País de locos

Duque salió como la vieja estafa del paquete chileno: de papel.

Opina - Política

2019-02-25

País de locos

Además de las riquezas naturales y culturales de Colombia, tenemos un contraste político que nos hace únicos en el mundo: las riendas del ejecutivo las lleva un exmandatario, mientras que el gobernante electo comparte cúpula con los otros dos presidentes de Venezuela. Sí, por falta de uno, ese país tiene tres.

Y es que Duque salió como la vieja estafa del paquete chileno: de papel. Prefirió crear su favorabilidad a partir del impacto mediático de la situación sobre Venezuela, antes que tomar las riendas del país que debe presidir –y el cual arde, no solo por las altas temperaturas–. Su gobierno se ha caracterizado por los escándalos en los dudosos nombramientos de su gabinete, y por las polémicas declaraciones, propias de quienes viven en una burbuja alejados de las dolorosas realidades de Colombia.

Una a una se han ido cayendo sus promesas de campaña, pues su gabinete de tecnócratas han mostrado que están dispuestos a improvisar sobre la marcha con las políticas del país. De esta manera, la ausencia de liderazgo y la carente unidad de mando por parte de Duque han quedado en evidencia en el Congreso con su falta de gobernabilidad. Se le hundió la reforma a la justicia, hubo limitaciones en su iniciativa de lista cerrada y ya se discuten objeciones a la mayoría de los artículos del Plan Nacional de Desarrollo, entre otros tantos.

En todo caso, esto poco parece afanar al señor Duque. Mientras se perfila en lo evidente, la versión reencauchada y de bajo presupuesto de la mal llamada política de seguridad democrática, le da pan y circo al pueblo. De hecho, las recientes declaraciones de Marta Lucía Ramírez –otra más que solo brilla en el gabinete por sus desaciertos– y quien dijo frente a la eliminación del subsidio de energía y gas para las personas de estrato 3, a manera de gentil consejo: “hay que cambiar los electrodomésticos viejos, consumen mucho”; me recuerdan a la frase que algunas versiones le atribuyen a Maria Antonieta de Austria, esposa de Luis XVI rey de Francia: “si no hay pan, que coman pasteles”, mientras el pueblo francés moría de hambre. Así está el gobierno de Colombia, abstraído en un mundo paralelo, mientras día tras día asesinan a líderes sociales, persiguen y golpean a vendedores ambulantes, y los vientos de una guerra internacional soplan de manera tempestiva.

¿En quién podemos confiar en medio de la crisis que sufren las instituciones colombianas? Néstor Humberto Martínez, el fiscal leguleyo, el ejemplo de ilegitimidad rampante en la Fiscalía, decidió atornillarse en el cargo no solo para terminar de fregar la confianza del país en esta institución, sino para pagarle el favor al uribismo apuñalando a la JEP. Esta nefasta dupla Duque-Martínez solo son síntomas de las enfermedades que padece Colombia: corrupción terminal y odio visceral.

No hay baño en el páramo de Sumapaz que nos limpie del embrujo de mentiras en los que la extrema derecha sumió a esta patria –que aún parece boba–, y que también, parece no querer más corrupción, aunque no se decida definitivamente a dejar el vicio.

Sin embargo, aunque la verdad hoy más que nunca parezca escasa, aunque Duque, en medio de risas quiera hacer trizas la paz, y aunque nos quieran hacer creer que todo fue una lucha antiterrorista, y de paso, borrar la memoria en medio del negacionismo del conflicto armado; los colombianos nos veremos obligados una vez más a jugarnos el destino de las futuras generaciones: en las urnas y en las calles, defendiendo como trinchera nuestro derecho a la paz.

 

Fotografía CNN

( 3 ) Comentarios

  1. Creo que Colombia debe despertar y no buscar enemigos ficticios en Venezuela, sino mirar que el enemigo del pueblo colombiano es el vende patrias Duque y su jefe Uribe, ahora pretenden poner a Colombia como plataforma de una guerra fratricida contra el pueblo de Venezuela apoyando al esbirro de los gringos Guaido

  2. Muy bien artículo. Exacto y en el blanco. Un saludo desde la ciudad de Elche en España.

  3. ReplyMarta Lucía Fernández Espinosa

    Excelente su escrito, se nos hace tarea a todos los profesionales de las ciencias sociales y a todos los ciudadanos de a pie. Pudieron ser asesinos y acabar con nuestro país real, no puede permitirse les borrar sus delitos de la historia de la misma manera que lo han hecho en la justicia corrupta de nuestro país

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Iván Darío Prada Serrano
Trabajador Social en formación y representante estudiantil ante el Comité de la Política de Equidad de Género de la Universidad Industrial de Santander. Codirector de Acción Prometea y fiel defensor de los Derechos Humanos y de todas las causas en las que creo. Un convencido más de la justicia social en la construcción de un mundo mejor.