Educación remota sí, alternancia no

Abrir las escuelas en agosto, justo cuando se está en los prolegómenos de la cresta de la pandemia es un genocidio colectivo, un holocausto escolar.

Opina - Conflicto

2020-07-30

Educación remota sí, alternancia no

Columnista:

Gustavo Adolfo Carreño

 

El esquema de la alternancia combina estrategias de trabajo educativo en casa con encuentros presenciales en las escuelas, de manera gradual, empezando con los estudiantes de décimo y undécimo grado, a partir del mes de agosto.

Esto está soportado en la circular 011 conjunta de los Ministerios de Vivienda, Salud y Trabajo y las directivas ministeriales 11, 12 y 13 de 2020 de la cartera de Educación Nacional, lo mismo que los Lineamientos para la prestación del servicio de educación en casa y en presencialidad bajo el esquema de alternancia y la implementación de prácticas de bioseguridad en la comunidad.

Aclaremos: una cosa son lineamientos y otra protocolos. Los lineamientos son orientaciones de carácter general, una directriz que debe ser implementada en las entidades del Estado, por lo mismo deben estar en sintonía con las condiciones reales, territorializarse.

Por el contrario, un protocolo es según la Real Academia de la Lengua Española RAE, “un conjunto de reglas establecidas por norma o costumbre para actos oficiales, avalada por autoridad, una actuación científica, técnica, médica, probada”. De este modo el gobierno colombiano traza lineamientos e insta a los entes territoriales y a las comunidades educativas a adoptar protocolos sin concurrir con solidaridad, corresponsabilidad y financiación adecuada, como corresponde.

De otro lado, tenemos el caso de España que sí adoptó protocolos para la atención educativa de sus menores en medio de la pandemia (medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a la COVID-19 para centros educativos en el curso 2020-2021). Veamos que dicen uno y otro.

 

Colombia y sus lineamientos

En nuestro país, en teoría se debe poner en práctica la higiene y el distanciamiento social en los establecimientos educativos. La asistencia a los colegios la harán los alumnos siempre y cuando no tengan ningún síntoma de enfermedad (habrá que pedir certificación a las EPS sobre el estado de salud del personal que labora en ellas, esquema de vacunación de los estudiantes, etc.).

Será obligatorio el uso de tapabocas o máscaras protectoras que cubran nariz y boca . Se le instará a los estudiantes a evitar tocarse la cara, frotarse la nariz y los ojos (¿cómo se controla esto entre los niños?), así como a abstenerse de compartir alimentos, materiales y elementos escolares (sí la escuela un espacio humano, de vida, ¿cómo prohibir compartir?).

Los lineamientos indican que se establecerá un momento de lavado de manos con agua y jabón mínimo cada tres horas, antes y después de consumir alimentos, cuando se vean visiblemente sucias y antes de ingresar a clases después de los recesos. (Esto implica  dotar a los centros educativos de insumos adicionales como jabón o gel antibacterial, personas con funciones de vigilancia y control, además, se parte de la normalidad de contar con el servicio de agua y alcantarillado, inexistente en la mayor parte del mundo escolar rural).

Nuestros lineamientos también ordenan que los tapabocas convencionales o de tela deben cambiarse si se humedecen o si están visiblemente sucios, su uso máximo es de 1 día. El tapabocas de tela al retirarse en casa debe lavarse inmediatamente con agua y con jabón (¿quién va a hacer esos controles en el colegio y en casa?).

Sobre las Condiciones sanitarias y de higiene de instalaciones educativas, los lineamientos colombianos explican que se deben valorar espacios como accesos, oficinas, aulas, salas de maestros, zonas sociales, canchas, laboratorios, bibliotecas, auditorios, tienda escolar, polideportivo, talleres, granjas, comedores, habitaciones, zonas verdes, espacios abiertos entre otras (Lo normal en un país como Colombia es que las escuelas carezcan de sala de profesores, laboratorios, bibliotecas, comedores, talleres o granjas) .

El mismo aparte señala que las instituciones deben contar con baterías sanitarias, lavaderos de manos, y hacer efectiva la limpieza y desinfección de calzado al ingreso a las instalaciones (En Colombia, cada aula agrupa en promedio 40 estudiantes. Mi colegio atiende en la jornada que laboro 650 estudiantes, con solo 2 baterías sanitarias y 2 lavamanos para mujeres, e igual número para hombres).

Los lineamientos estipulan que el establecimiento educativo oficial, la secretaría de Educación encargada y el directivo docente del plantel coordinaran lo relacionado con la disposición de los elementos de protección personal para los estudiantes, educadores y personal administrativo (¿ y los recursos de dónde saldrán?, ¿y el personal de aseo, vigilancia, manipuladoras de alimentos donde hay restaurante escolar de dónde saldrá?).

El documento también dicta adecuar un espacio que garantice la medida de aislamiento preventivo a integrantes de la comunidad educativa que presenten síntomas, mientras les es posible retirarse de la institución (hay que tener en cuenta que en muchos casos los espacios en las escuelas son insuficientes o inexistentes).

Los protocolos correspondientes se centran en transporte escolar (opera para ciertas zonas rurales), alimentación escolar (focalizada), vigilancia y aseo; todos estos servicios complementarios son contratados o tercerizados.

 

España y sus protocolos

Ahora revisemos lo dispuesto por el país ibérico para la atención escolar de sus estudiantes en esta pandemia.

