Los verdaderos señores de la guerra

Los señores de la guerra no son los que se enfrentan a bala en el monte, sino además, aquellos que en su cómoda zona de comfort hacen toda clase de maniobras con el objetivo de perpetuar los conflictos.

Opina - Política

2020-12-18

Los verdaderos señores de la guerra

Columnista:

Ligia Patiño

 

La guerra es un negocio, no solo beneficia a todos los involucrados en la industria bélica mundial, sino también a élites, políticos y hasta líderes religiosos, que muchas veces y de manera cínica crean todo tipo de conspiraciones y argucias para generar conflictos violentos aquí y allá. No importa si se arrasan y asesinan países enteros, tal como sucedió con el genocidio de Ruanda —con el apoyo solapado de ciertas potencias—, la Guerra de Vietnam, las intervenciones gringas en Irak y Afganistán, el eterno conflicto en Siria, en Centroamérica, Suramérica, África, entre otros, o, como sucedió en Europa con el genocidio de millones de personas en la Segunda Guerra Mundial, bajo la orden y la directriz de un ególatra-orate como lo fue Hitler.

En este panorama, Colombia no se queda atrás y hay un largo historial de conflictos, provocados por su clase política. La Batalla de la Independencia; las nueve guerras civiles del siglo XIX; el Conflicto Bipartidista y la repartija del poder entre liberales y conservadores, a mitades del siglo XX; la época de la violencia que nació con el asesinato de Gaitán; el surgimiento de guerrillas en los años 60 y 70, como protesta a la exclusión política, además del narcotráfico, el paramilitarismo, las bacrím, etcétera.

Me refiero a los personajes que en sus mezquinos intereses, les conviene que el eterno conflicto armado colombiano siga, a colación de las trampas que el señor fiscal Néstor Humberto Martínez le hizo a la paz, con lo del caso Santrich, las maniobras jurídicas que ha hecho el Gobierno Duque para acabar con la JEP, la parapolítica, los fracasos en los procesos de paz, el incumplimiento del Gobierno colombiano a los desmovilizados, el llamado de ciertos sectores de la sociedad a la guerra, como en los tiempos de la violencia, cuando algunos sacerdotes en las misas les decían a los feligreses que matar liberales no era pecado.

¿Así tan mal estamos que apoyamos a esos líderes que fungen como salvadores de la patria, pero que en el fondo han sido autores de masacres o patrocinadores de grupos armados ilegales?

No sé si la gente se habrá dado cuenta de que el verdadero enemigo de los pueblos, son sus gobernantes que quieren aniquilarlos con medidas y reformas impopulares o utilizando la violencia; tal y como lo vimos en los gobiernos de Augusto Pinochet, Jorge Videla, Josef Stalin, Álvaro Uribe, Julio César Turbay y otros que escribieron la historia con sangre, porque aquí los señores de la guerra no son los que se enfrentan a bala en el monte, sino además, aquellos que en su cómoda zona de confort hacen toda clase de maniobras con el objetivo de perpetuar los conflictos; sea para meter sus narices y su poder en ciertas regiones, robar recursos o tierras, eliminar rivales políticos, en fin.

No importa si son líderes mundiales como Barack Obama, élites dominantes como los Rockefeller, empresarios poderosos como Bill Gates, banqueros como Sarmiento Ángulo y hasta terratenientes. Muchos de ellos son los cerebros y verdaderos señores de la guerra. ¿Para qué fin?, a fin de mantener su poder y sus intereses en x o y lugar de la Tierra, no importando si al lograr sus objetivos, cobran la vida de millones de seres humanos.

( 1 ) Comentario

  1. Se ha tratado de insinuar que la violencia es la partera de la historia, pero no es así, la historia simplemente es la testigo silenciosa de los parteros de la violencia, que con sus manos ensangrentadas, al ayudar parir al feto muerto, en los congresos, y en los clubes sociales, brindan emocionados por sus acciones inhumanas.

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Ligia Patiño