda; condenamos las malas gestiones de administraciones actuales, pero justificamos el actuar de las anteriores… Y en ese juego de tire y hale nos la pasamos olvidando y repudiando una parte de la historia, pero no aprendiendo de la historia misma.

Las elecciones que se avecinan no son un juego ni un experimento, estamos hablando de que votaremos por el capitán de este barco que es mucho más que guerra, odio y violencia. Hablamos del campesino que fue el que aseguró la seguridad alimentaria del país y la productividad del campo; hablamos de las mipymes que con todos sus esfuerzos mantuvieron sus trabajadores y algunas sus operaciones; hablamos del ambiente, el cual sufre hoy de fuertes afectaciones por las malas prácticas, por el subestimar su importancia y por desconocer su función vital; hablamos de los desempleados que hoy visten ilusiones de mejorar la calidad de vida de sus familias; hablamos del estudiante que cada vez más es sometido a brechas de desigualdad en oportunidades; hablamos de la economía, esa que con cualquier mal decisión se altera y sus efectos se transfieren a los más golpeados por la inequidad; hablamos de nuestra cultura, esa que nos tiene vislumbrando por fuera un país diverso y suficiente; hablamos de la vida, esa que se arrebata con un pensamiento diferente.

Colombia es mucho más de lo que nos venden los políticos, pues esa es su función: crearnos un ambiente de caos para vendernos una falsa solución, pero depende de nosotros, en elecciones, vestidos de dignidad, que transformemos esa realidad y el país comience a andar por la senda del cambio, con la que muchos soñamos y merecemos.

Hoy tenemos diferentes candidatos que nos vendes distintas soluciones, pero ya la historia nos ha contado que no solo basta del papel para que cumplan sus promesas, sino de la sanción y la resistencia que impongamos en las urnas. 

 

 

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Gustavo Malagón
Consultor corporativo y de proyectos. Administrador de empresas, Esp. en evaluación y desarrollo de proyectos de la Universidad del Rosario