Lo que sigue para el futuro del Alma Mater es una negociación pura y dura, y solo veo dos caminos: o se elige al candidato que garantice el presupuesto desde el Gobierno Nacional y la centralidad de la Universidad en la próxima discusión a la reforma a la Ley 30, es decir, John Mario Muñoz, o se elige a una candidata que en público negaba un apoyo que en privado sí aceptaba, es decir, Natalia Gaviria.