Los protocolos para la limitación de contactos ordenan:

  • Aprovechar los espacios de los centros educativos: gimnasios, comedores o salones de actos, bibliotecas, ludotecas, polideportivos.
  • Utilizar espacios públicos municipales como bibliotecas, ludotecas, polideportivos o centros culturales.
  • Que en preescolar y primaria hayan máximo 15 estudiantes a 2 mts. de distancia, en bachillerato igual distancia con un máximo de 12 estudiantes por salón.
  • Habrá entradas y salidas escalonadas al recinto escolar por puertas o espacios diferenciados (En Colombia muchas escuelas urbanas tienen una sola entrada y las rurales normalmente carecen de cerramiento).
  • Además del transporte tradicional, se fomentará el uso de transportes saludable como bicicletas, con ciclorutas y espacios de parqueo de las mismas (En Colombia el transporte escolar aplica para algunas zonas rurales, las ciclorutas son exclusivas de ciertas zonas urbanas, los colegios no tiene zonas de parqueo de bicicletas, en nuestro mundo el medio de transporte más usado es la mototaxi).

Sobre las medidas de prevención personal, dichos protocolos dictan:

  • Evitar tocarse la nariz, los ojos y la boca, usar pañuelos desechables para eliminar secreciones respiratorias y tirarlos tras su uso a una papelera con bolsa y a poder ser con tapa y pedal.
  • Utilizar mascarilla (secundaria) cuando no se pueda mantener una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros. Su uso será obligatorio además en el transporte escolar colectivo a partir de 6 años.

 

Referente al tema de la limpieza, desinfección y ventilación del centro, las autoridades españolas ordenan:

Que los salones con ventanas las tengan abiertas y  tendrán que ventilarse antes de empezar las clases, al finalizarlas y en otros periodos a lo largo de la jornada durante al menos cinco minutos cada vez.

Se limpiarán y desinfectarán al menos una vez al día y mínimo tres las zonas de uso común (patios, pasillos, escaleras, baños, bibliotecas, salas de informática, restaurante, etc.) al igual que las superficies de contacto frecuentes como pomos de puertas, mesas, muebles, pupitres, tableros, pasamanos, pisos, equipos de cómputo implementos deportivos, etc. y  las salas de profesores, vestuarios, salón de herramientas o de varios, cocinas y todos sus elementos, garitas de vigilancia. En general, los puestos de trabajo compartidos.

Para ello, cada centro tendrá una “persona de referencia para los aspectos relacionados con la COVID-19”. (en nuestros lineamientos no hay un profesional con esa responsabilidad). También habrá un equipo interdisciplinario e interinstitucional en articulación con ambulancias, centros de salud y representantes de salud pública (el sistema de salud en Colombia estaba colapsado antes de la pandemia).

La gestión de casos, según el protocolo español, será así:

Se contará con mascarillas quirúrgicas y equipos de atención básica y enlaces con un centro de salud de atención primaria y con el sistema de riesgos laborales (en Colombia los maestros no contamos con el esquema de protección de riesgos laborales, tampoco tablas de enfermedades profesionales).

Previo a la alternancia, se realizará un diagnóstico de las condiciones reales en cada escuela; se buscará el consentimiento de los padres de familias y sus asociaciones o consejos de padres, los estudiantes (consejos estudiantiles y personeros); los avales de los órganos el gobierno escolar (consejo directivo y académico), y por supuesto, el rector(a) como como instancia representativa y ejecutiva del establecimiento educativo. Los protocolos de bioseguridad deben ser aprobados por los consejos directivos, y el rector es su ejecutor.

Volviendo a nuestro país, los directivos están expuestos civil, penal y disciplinariamente al aceptar la alternancia, los maestros no pueden asumir funciones no contempladas como el cuidado y protección de niños, además, el estudiante queda expuesto a contagio al salir de su casa; y por otro lado este gobierno nunca ha garantizado la vida y la salud a sus comunidades.

En definitiva, la escuela es el lugar menos indicado para experimentar. No se puede ser tan terco y seguir insistiendo en la alternancia contra toda evidencia, prudencia, responsabilidad y sensatez. Abrir las escuelas en agosto, justo cuando se está en los prolegómenos de la cresta de la pandemia es un genocidio colectivo, un holocausto escolar.

Hay una evidente  disonancia entre el confinamiento obligatorio e inteligente y la urgencia por dinamizar la economía, las presiones de los gremios, el empresariado y el gran capital atenazan al gobierno de Duque, al fin y al cabo son sus grandes financiadores.

Sus lógicas mercantiles buscan responder ¿sí no hay escuela y se abrió la economía, quién atiende en casa los hijos de la clase trabajadora?, he ahí el rol asignado a las escuelas y a los maestros por el establecimiento: cuidador sustituto de niños.

Es muy fácil formular lineamientos y estrategias educativas desde el gélido mundo andino y las privilegiadas condiciones de vida de la tecnocracia ministerial. Los maestros representamos la voz de nuestros estudiantes y comunidades educativas. El gobierno y su ministra, al igual que los empresarios, nunca conocerán nuestras ampollas, jamás se han puesto en nuestros zapatos, mucho menos han caminado con ellos.

Como ya lo dijo el sabio Diomedes: solo el que está bajo el techo es el que sabe dónde cae la gotera.

 

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Gustavo Adolfo Carreño
Economista, Magister en Desarrollo y Cultura, Amante de la filosofía, librepensador caribeño, educador.