En 1967 en Boston, durante la maratón, una mujer se integró a la carrera. Ha pasado para la historia –de la infamia– la imagen de un corredor tratando de sacarla y para la historia –de la esperanza– la imagen de otros corredores protegiéndola.
Durante décadas en los Estados Unidos, blancos y negros bebían en fuentes separadas, usaban buses separados, tenían leyes separadas que regulaban, por ejemplo, que el amor debía ser separado y por lo tanto prohibían el matrimonio interracial, es decir: una persona blanca no podía casarse con una persona negra.
“Ustedes son distintos y por lo tanto sus derechos no son los mismos”. Esfuércense en probar que se los merecen: es asombroso que esos argumentos sigan siendo los mismos. No aprendemos, como humanidad, de los errores cometidos una y otra vez.
Sobre esas premisas se debate hoy en Colombia el matrimonio igualitario, el matrimonio entre homosexuales.
Pareciera increíble tener que explicarlo una y otra vez: que los homosexuales no podamos acceder al contrato civil de matrimonio sería igual a que –solo por ser homosexuales– no nos dejaran hacer un contrato civil para arrendar una casa o para comprar un carro, porque “Los contratos regulan las relaciones entre las personas” una de esas frases que se te quedan para toda la vida y que te enseñan en el primer año de derecho.
En manos de la Corte Constitucional está dar un paso adelante en la historia. Ya es hora de asumir el tema plenamente, no más excusas. Así como la Corte Suprema de Estados Unidos, de España, de Noruega o de Argentina pudieron hacerlo, la Corte colombiana puede hacerlo. No más excusas.
Los argumentos en contra son francamente frágiles. Hablan de la religiosidad de unos o de las creencias de otros, completamente respetables, pero parten de una premisa falsa: no estamos buscando que se legalice un sacramento, sino un derecho.
La riqueza de un país democrático es llegar a la premisa: ustedes son distintos, pero tienen los mismos derechos. Y esos derechos deben tener los mismos nombres. No más separaciones. No más derechos para blancos y derechos distintos para negros. No más derechos para heterosexuales y derechos distintos para los homosexuales. Los derechos deben ser los mismos y deben llamarse igual.
Ese es el reto que afronta este país y por eso es importante apoyar esta causa. Cuando se reconocen los derechos de las minorías, ganan todos. No seremos solo los homosexuales quienes ganaremos un derecho, ganará el país al reconocer que por muy distintas que sean algunas personas, sus derechos son exactamente los mismos.
Piense por un momento en qué le va a decir a sus hijos o a sus nietos cuando les cuente en qué país vivió y piense si va a sentir vergüenza o si va sentir orgullo por haberse puesto en el lado correcto de la historia.
El matrimonio es una institución creada para preservar la especie, y, por tanto la sociedad. El matrimonio es entre un hombre y una mujer. La naturaleza nos lo enseña así, para que una especie se mantenga necesita de la reproducción, y la reproducción se da entre individuos diferenciados sexualmente, punto. Que luchen porque se les reconozcan derechos civiles, y que vivan juntos los homosexuales ya es una cosa muy diferente. Pero no pueden aspirar al derecho de matrimonio, porque sería forzar lo que naturalmente no es así. Es como si yo pidiera el derecho a lactar… ¿puedo? no, porque no soy mujer. Puedo tener las mejores intenciones, y los más nobles sentimientos (como salvarle la vida a un niño en condición de desnutrición), pero simplemente no puedo hacerlo porque no tengo glándulas mamarias y senos. Punto, así de fácil. No pidan lo imposible. Y no subestimen la inteligencia de la gente, comparando el acceso al matrimonio (que viene naturalmente condicionado), con derechos de tipo económico para los cuales solo se necesita el factor objetivo del dinero y que no tienen que ver con lo biológico, racial o sexual (como arrendar una casa o comprar un carro).
Matrimonio y reproducción son dos temas completamente diferentes.
Para muchas personas puede ser una noticia, pero uno puede ocurrir sin el otro y viceversa, exactamente que en el sentido contrario.
