La ineficiente contrucción del Túnel de la Línea

En una de las entradas del túnel, un busto en bronce llama la atención. Es una escultura del exministro Andrés Uriel Gallego, de quien a la hora de recordar su gestión surgen divisiones.

Opina - Corrupción

2020-09-06

La ineficiente contrucción del Túnel de la Línea

Columnista:

Álvarez Cristian

 

Un detalle pasó por alto en la inauguración del Túnel de la Línea y fue opacado no solo por el costo total de la obra, o el hecho de que el túnel va en un solo sentido vial, o la torpeza de Duque a la hora de cortar la cinta inaugural.

En una de las entradas del túnel, un busto en bronce llama la atención. Es una escultura del exministro de Transporte uribista Andrés Uriel Gallego, de quien a la hora de recordar su gestión se generan grandes divisiones.

La escultura llama la atención pues el nombre del Túnel es Darío Echandía y no Andrés Uriel Gallego, por lo que la presencia del busto se ha visto como un afán de Uribe (Duque ni sabrá quién era ese señor) por politizar la megaobra que aún sigue inconclusa.

 

El escudero fiel

Andrés Uriel Gallego nació en Marinilla, Antioquia el primero de abril de 1950. Se graduó de ingeniero civil y obtuvo un posgrado en Estructuras, en la Universidad Nacional. Fue docente en esa misma universidad, así como en la Universidad de Medellín y en la Universidad Pontifica Bolivariana.

Su primer cargo público fue como secretario de Obras Públicas de Antioquia durante la gobernación de Álvaro Uribe entre 1995 y 1998. Desde allí, Gallego se convirtió en uno de los más aguerridos defensores de Uribe y sus causas incluso cuando su aspiración presidencial de 2002 no contaba con un porcentaje significativo de apoyo. Esa lealtad tuvo sus premios.

Andrés Uriel Gallego fue el único ministro que estuvo durante los ocho años del uribato y no solo interviniendo en temas de transporte.

 

El compañero que no cuidó las comunicaciones

En abril de 2007, se realizó en el Congreso un debate citado por el senador del Polo Democrático Alternativo Gustavo Petro sobre el paramilitarismo en Antioquia y la relación entre el entonces gobernador Uribe y las cooperativas de Seguridad Convivir.

En la discusión también se habló de la planeación y ejecución de actuaciones de tipo paramilitar en fincas de la familia Uribe como las «célebres» La Carolina y Guacharacas.

Para defenderse en el Congreso, Uribe designó directamente al ministro del Interior Carlos Holguín Sardi (un señor que se dormía literalmente en cualquier parte y en cualquier momento) y al ministro de Transporte Andrés Uriel Gallego.

Lo de Holguín era apenas lógico teniendo en cuenta los alcances de esa cartera, pero lo de Gallego era cuando menos «pintoresco». La presencia de Gallego se justificó alegando que era uno de los pocos funcionaros que había estado con Uribe desde sus años de gobernador.

En la discusión, Gallego desestimó la relación de Uribe con las Convivir alegando que cuando este entregó la gobernación «apenas» quedaron 49 convivir activas, 16 inactivas y 11 canceladas por investigaciones que Uribe supuestamente ordenó.

«Hombres de esos (como Uribe) no necesitan sicarios, no se amparan en fusiles de bandidos, sino que salen siempre a defender su honra de hombres de bien», espetó en el debate el ministro Gallego.

Pero, cuando trató de defender a su jefe sobre la vinculación de la finca Guacharacas, el hoy muerto reveló en esa época algo importante para el contexto actual.

«Sobre Guacharacas, el ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, dijo en el debate que ‘a lo mejor el doctor Uribe, sin darse cuenta cuando fue gobernador, permitió que a su finca llegara esa Convivir’. Se refería a la Convivir llamada Cóndor», reseñaron los medios en ese entonces.

 

No fue tan eficiente

Bajo la tutela de Gallego, el Ministerio de Transporte se vio involucrado en fuertes críticas que incluían, la «peajización» de las carreteras del país, el poco avance en materia vial de Colombia y los retrasos del Túnel de la Línea, donde casualmente hoy reposa su busto.

El concepto de su gestión tiene divididos hasta hoy a transportadores y constructores. En marzo de 2011, Gallego le concedió una entrevista a la columnista de Semana María Jimena Duzán, la cual logró sacarle varias verdades al exministro como esta:

M.J.D.: Oyéndolo da la impresión de que fueron usted y Uribe quienes les pidieron esas adiciones a los concesionarios y no al contrario. Ese sí es el mundo al revés…

A.U.G.: Sí. Nosotros decidimos la ampliación de las capacidades de esas concesiones. La invitación fue del gobierno.

