El Senador Everth Bustamante: El Área 51 del Uribismo

Opina - Política

2016-06-10

El Senador Everth Bustamante: El Área 51 del Uribismo

Existen misterios indescifrables que por más que uno pregunte, nadie le va a dar una respuesta. Un ejemplo es el Área 51, en el desierto de Nevada, donde supuestamente agencias secretas de EEUU han estado desarrollando naves espaciales con ayuda extraterrestre. Otro misterio tipo «Archivos X» es preguntarle a un uribista respecto a Everth Bustamante. No vale la pena desgastarse, en ninguno de los dos casos le van a contestar nada.

Respecto al área 51 hasta el propio Obama ya ha hecho chistes, mientras que los uribistas son más bien reservados respecto a su senador. Ambos enigmas se parecen en que podrían ser experimentos curiosos que al parecer no han salido del todo bien.

He hecho el ejercicio en Twitter de que algunos uribistas me expliquen cuál es la razón que un ex-guerrillero, fundador del M-19, haya sido incluido en la lista cerrada al senado por el Centro Democrático. ¿Cuál podría ser su aporte a todo este debate de la paz? Al fin y al cabo él mismo hizo parte en el proceso entre el M-19 y el gobierno, en los 90.

Esto parece ser un tema tabú para el uribismo. Las repuestas que he recibido mayoritariamente, son el silencio seguido de un seguro bloqueo. Algunos otros me insultan y me llaman precisamente guerrillero por osar preguntar tal cosa y predeciblemente también me bloquean. He leído de todo, hasta respuestas tan pintorescas como que él es senador gracias a que en esa época no existía la Corte Penal Internacional. Al final lo que quedo es todavía más confundido.

Volviendo a buscar los orígenes del M-19, Everth Bustamante efectivamente es uno de sus fundadores en 1974, junto con Jaime Bateman, Álvaro Fayad, Iván Marino Ospina, Carlos Pizarro y Andres Almarales, entre otros. En dicha lista no aparecen ni Antonio Navarro Wolff que entró solo a final de los 70, ni Gustavo Petro que para esa fecha tenía 14 años. Esto para contextualizar a los ex M-19 que siguen en política, el otro sería Rosemberg Pabón, el famoso Comandante Uno en la toma a la Embajada de República Dominicana, ahora también uribista. 

Everth fue uno de los pesos pesados del M-19 y como jefe de la «coordinadora nacional de base», incluso el propio Jaime Bateman acusó los él y a éste grupo del secuestro y asesinato del americano Chester Allan Bitterman. Esto lo ha negado Bustamante en varias oportunidades. En su página todo su paso por el M-19 aparece curiosamente borrado.

No es de extrañarse, algunos también omiten la militancia de otro senador del CD, uribista pura sangre, como José Obdulio Gaviria en el Partido Comunista Marxista-Leninista Maoísta cuyo brazo armado era el EPL. Para preocuparse este cuadro de amnesia selectiva, les convendría un refuerzo de complejo vitamínico para la memoria. 

Bustamante representa todas las contradicciones de la oposición del uribismo al proceso de paz, en una sola persona. Tal vez por ese motivo el tema genera tanta incomodidad, pero pocos lo manifiestan abiertamente. Esa dicotomía debe generar más de un conflicto, pues es la síntesis del rabo de paja que tiene el Centro Democrático. Los ejes de la oposición frente al proceso de paz se concentran en dos temas: la elegibilidad política de los ex-guerrilleros y la impunidad. Ambos son temas críticos que nos preocupan a todos los colombianos y que igual confiamos en que lo que se negocie se implemente con justicia, siempre con el objetivo claro de acabar con un conflicto de más de 50 años. 

Lo más paradójico es que ambas circunstancias, (impunidad y elegibilidad) se las resolvió el propio Uribe a Bustamante, en dos décadas. El de la impunidad con la ley de amnistía completa al M-19 que promovió siendo senador liberal en 1992 y el de la elegibilidad que se la garantizó con la inclusión en la lista cerrada al senado del Centro Democrático en 2014. En dicha ley de amnistía se buscaba «blindar» los acuerdos del proceso con el M-19 ante la posibilidad de que los jueces o nuevas leyes pudieran revivir los procesos penales por el Palacio de Justicia. Paradójicamente lo mismo a lo que precisamente ahora se opone de manera vehemente el uribismo.

¿Entonces en qué quedamos? ¿Por qué lo que se aplicó para Everth, no sirve para las FARC? ¿Son muy distintas las FARC y el M-19? ¿El hecho de volverse uribista exculpa a cualquiera de su pasado? ¿Será que si para cuando Timochenko, Márquez, y Santrich, cumplan sus penas y el CD todavía existe, este partido los recibe en sus filas? 

¿Al fin y al cabo no es un mensaje de reconciliación que se sienten en el Senado a pocos centímetros, representantes los dos lados opuestos de la toma al palacio de justicia y bajo el mismo partido, como lo son Thania Vega, esposa del entonces teniente coronel Plazas que lideró la retoma, junto al mismo Everth?

Imagen: elespectador.com

Imagen: elespectador.com

Este proceso de paz ya se nos vino encima. Una vez se firme, lo que hay que ponerse a trabajar es en la construcción de una reconciliación nacional, así todavía falte el ELN en la ecuación. Se hizo con el M-19, gracias a lo cual los seguidores del CD tienen hoy a Bustamante de senador. Lo mismo se hizo con los paramilitares, solo que en este caso la elegibilidad política la tuvieron antes del proceso de desmovilización, a lo que se le llamó la parapolítica. Así es nuestra democracia. 

Los acuerdos del estatuto de Roma hacen que la impunidad se minimice, pero siempre habrá. No son procesos fáciles y es muy difícil que todos queden contentos, igual es el primer paso de algo que se llama reconciliación.  

Algo reivindicaría al senador Bustamante, que luego de un desempeño pobre de casi dos años andando agazapado protestando detrás de cartelitos sin hacer algo digno de ser recordado, sería colaborar activamente y tener una posición proactiva al menos en la verificación de la implementación de los acuerdos. Ya sin el objetivo de torpedear el proceso sino mas como facilitador. Igual desde su posición de congresista opositor. De eso sabe y podría irle bien. Está a tiempo, senador. Hágale.

Publicada el: 10 Jun de 2016

( 4 ) Comentarios

  1. ReplyEl que te saca la rabia

    Los santistas como tú no conocen lo que es el Estatuto de Roma. No existía en 1990 y ahora en 2016 está aplicado en pleno. Una leidita al art 77 no te caería mal 😉

    • Gracias, por tu comentario. Con tu mismo sistema de análisis voy a prejuzgar entonces que eres uribista. Conozco bien toda la parte VII del estatuto de Roma, y te invito a que me digas en éste articulo si hay alguna imprecisión. Todo lo que aquí aparece está debidamente soportado. Independiente de si en 1990 0 1992 exisitía o no el estatuto de Roma, a lo que invito a reflexionar en éste artículo es a la falta de coherencia en los postulados del uribismo respecto al proceso de paz con las FARC. La sola inclusión y elección a senador por parte del uribismo del señor Bustamante invalida los argumentos de impunidad y elegibilidad que esgrimen.

    • El que te saca la rabia… Tooomelo

  2. Muy buen artículo.

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Eduardo Gaitán Villegas
Licenciado en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, con especialización en Marketing Político. Experto en Marketing de Consumo Masivo, Marketing de Lujo y Marketing Digital de Hotelería y Turismo.