¿Cómo sobrevivir a esta batalla?

Estamos convencidos que saber de política es estar con el «ganador», estar con el que más bulla haga o con el que regale más cosas.

Opina - Política

2018-04-07

¿Cómo sobrevivir a esta batalla?

Con los debates presidenciales que se han realizado hasta la actualidad, en donde cada candidato ha demostrado lo mejor y lo peor tanto de su personalidad como de su proyecto político, su trayectoria sirviéndole al país y las propuestas que le quiere brindar al pueblo colombiano, han salido a flote un sinfín de argumentos que han creado desconcierto en la sociedad, sobre todo en las redes, sin pies ni cabeza.

De todas las campañas se generan ataques, de un lado a otro, de extremo a extremo, los que estamos en el medio, que no queremos que la derecha siga con su mandato corrupto y las mismas ideas que nos han mantenido en el caos, pero que tampoco queremos la izquierda cuya idea obsoleta ha dejado a más de un país en la ruina; estamos pavorosos. 

Es complicado para uno como joven, debatir con una persona que se apodera de la bandera del odio, de la venganza, que ha traído y ha untado a las nuevas generaciones ese sentimiento que se ha tenido que quedar atrás hace mucho, ideales que han hecho daño por más de una década, y que ahora, muchos intentamos combatirlo para mejorar al país, para mejorar por lo menos, a la comunidad que nos rodea.

Esa doble moral de acusar otros ideales y no mirar los propios, esa no es la juventud que quiero para mi país, quiero una juventud que se abrace en ideas y construya un proyecto juntos, quiero una juventud que tome lo bueno de cada movimiento y que aprenda de todo el daño que nos han causado, no es tan difícil pedir una juventud que no esté cegada por lo que en algún momento sus padres siguieron, los tiempos cambian y con ellos la sociedad. 

Los que no confiamos en los extremos, nosotros, que hemos tratado de sobrevivir ideológicamente ante tantas mentiras, ante tantos ataques, los que tenemos claro que no todo lo que brilla es oro y que nos mantenemos en pie de batalla para no dejarnos consumir por alguno de los dos lados. A donde voy y con las personas que comparto siempre he intentado mantener el debate: respetuoso, con ideas y buenos argumentos, sin necesidad de insultos, pero se ha convertido en toda una odisea, alterarse es el camino más fácil para el que no encuentra argumentos, el insulto es el arma que quiere asesinar la razón, debatir es un arte. 

Arte, como Edipo Rey o Cumbres Borrascosas, arte, como «Tarde de domingo» o «Las meninas», para crear arte se necesita tacto, conocimiento y concentración, lo que se carece en la actualidad para generar el debate, estamos convencidos que saber de política es estar con el «ganador», estar con el que más bulla haga o con el que regale más cosas; estar con el «ganador» muchas veces equivale a dejar a un lado los principios, los valores, equivale a hacerse el loco con muchas situaciones que afectan directa o indirectamente al pueblo que va a elegir, de ser así, prefiero enfrentarme en las urnas y elegir al «perdedor», pero mantener intactos mis ideales. 

La esperanza y la fe me motivan todos los días a creer en que sí existe el cambio, en que sí existen personas que están buscando al igual que yo lo mejor para Colombia, que cada día busca un nuevo argumento, una nueva idea para defender a este país de las manos sucias y cínicas que se muestran ante el mundo como héroes, pero al final terminan siendo el villano, el más cruel y sanguinario villano al que nos hemos enfrentado, que con discursos demagogos, populistas y falaces han llevado al pueblo al borde del abismo, un paso más y caeremos sin poder levantarnos. 

Siempre he tenido la duda sobre cómo miden en la actualidad a un buen candidato, cuál es el requisito que necesitan que se cumpla para poder elegir, cuál es ese ingrediente mágico que hace decir «ese es», teniendo en cuenta que los candidatos que en la actualidad quieren tomar las riendas del país tienen talón de Aquiles, tienen un pasado que no les favorece, un líder que es su sombra o simplemente no están lo suficientemente preparados para poder adquirir el título de Presidente de la República.

A lo que a mí concierne, entre más veo los debates, entre más dialogo con las personas que me rodean, más confuso se encuentra mi voto, eso sí, mi presencia en las urnas no será problema, porque tarde o temprano elegiré, y espero que mi voto el día que me decida, sea por el cambio.   

 

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Félix Valera
Egresado de la facultad de derecho de la Universidad Popular del Cesar, oriundo de Valledupar (Cesar), apasionado por la escritura desde un punto de vista crítico, parcial pero razonable, basándose en problemáticas por las que está pasando la sociedad, preocupado por la juventud de hoy en día y el futuro del país, interesado en una política bien hecha y fiel creyente de que todo se puede mejorar.