Excelente el aporte, no tengo nada en contra de las personas del mismo sexo que quieren vivir juntos, pero el matrimonio fue creado para que un hombre y una mujer unieran sus vidas y procrearan
De verdad q es muy diferente la reproducción q el matrimonio no todos los seres deben casarse para reproducirse y mantener la especie, pq más bien antes de hablar pendejadas no nos ponemos a controlar la tasa de Natalidad q hay eso si es un problema ya q en estratos bajos se ven madres solteras hasta con 5 muchachos sin nada q comer hay te dejo uno de los tantos problemas q tiene tu aporte a la REPRODUCCIÓN
Excelente Artículo Elizabeth; el hecho de que los «implacables dueños de la verdad» no den lugar a algo más que su posición, no significa que los demás tengamos que rendirnos a su «súper acertada posición», más temprano que tarde se verá ése cambio legislativo y ‘aquellos’ que vayan a flagelarse mientras ‘éstos’ viven.
A LA vida hay que hacerle frente como es, no como uno desearía que fuera. Muchos homosexuales desearían que el mundo los aceptara tal como son —simplemente como personas— sin tener en cuenta el que escojan a varones o mujeres como compañeros de alcoba. Pero la pura verdad es que, por lo general, el mundo no acepta plenamente a una persona de la que se sabe que es homosexual. Los homosexuales quizás consideren esto injusto o discriminatorio. Pero la mayoría de las personas no se sienten atraídas al modo de vivir homosexual. Si cualquiera está implicado o está comenzando a implicarse en ese modo de vivir, ése es un punto necesario que debe tener presente. El punto de vista que la mayoría de la gente tiene acerca de la homosexualidad creará problemas reales para este individuo.
El punto de vista bíblico… ¿es severo?
Todos hallan hoy día que les es difícil conseguir felicidad y un grado de seguridad. Pero, según lo muestran los relatos de la vida de tantos homosexuales, el derrotero de ellos es aun más incierto y, de hecho, contraproducente. Compare las confesiones de ellos mismos con las declaraciones que hizo el apóstol Pablo concerniente a la homosexualidad: “Dios los ha abandonado a pasiones degradantes . . . y [están] experimentando en sus propias personas la pena inevitable de lo que han hecho.” (Rom. 1:26, 27, An American Translation) ¿No manifiestan las confesiones de los que realmente han sido homosexuales por mucho tiempo y los resultados que se ven en su propio derrotero de vida la veracidad de estas palabras de la Biblia? ¿No conduce dicho proceder a una “pena inevitable” de frustración y desesperanza? Sí… según los homosexuales.
Por lo tanto, no es sorprendente que la Biblia diga que la homosexualidad es ‘degradante’ y “que los que practican tales cosas son merecedores de muerte.” (Rom. 1:32) Por supuesto, depende de Dios y de su Hijo glorificado el llevar a cabo cualquier pena de muerte al tiempo debido.—2 Tes. 1:6-10.
“Pero, ¿no es esto severo de parte de Dios?” preguntan algunas personas. Después de todo, si una persona es homosexual no tiene más remedio, ¿verdad? Es cierto que muchos opinan que un cambio es casi imposible y por eso quizás concluyan que Dios es demasiado rígido con los homosexuales. Quizás argumenten que una persona “nace homosexual” y afirmen que hay una inclinación genética hacia esa práctica. Pero si ése fuera el caso, ¿por qué es que algunos individuos son homosexuales solo parte de su vida, quizás en su años postreros? Si la homosexualidad fuera heredada, ¿no sería evidente durante toda la vida y seguiría con ellos? Eso parece lógico. Así es que algo aparte de la herencia tendría que figurar como la causa de sus acciones homosexuales.
Un estudio sugiere que los hombres homosexuales tienden a tener menos de la hormona masculina testosterona en su sangre y menos esperma que los hombres heterosexuales. Sin embargo, aun si esto fuera cierto, es válido el punto que se presenta en The New England Journal of Medicine: ¿Son homosexuales los hombres debido a la falta de la testosterona? ¿O pierden los hombres la testosterona una vez que se convierten en homosexuales? Eso no se puede determinar positivamente.
