Desde hace un par de años, varias multinacionales del sector de energía habían solicitado permisos para explorar con el método de “fracturación hidráulica” o fracking, que consiste en unas inyecciones verticales y horizontales a la tierra para inyectar a presión, enormes cantidades de agua con arena y químicos al subsuelo. El Gobierno se había negado.
Esta práctica facilita la extracción de recursos como petróleo y gas, aunque innumerables investigaciones han documentado cómo este proceso termina por contaminar los acuíferos del subsuelo, así como su perjuicio para la fertilidad e hidratación del terreno afectado por la exploración.
La semana pasada, el Ministerio de Ambiente anunció su visto bueno para el “desarrollo sostenible” de los proyectos de producción petrolera y de gas de yacimientos no convencionales, con lo que le dio vía libre a esta monstruosa práctica.
Sorprende que aunque no existen indicadores que revelen que los controles ambientales de las autoridades del país disminuyan o impacten fenómenos como la minería ilegal o la mala utilización del plástico, ahora se comprometa con seriedad a “controlar” a quienes explorarán sin estudios de suelo, nuestras reservas subterráneas, muchas de ellas bajo sistemas de páramos, dejando en el aire nuestra seguridad sobre los recursos ambientales contenidos en el subsuelo nacional.
Y es que lo que más sorprende, es que solo hace un par de semanas, el diario Portafolio entrevistó a Rubén Darío Lizarralde, presidente de la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros (Campetrol), quien aseguró que “Lo que sí no es rentable ni en Colombia ni en ningún otro lugar es el fracking, porque con un crudo por debajo de los US$70 eso no es posible, no es rentable para las empresas”. Entonces añade otra duda adicional, pues si esta medida busca controlar el impacto del bajo precio del petróleo, pareciera que nos estamos metiendo en el peor negocio del mundo.
Portafolio también publicó una entrevista a MinMinas: Germán Arce, quien contradice a Lizarde, justificando la implementación del fracking como “una oportunidad para incrementar reservas y generar ingresos para el Estado, que financiaran proyectos de inversión social”.
Lo peor es que con mucha seguridad declaró sobre una política aún no desarrollada ni implementada, la efectividad de “las normas que expedirá el Ministerio de Ambiente para el desarrollo de proyectos en YNC que ya están en construcción”. Como si en este país pudiéramos confiar en las autoridades ambientales.
Entonces pareciera que el Gobierno ve mayor rentabilidad en concentrar sus esfuerzos para implementar prácticas medioambientales poco seguras, sin investigación suficiente, pues no hay plata para eso.
Que controlar fenómenos como la minería ilegal, la preservación de la pureza de nuestro recurso hídrico, recordando que nuestro querido Congreso nos negó el derecho fundamental al agua, tras el hundimiento del proyecto de ley de la Alianza Verde que no completó los debates requeridos en diciembre de 2016. ¿Será que MinAmbiente tuvo que ver en su obstaculización por la importancia que tiene para la cartera del Gobierno la implementación de prácticas destructivas como el fracking?
Lo único cierto es que esta práctica ha envenenado de miles de barriles de petróleo a los Estados Unidos, donde la ciudadanía se ha opuesto con consultas y le ha reclamado al Gobierno por su seguridad ambiental. Vale la pena echarle una revisadita a los fenómenos naturales que atacan a Houston y revisar si la erosión del suelo y la contaminación del agua no tendrán nada que ver con una respuesta natural al abuso del fracking en Texas.
Europa y el mundo avanzan en la prohibición de esta barbarie ecológica, pero aquí en Colombia los Ministros nos dicen que tranquilos, que lo único que va a pasar es que nos llenaremos los bolsillos de petrodólares, que como andan tan valorizados en el planeta tierra.
Adenda: Mejor que los recursos invertidos en estudios técnicos y las investigaciones para dar permisos a multinacionales de usar el fracking, se inviertan en Colciencias y las entidades que busquen proteger nuestro medio ambiente, ¿No le parece? presidente Santos.
