En puerto príncipe, capital del país caribeño, se presentan álgidas y largas protestas sociales desde inicios de febrero contra el presidente Jovenel Moise, un empresario bananero que desde el 2017 está al frente del gobierno de Haití, estas protestas tienen un solo objetivo, la renuncia del empresario Jovenel Moise, que según los pobladores caribeños, ha sido el generador del alto costo de vida y además que ha agudizado la crisis de pobreza en la isla vecina de República Dominicana.
Estas protestas sociales que se han convertido en hechos violentos en las últimas semanas, se fundamentan como bien lo dije anteriormente por el alto coste de vida, a esto sumándole la inflación galopante, que asciende al 14,7% anual (según datos del Banco Central de la Republica de Haití), la corrupción y las medidas que el FMI ha impuesto al presidente caribeño como ha sido el aumento del precio de los productos petroleros.
Según la Agence France-Presse (AFP), las protestas estallaron cuando, “El gobierno haitiano anunció un fuerte incremento de las tarifas de los carburantes en cumplimiento de un acuerdo con el FMI suscrito hace cinco meses. La decisión implicaba el aumento de la gasolina en 38%, del diésel en 47% y el del querosén en 51%.”
La corrupción ha llegado a tal extremo que a finales de noviembre de 2018, un informe del Tribunal Superior de Cuentas confirmó que más de dos mil millones de dólares destinados al área social, fueron malversados por unos 15 exfuncionarios gubernamentales de Haití.
Moise, viene de vertientes ideológicas liberales del partido político Haitiano Tèt Kale, llegando a la presidencia en el 2016 en irregulares elecciones que fueron señaladas de fraude según medios y actores de diferentes partidos políticos de la isla.
Ahora bien, la balanza comercial del país caribeño presenta un déficit fiscal del -29,62% estableciendo unas exportaciones del 11,66% y unas importaciones del 41,27%, lo que conlleva al país a depender en mayor medida de las “ayudas” humanitarias y financieras de potencias mundiales.
En este sentido es como viene el país caribeño sumiéndose en una crisis socio-económica después del último terremoto sucedido en la isla, entendiendo que la solución no debe ser la injerencia externa como se ha planteado en diferentes escenarios multilaterales con la hermana República de Venezuela, es fundamental que cese la violencia y se pueda establecer una escucha activa de las inconformidades del pueblo caribeño.
Para finalizar quiero dejar estos interrogantes, ¿Cuál es el interés real de los medios de comunicación y algunas entidades multilaterales con Venezuela y no con Haití? ¿No es la misma crisis socio-económica? Según cifras, ¿no hay mayor sufrimiento en Haití que en Venezuela? ¿Qué hay detrás de una inminente guerra con Venezuela?
Buen artículo, pero la pregunta sobra porque hace pensar algo cómo «¿por qué no dejan quieta la revolución bolivariana y se enfocan en otras cosas?». La razón por la que los medios colombianos informan más sobre la situación en venezuela es que este país es vecino de Colombia y hay muchos lazos entre los 2 paises, mientras que con Haití no sucede lo mismo, simple.
Fácil, ni hablan español, que los ayude Francia.