Álvaro Uribe y su capricho por la guerra

Opina - Política

2015-09-24

Álvaro Uribe y su capricho por la guerra

Hasta el día de hoy los dos grandes amantes de la guerra, de las armas y que por años han sido enemigos de la paz se han distanciado. Todo parece indicar que de un tiempo para acá la ultra derecha, en cabeza de Álvaro Uribe, ha dejado de comer en el mismo plato y en la misma mesa con los guerrilleros; está última, una de las dos orillas que a pesar de provenir de la misma calaña y que había vivido defendiendo y legitimando el estado de caos en el país junto con el uribismo, ha reafirmado con el Gobierno la voluntad de buscar un camino hacia la paz.

Tan pronto como el Presidente Juan Manuel Santos hizo el anuncio al país, su alarido desde las toldas del Centro Democrático no se hizo esperar. No pudo contener su molestia porque nunca ha estado de acuerdo con un proceso en el que él no sea el que figure en la firma y en la foto para la historia. No se siente bien porque no es su modo de operar, no es su estilo. El expresidente Uribe y su séquito de aduladores quieren hacer creer, mediante toda clase de enredos, que son un ejemplo, pretenden ser -¡óigase bien!-, dizque patriotas.

Uribe no puede admitir un cambio en el país porque siente que se le desquebraja el statu quo que ha mantenido como excusa para alimentar el negocio de la guerra que, dicho sea de paso, le llena los bolsillos a él y a sus poderosos amigos del sector empresarial.

Su inquina hacia el colombiano que piense diferente es como una piedra en el zapato para llevar a cabo lo que llama proyecto político, que no es otra cosa que una ambición personalizada para acomodar el país a sus intereses.

Es por eso que algunos uribistas no les conviene que los colombianos vivamos pensando en la paz; no les conviene porque ellos no dan la cara, ellos se esconden, se fugan; el uribista no puede conciliar un conflicto con el diálogo, ellos lo arreglan a los golpes, porque dentro de su vocación no existe el respeto a las ideas diferentes, no existe la tolerancia; no les cabe en la cabeza que puede haber un país de iguales aún siendo diferentes.

Él es la mentira andante: prometer es su virtud, incumplir su habilidad. Es alguien a quien le cuesta reconocer que la democracia es otra de sus más grandes alergias. Sus cambios de postura denotan a un oportunista, huérfano del poder. Su camaleónico discurso lo ha ido arrinconando a las necesidades electorales del momento. Sus posturas demagógicas, para el interés estrictamente personal, envuelven a un individuo inestable y en apariencia -por conveniencia- moderado. Sus entrañas esconden un repulsivo en vida que encarna al más temerario de los bandidos. Detrás de esa figura fortalecida por sus aduladores, se esconde alguien a quien no le cuesta pisotear a los demás. Llama interés general a un número contado y selecto grupo de empresarios que acolitan sus intentos repugnantes de lo que a su gusto podría llamar progreso que, en últimas, resulta siendo un amasijo de sus más oscuras ambiciones.

Muy claro si nos queda y es que está lejos de ser alguien que anhele un cambio sustancial para el país, y seguramente usará cualquier excusa politiquera para hacernos creer que es alguien con la autoridad moral para juzgar. Pero al fin y al cabo estamos en época donde la necesidad juega al todo vale. ¡Y sí que lo hace de maravilla! Con camaleónica pericia, esfumará su sed de hacerle apología a la guerra -siempre lo había hecho, en periodos pasados-. Dice que ha querido lo mejor para su país, pero lo que nunca ha confesado es que sus prioridades redundan siempre en una guerra, a cambio de conseguir el deseo de paz. Por eso, para él, el fin justifica los medios.

Ahora, con lo que se viene en estos meses seguramente se dedicará a pregonar el trillado discurso de “paz sin impunidad”. Una coartada supuestamente para acabar con las injusticias sociales, la desigualdad, el conflicto, etc., todas esas costras que laceran a una Nación que ya no se aguanta ni así misma.

Como si el hoy senador no representara en carne propia el epicentro de la impunidad. Un sin sentido que a lo mejor sigue justificando su enfermo gusto: el negocio aberrante de seguir con la guerra y las mentiras.

De aquí en adelante le tocará unir fuerzas, para pagarle los favores a sus amigos empresarios que posan como lobistas detrás de la disciplinada obediencia de toda y cada una de la escuadrilla de congresistas, a quienes ni la vergüenza los sonroja, para crear algún estado de caos y de pánico con tal de no quedar en ridículo y poder usar su discurso, haciendo las veces de zancadilla al proceso.

Es así como el adulado congresista y su séquito de zalameros no quiere la paz, porque más que buscar el bien general, solo busca mantener un statu quo manejado al mejor estilo de un tirano, con tal de enaltecer un “prestigio personal”, para finalmente quedar grabado en la historia de este país, sin percato de que se ha convertido en el adefesio social que más daño le ha hecho al progreso de la democracia.