En enero de 2014, en una entrevista para El Colombiano Gallego enumeró los «logros» alcanzados en la región bajo su Ministerio:

En Antioquia se hicieron las dobles calzadas a Barbosa, a Marinilla y parte de El Santuario; se ayudó a resolver el tema de Las Palmas; se hicieron el túnel de Occidente y de allí a Santa Fe de Antioquia, adjudicado y terminado; la vía Aburrá Norte, que de no existir sería el cuello más grande del transporte; se dejaron financiados tres transportes masivos: Medellín, Envigado e Itagüí… se iluminó la vía al Aeropuerto; y se avanzó en el túnel de Oriente.

Si bien es cierto que varias obras sí se concluyeron —principalmente por ser prioritarias no solo para la región sino también para el país en los gobiernos siguientes—, en otras, el fallecido dijo medias verdades.

Por ejemplo, la vía al túnel de Occidente desde Santa Fe de Antioquia todavía presenta problemas graves que cada cierto tiempo la taponan y que desde 2008 habían generado investigaciones por la improvisación en la construcción de dicha obra.

De otro lado, los transportes masivos de Envigado e Itagüí siguen sin entrar en operación. El túnel de Oriente, según el exgobernador Luis Pérez, estaba en porcentajes de construcción muy bajos y solo se tuvo el impulso que logró terminarlo durante su cuatrienio.

 

Investigado por irregularidades

Andrés Uriel Gallego enfrentó varios procesos en su contra en la Procuraduría y en la Corte Suprema de Justicia, tal como lo señaló El Espectador.

El primero tenía que ver con él y el proyecto Autopistas de la Montaña. En julio de 2009, Gallego firmó el desembolso de 2 billones de pesos para el proyecto que buscaba conectar a Medellín con el Pacífico, el Urabá, el Magdalena Medio, el Bajo Cauca y el Eje Cafetero.

Sin embargo, en febrero de 2012, los medios de comunicación publicaron un informe de la Procuraduría que señalaba al menos cinco posibles irregularidades cometidas en el convenio interadministrativo entre ISA y el Gobierno para el desarrollo del proyecto.

Gallego fue investigado por celebración de contratos sin el cumplimiento de requisitos legales, pues se suponía que, como jefe de la cartera de Transporte, tenía responsabilidades en esa decisión.

El segundo proceso, esta vez en la Corte Suprema, tenía que ver con la doble calzada entre Madrid (Cundinamarca) y el peaje El Corzo, tramo en el que Tomás y Jerónimo Uribe Moreno tenían propiedades que terminarían valorizándose con la obra.

La denuncia hecha ante el alto tribunal por el senador Petro señalaba también que Tomás Uribe se había reunido con el entonces ministro de Transporte y el gobernador de Cundinamarca para influir en la toma de decisiones, según reveló El Espectador.

Gallego negó cualquier anomalía en esa decisión alegando que esa obra —que confidencialmente cruzaba el tramo de los Uribe— era algo que la comunidad llevaba pidiendo hacía más de 20 años.

Otro caso; en febrero de 2017, el exprocurador Alejandro Ordóñez reveló que la procuraduría había abierto una investigación contra Gallego y su participación en Odebrecht. Lo mismo hizo la Corte Suprema de Justicia.

Con Gallego como ministro de Transporte, su viceministro, Gabriel García Morales, aceptó en 2009 un soborno que superaba los 4 millones dólares para entregarle al consorcio conformado por Odebrecht y Corficolombiana, la concesión de la Ruta del Sol II.

Aunque que Gallego siempre negó todo y culpó a García de traicionarlo, Miguel Nule expresó que Gallego sabía de las anomalías alrededor del proyecto.

 

No hay muerto malo

Pese a la gravedad de estas acusaciones, todas las investigaciones nunca pasaron de la etapa preliminar en los órganos de control y justicia que lo andaban investigando, según publicó El Espectador.

Tres años después de la muerte de Gallego —el 17 de abril de 2014 a causa de un cáncer— se ordenó el cierre de los expedientes por lo que no se sabrá si Andrés Uriel Gallego cometió o no irregularidades cuando fue ministro.

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Álvarez Cristian
Periodista de la Universidad de Antioquia. ¿Quis custodiet ipsos custodes?