Columnista:
Anderson Bossa
¿A quién atacamos ahora? La incógnita que trasnocha a las elites. Decir que las formas de control social que utiliza el gobierno actual tienen un patrón similar a gobiernos pasados es una obviedad, la redundancia del poder, el empobrecimiento, la corrupción y los asesinatos a líderes sociales son evidencia de un sistema establecido.
Pero ¿qué es un sistema establecido? Y ¿por qué tiene redundancias?
Para empezar, son muy viejos los recursos utilizados por el Gobierno colombiano con el fin de intentar mantener el control de la sociedad, aunque en la actualidad estamos en un escenario diferente: la religión ha perdido mucha fuerza y credibilidad en las últimas décadas, las jerarquías y las leyes ya no son tan evidentes (la desigualdad no ha cambiado, aunque creo, estamos mejor que antes). Con la llegada de Internet los medios de comunicación y propaganda han perdido fuerza y el pensamiento crítico se ha apoderado de muchas más personas.
Sin embargo, la manera eficaz de todos los tiempos para mantener la sumisión es la bien ponderada represión social por medio de la coacción y la fuerza, recordándole al dócil ciudadano que el mayor catalizador de obediencia es el miedo.
Un gobierno o estado silenciará, matará y torturará a los que sea necesarios para ejercer su autoridad. A lo largo de la historia en los momentos más importantes y trascendentales, las técnicas de dominación social han sido idénticas.
Un pueblo no es ignorante porque si, un pueblo es idiotizado porque a otros les conviene, esto es una redundancia del sistema que todo lo quiere controlar y son conceptos expresados de otras formas que ya se han manifestado antes. Pensar en un sistema de dominación del pueblo que se repite a lo largo de la historia y nunca cambia, es una locura. ¿Habrá un manual para dominar el mundo? El único que conozco es el del gran Montgomery Burn’s, pero ¿existirá uno que no conozcamos?
La oposición es la base de la política, enfrentar posiciones al parecer diferentes y darles a las personas la esperanza y la posibilidad de un cambio, es uno de los tantos recursos a fin de controlar las masas. ¿Quién es bueno o malo?, ¿quién de derecha y quien de izquierda?, ¿qué es derecha y qué es izquierda?. Una tarea imposible es averiguar las estrategias en la historia para la manipulación de las personas, podríamos decir que son obvias y están a la vista de todos.
Otro punto importante en lo que parece «otra forma de dominación», seria cualquier elemento o componente que cause adicción, si alguien quisiera controlar a otro, un camino seguro sería dominar eso que causa placer. Por ejemplo, las redes sociales, esas plataformas que se utilizan para «comunicar» pensamientos propios y ajenos, que activan lo mejor y lo peor de las personas.
Una herramienta importantísima para el cambio que traen las nuevas generaciones, la posibilidad en algún momento romantizada de poder decir lo que pensamos, de tener varios puntos de vista y por otro lado, ese riesgo de querer ejercer algún tipo de poder contra quien no se puede defender; como yo y esta necesidad dominante de intentar defenderme con palabras del Gobierno actual, anticuado y pasado o pesado.
El fragmento de este «fenómeno tecnológico» (las redes sociales) es la pasión exacerbada, la cual desencadena ira, está en la mayoría de los casos y se manifiesta sin argumentos, las legiones de idiotas producen desinformación, eso le conviene a quien quiere controlar la sociedad. Un apoyo incondicional a los líderes de opinión que quieren silenciar, desde los rincones de la red, porque la sociedad aprendió una forma de interacción eficaz y que le duele al gobierno para expresar nuestro inconformismo.
-Los protocolos de los sabios de Sion, son un manual para dominar el orbe. Vienen desde hace 3000 años, actualizándose anualmente, de manera que ya llenan varias cuartillas.