¡Ojalá deje hacer la paz¡ Ojalá éste señor y sus pupilos en el congreso se ablanden un poco y cambien esa postura travestida de veeduría y supervisión para bien de ésta generación y las que vienen. Ya es hora que la extrema derecha en cabeza de sus celebridades dejen de ser los abanderados señores de la guerra y se sumen, no propiamente al tren de la paz, pero sí a la sociedad de un país con menos violencia.

 

 

( 8 ) Comentarios

  1. Tengo en mente unas 10 u 11 razones que podría dar sobre por que esta paz es falsa, mentirosa y no generara nada bueno…
    Entre algunas, el hecho de que las FARC como partido político y con tanto dinero fruto de narco – terrorismo es el mayor riesgo para la democracia colombiana, sea esta buena o mala…
    O que me preocupa el futuro de comunidades rurales, cuando las FARC sean el mismo poder imperante en esas Zonas, pero legal y legitimo…
    Sin embargo, no me extenderé, por que discutir con personas que creen que de esto saldrá algo bueno y Que Alvaro Uribe es malo, por no apoyar esta FARSA, es como jugar al ajedrez con una paloma; por muy bueno que sea yo, ella se cagará en el tablero y se paseará victoriosa…

  2. Sabe qué? iba bien hasta cuando la cagó poniendo en entredicho que Alvaro Uribe es malo!!!

  3. Se sabe que Uribe debe seguir su camino a la guerra, fue criado por las estirpes paramilitares, nunca aceptaran que las Farc, los asesinos de su padre lleguen al gobierno. Tampoco con esto estoy de acuerdo con el Gobierno actual, que les da demaciadas garantias a las FARC, que si alguna vez tuvieron un sentido ideologico de luchar con el pueblo, fue en los años 60, en su fundacion. Pero desde que esta organizacion brindo proteccion a Pablo Escobar y se metio en el narcotrafico se volvieron una horda de cinicos asesinos. La verdadera paz la debe asumir el pueblo, apartado a los grupos criminales como los de extrema derecha liderados por Uribe y las Farc que son la extrema izquierda. Dejando solo las posturas que procuren por la paz, que generen equidad y un crecimiento a todos los habitantes de una nacion.

  4. Estoy totalmente de acuerdo con el articulo, el individuo de AUV, queria un pais a su antojo, queria una Antioquia federal, como lo queria su mentor PABLO ESCOBAR GAVIRIA, una Antioquia mas Caldas, Risaralda, Quindio, Parte del Choco, y Cordoba, que el pudiera gobernarla junto a sus aliados nuevos empresarios del NarcoParamilitarismo con titulos mineros y de tierra despojada a miles de campesinos, negociadores de armas y drogas ilicitas y contrabando y evasores de impuestos. y junto a ellos unos militares, policias y politiqueros que se han lucrado del mismo negocio y queria legalizarlos a como de lugar. Ese proyecto eraaa hasta el 2.028 y luego se inventarian otra cosa, para eso es que querian las universidades publicas para ideologizarlas como es su filosofia de hampon.

  5. ReplyRafael Enrique Plata Casas

    La verdad, aunque la columna encierra una verdad, la de su título, me parece que más que el resultado de un estudio juicioso es, el resultado de una serie de opiniones personales sin fundamento argumentativo serio y estudiado. Me parece, al leerla, simplemente el corrillo de los ignorantes que se creen conocedores donde quien tiene la razón es quien más grita.

    Dejo expresa constancia de que no soy Uribista; además, dejo claro que existen muchísimas razones argumentadas y con fundamento para atacar y no estar de acuerdo con el Señor Uribe. Pero, también creo que este tipo de diatribas hacen daño y lo único que logran es profundizar aún más la división ¨ideológica¨en que se encuentra nuestro país.

  6. No solo el articulo es sezgado e impreciso sino que por el contrario no tiene nada de data para poder confrontar la realidad que se avecina, fuera de eso hasta insultante colocar en una sola palestra a la guerrilla y a los que han pretendido combatirla o mejor a los unicos que la han combatido desde lado politico, si la guerrilla lego a estar donde estuvo, fue por la permisividad de los gobiernos de turno durante 50 años, no de un solo presidente y si vamos a ser entregados hoy en manos de la criminalidad es por el gobiernos de turno, hoy es claro que el narcotrafico esta desbordado y según la fiscalia el mayor cartel son las farc.

  7. Una columna igual que las demás, repitiendo «Uribe» hasta el cansancio, con toda la vulgaridad posible. ¡Qué esperanzas! Este aprendiz de abogado que alardea de «…Educa, forma, escribe, lee, se equivoca, sobre todo critica y reflexiona, y en lo posible construye….» no es más que otro parlante fanático del odio y del «pacifismo». Qué mal estará la educación hoy en día, formando energúmenos como este sujeto…

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Alonso Rodríguez Pachón
Estudiante de Derecho. Educa, forma, escribe, lee, se equivoca, sobre todo critica y reflexiona, y en lo posible construye. La política: una actitud como "norma de conducta universal".