La solución no es ni la derecha ni la izquierda

Los invito a que revisemos el caso de Nariño, un departamento, que mucho más que cuy, chistes y un acento gracioso, ha experimentado desde el 2001 una línea consecutiva de gobernadores con ideología de izquierda (o al menos eso dicen en campaña) desde que Parmenio Cuellar se posesionó, no se ha vislumbrado el progreso prometido, este escenario se ha repetido durante todos los gobiernos hasta este momento. ¿Pasar de los dichos a los hechos es tan difícil? Porque los políticos de izquierda culpan de todo lo malo a la derecha, sin fijarse precisamente en el atraso y pobreza de los pueblos que se han visto gobernados por ellos.

¿Qué ha pasado recientemente en Nariño, con el actual gobernador, Camilo Romero avalado por el Partido Verde? Que los Nariñenses sentimos de nuevo que nos han engañado, las expectativas en el momento de campaña fueron muchas, pero paso lo mismo que en el resto del país, los políticos resultaron aprovechándose precisamente de las necesidades más básicas de los compatriotas, políticos de izquierda y supuestamente transparentes se aliaron con los contratistas más poderosos de la región y con los políticos tradicionales (a los que antes criticaban) se aprovechan de una maquinaria, a la que supuestamente odiaban y se valieron de las estrategias clientelistas, de las que el pueblo está cansado.

Argumentan un supuesto complot en contra de su gobierno, y denominan a los servidores públicos que no siguen su misma línea ideológica, como funcionarios de bolsillo (prácticas que han sido empleadas por todos los políticos, sin importar la condición ideológica), porque les resulta tan difícil reconocer que al igual que cualquier otro político de este país tiene aspectos oscuros dentro de su gobierno.

Ahora pensemos en qué el escenario de Nariño se puede repetir a nivel nacional, si escogemos a un candidato presidencial con un color político parecido, tan solo pensemos en que se generaliza la idea de tener a un “Camilo Romero” como presidente, sin ninguna experiencia administrativa, y con una ideología muy difícil de aplicar en este país, pero con una capacidad de engañar a tal nivel que los sectores populares tomaríamos la decisión de apoyarlo, pero miremos las consecuencias de elegir personas así, miremos el ejemplo de Nariño, y podemos irnos imaginando las excusas que nos van a sacar cuando estén en el poder.

Vale reconocer que la izquierda juega un papel importante dentro de la política Colombiana, pero no hasta el nivel que ellos piensan, no son mejores administradores que sus opositores, y tampoco peores que ellos, forman parte de un grupo de políticos que no importa el color de la bandera que utiliza, su intención siempre es hundir y perjudicar a sus electores, con el único propósito de beneficiar a quienes les patrocinan las campañas.

Por ahora solo me queda decir que hacen un excelente control político y hasta cierto nivel son buenos legisladores (no se puede decir lo mismo cuando tienen el rol de administradores), pero debemos pensar en que tan viable es que personajes como los que nos han gobernado a los Nariñenses sigan teniendo el mismo cargo, que sigamos creyendo en sus promesas de cambio y progreso, cuando en el fondo sabemos que no son ellos los que nos van a sacar de la miseria, que la solución no es ni la derecha ni la izquierda, que en su gran mayoría son iguales, en la forma de gobernar y en la forma de robar.