Desde 1960 se ha observado una tendencia a la baja en la cantidad de hijos por familia; sin embargo, esta tendencia se ha vuelto más evidente en la última década, especialmente con la aparición de la pandemia de COVID-19. En el informe presentado recientemente por el Dane, se muestra que Colombia en 2022 redujo su tasa de natalidad en un 7,5 % con relación al año anterior. En total se registraron 570 335 nacimientos en el país, la cifra más baja desde 2013, y todo indica que seguirá bajando.
La disminución en la tasa de natalidad en Colombia plantea preocupaciones adicionales cuando se considera la persistente situación de pobreza monetaria y pobreza extrema que afecta a millones de colombianos. Estos dos temas están estrechamente relacionados, ya que la capacidad de las familias para satisfacer las necesidades básicas de sus hijos se ha visto afectada por su situación económica.
Aunque el descenso en la tasa de natalidad (según World of Statistics, Colombia ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en términos de mayor disminución de nacimientos, con una caída de hasta el 70 %) puede tener implicaciones económicas y sociales a largo plazo, es fundamental abordar de manera urgente la realidad de aquellos que actualmente viven en condiciones precarias. La falta de acceso a una alimentación adecuada es una de las principales preocupaciones, ya que cifras del año pasado, casi 13 millones de colombianos apenas comían dos o menos veces al día.
La pobreza y la falta de seguridad alimentaria son problemas arraigados en el país. Enfrentar estos desafíos requiere una combinación de políticas y programas integrales que aborden las causas subyacentes de la pobreza, como la falta de empleo, la desigualdad económica y las limitadas oportunidades educativas. Esto implica no solo garantizar el acceso a una alimentación adecuada, sino también promover programas de inclusión social, capacitación laboral y desarrollo económico sostenible.
Al abordar tanto la disminución en la tasa de natalidad como la pobreza y la inseguridad alimentaria, se puede lograr un enfoque más equitativo para el desarrollo de Colombia.