Algunos defensores de la homosexualidad argumentan que hay que considerar normal la práctica puesto que, según dicen ellos, se encuentra hasta en el mundo animal. Por ejemplo, se ha observado a monos machos montando a otros monos machos. Por supuesto, el solo hecho de que los animales participen de ciertas prácticas no significa que los seres humanos deberían usar eso como una excusa para imitarlos, ¿verdad? Pero, ¿realmente indica la abundancia de la evidencia reunida que los animales son homosexuales? No. La edición de 1974 de la Encyclopædia Britannica dice: “Sin embargo, esta gran cantidad de información no puede resolver el punto en cuestión en cuanto a si cualquiera de estos animales es un homosexual. No se conoce de animales adultos aparte de los seres humanos que prefieran tener cópula orgásmica con regularidad con su propio sexo.”
Otros han dicho que la falta de un padre fuerte que guíe a la familia contribuye a la homosexualidad. No se puede negar que idealmente un niño debería tener un ejemplo varonil del cual modelar su vida. (Efe. 6:1-4) Sin embargo, si hubiera varios niños en una familia que no tuvieran padre, ¿no deberían convertirse todos en homosexuales si ésa fuera la única causa del problema? Sin embargo, eso raramente sucede. Muchos muchachos han sido criados con falta de estrecha dirección paterna y sin embargo no se entregaron a la homosexualidad.
Virtualmente hay acuerdo entre los expertos sobre este punto: se desconoce la causa exacta de la homosexualidad. Sin duda es una combinación de factores que hace que una persona se vuelva de las normales relaciones heterosexuales y las homosexuales. Sin embargo, en el último análisis hay otro hecho que se debe tener en mente: Los homosexuales han escogido su modo de vivir. Darrel Johnson, un director de la revista Gay-Vue indica que éste es el caso:
“Evidentemente la persona tiene el potencial de amoldarse a cualquiera o a todas las varias modalidades sexuales. Siendo esto cierto, a la larga finalmente la persona se decide por una preferencia.”
Warren Blumenfeld, coordinador del Centro nacional de Estudiantes ‘Gay,’ hasta compara la elección entre “modalidades sexuales” a comprar un automóvil; él dice: ‘A una persona le gusta un Cadillac y a otra le gusta un auto deportivo.’
Las personas son “gay,” entonces, porque eso es lo que quieren. Como dice la Biblia, está “en conformidad con los deseos de sus corazones.” Por lo tanto, la condenación bíblica de esta práctica está justificada cuando dice que los homosexuales, tanto los varones como las mujeres, reciben “en sí mismos la recompensa completa, que se les debía por su error”; ellos “no herederán el reino de Dios.”—Rom. 1:24-27; 1 Cor. 6:9, 10.
Por lógica se desprende que los homosexuales pueden cambiar si verdaderamente quieren hacerlo, ¿no es así? La Biblia tiene razón cuando se refiere a algunos que participaron en esas prácticas durante el primer siglo y dice: “Eso es lo que algunos de ustedes eran. Mas ustedes han sido lavados.”—1 Cor. 6:11.
Encuentre la vida verdadera
¿Es usted un miembro de la comunidad homosexual? ¿Puede decir usted honradamente que ha hallado satisfacción y realización en ese modo de vivir? Miles de homosexuales han aprendido a las duras que la “vida ‘gay’” no es “alegre.” Su derrotero, dice el homosexual William Carroll, “puede conducir al cinismo, a la desesperación y hasta al suicidio.” ¿Por qué permitir que eso le suceda a usted? ¿Por qué no cambia su modo de proceder como lo hicieron los homosexuales del primer siglo y verdaderamente disfruta de la vida?
A todo individuo que verdaderamente esté deseoso de poner su vida moralmente en armonía con la voluntad de Dios y que quiera hallar felicidad verdadera, los publicadores de esta revista lo invitan a ponerse en comunicación con los testigos de Jehová. Ellos quieren ayudarlo a aprender cómo usted puede ‘tener vida y tenerla en abundancia.’—Juan 10:10.