El Gobierno Duque viola el Estado laico

¿Será que la laicidad y la democracia también están en cuarentena?

Opina - Política

2020-05-15

El Gobierno Duque viola el Estado laico

Columnista:

Daniel Fernando Rincón

 

El miércoles 13 de mayo, día en que en el mundo católico se conmemora la aparición de la Virgen María en Fátima Portugal, aparición que se relaciona con el uso del Rosario, elemento que sirve para llevar las cuentas de las oraciones y plegarias en el rito católico, la ministra del Interior Alicia Arango, a través de la circular externa CIR2020-48-DMI-1000, convocó al sector interreligioso de Colombia a una “Jornada Nacional de Oración y Reflexión en el marco de la pandemia del COVID-19” a realizarse el 15 de mayo.

El texto, revisado por Lorena Ríos, directora de Asuntos Religiosos, miembro de una iglesia vinculada a las Asambleas de Dios, la mayor denominación pentecostal en el mundo, y aprobado por Carlos Alberto Baena, viceministro para la Participación, pastor general de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, miembro del Partido MIRA, brazo político de dicha denominación que aun cuando los pentecostales tildan de secta y, por lo tanto anticristiana, hace parte de los llamados movimientos carismáticos o neopentecostales, aprovecha la conmemoración del Día Internacional de la Familia, que es precisamente el 15 de mayo, para convocar a una actividad tan cotidiana como orar.

Y es que a pesar de lo evidente que es el lobbying pentecostal en el actual Gobierno Nacional, surgen varios cuestionamientos sobre la convocatoria: ¿Qué entiende por laicidad el viceministro-pastor Baena? ¿Qué interpreta por libertad religiosa la Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio?

De acuerdo con la Constitución Política, todas las confesiones religiosas son libres ante la ley, lo que implica que Colombia es un Estado laico, es decir, un Estado que es ajeno a las órdenes religiosas, a los cleros, algo que abierta y constantemente viola el presidente de la República, símbolo de la unidad del Estado, cuando rinde homenajes a la Virgen de Chiquinquirá y le pide protección ante la pandemia o cuando la vicepresidenta en sus redes sociales “consagra nuestro país a nuestra Señora de Fátima elevando plegarias por Colombia para que nos ayude a frenar el avance de esta pandemia”.

Por supuesto que Duque y Marta Lucía en tanto ciudadanos colombianos gozan del derecho a difundir sus ideas religiosas, sin embargo, no son ciudadanos colombianos comunes, son ciudadanos colombianos que por su función dentro del Estado, deben garantizar la igualdad de cultos, ante la ley y la opinión pública, por lo que debieran permitirse no abusar de su libertad, violentando la de todos los demás.

Y es que pareciera que la laicidad en Colombia en el Gobierno Duque, al igual que la democracia, se encuentran en cuarentena, encerradas por causa de una contagiosa moral cristiano-católica que de manera decidida piensa que el Reino de los Cielos, gobernado por Cristo Rey se debe implementar en este tiempo y en este lugar, liderado por sus lugartenientes, los sacerdotes católicos y los pastores pentecostales, que a la par creen firmemente que el Cristo Sacerdote exige un ritual deliberadamente minucioso, que empiece por modificar el concepto de familia hasta llegar a modificar el concepto del Estado.

Es por ello que dichos lugartenientes, fervientes fieles de un radiante Dios de brillante rostro como el oro, con duros brazos como la plata, de refulgentes muslos como de bronce, con fuertes piernas como de hierro, en síntesis, de un Cristo de gloria, cuando llegan a ocupar puestos importantes en el Estado, piensen que el sector interreligioso colombiano solo sirve para rezar, por lo que se le convoca para eso.

En ellos no cabe la noción de defensa de los derechos humanos que algunas organizaciones basadas en fe realizan; para ellos, el único derecho que tienen los humanos es el derecho emanado por su glorioso dios de seguir sus mandamientos y preceptos, que a pesar de aparecer en la Biblia, deben ser interpretados de acuerdo con los lineamientos que los apóstoles de Cristo, que como sacerdotes secundarios, imparten la voluntad del sumo sacerdote celestial, el Cristo Rey y sacerdote que gobierna sobre vivos y muertos.

En síntesis, mientras que existan partidos políticos como el MIRA, Colombia Justa Libres, el Centro Democrático y similares, la laicidad del Estado siempre estará en entredicho, basados en la falsa idea de que la democracia es la tiranía de la mayoría, y que al ser Colombia un país mayoritariamente cristiano, católico, debe guiarse por la moral y los ritos de dicha espiritualidad, sin importar eso que llaman “libertad de cultos”.

Posdata: ¡Feliz Día Internacional de la Familia! Sobre todo a aquellas que no están constituidas por papá y mamá, ya que alguno de los dos o los dos fueron asesinados por sicarios que salen sin permiso en esta cuarentena.

 

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Daniel Fernando Rincón
Zootecnista Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá. Candidato a Magíster en Producción Animal. Girardoteño. Protestante desde tiempos inmemorables. Luterano. A veces escribe en portales de opinión.