Estudiantes con histeria

Es hora de tomar decisiones y apoyarnos entre todos para que no nos consuma la histeria, y tampoco abandonemos a aquellos que no pueden estudiar en calidad de condiciones.

Opina - Educación

2020-03-28

Estudiantes con histeria

Columnista:

José David Chalarca Suescum

 

En tiempos de ansiedad, miedo y desesperación, recurro a las letras para expresar un poco cómo se ha agravado la situación de un sector específico de la población en medio de esta crisis de salud pública. Un estado de incertidumbre que azota desde hace mucho y, que precisamente, se ha intensificado en este momento, y es menester visibilizar a las demás personas para evitar desinformación respecto al tema.  

En medio de esta crisis de salud y de calidad del aire, no es para menos resaltar el desespero de un sector que, al igual que muchos colombianos en general, ya sean trabajadores o empleadores, lleva varios meses con su propia lucha y, día tras día, está consumiéndolos como una enfermedad nerviosa. 

Desde hace varios meses, los estudiantes de las universidades públicas han soportado una suma de agravantes que les han impedido el desarrollo normal de sus actividades universitarias; pasando por una crisis de financiación, de autonomía universitaria y, finalmente, el recibimiento de clases virtuales que más que unirlos en este difícil momento, les ha generado frustraciones.

Sumado a esta nueva pandemia producida por el COVID-19, que los obliga a recibir clases virtuales y a intentar cargar con un semestre en vilo, es entendible que la desesperación se apodere de ellos en estos días grises que se observan en cada habitación. Y más, cuando las posibilidades de recibir una educación de calidad, se reducen sustancialmente cuando hay tantas personas que no están en condiciones de estudiar así, de manera virtual, y como quizás, muchos sí pueden. Lejos de victimizar una situación, es necesario visibilizársela a la población.

Además, hay que tener en cuenta que desde el Ministerio de Educación Nacional, no se ha ofrecido una solución efectiva para las personas que tienen dificultades de conexión o que no pueden hacer uso de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) para estudiar.

En la Directiva Ministerial que se expidió el pasado 22 de marzo, se limitan a brindar orientaciones o instrucciones a las instituciones de educación superior en el uso de las tecnologías para las clases virtuales. En el mismo sentido, la directiva plantea que cada una de estas genere estrategias y medidas con el fin de evitar la propagación del COVID-19, pero que se limitan solamente a relegar a las universidades la solución de dichas problemáticas de conexión; desconociendo que, hasta el momento, en las universidades públicas no se han logrado dar soluciones a dichas situaciones particulares de los estudiantes.

¿Qué se está olvidando? Situaciones como la salud mental de los estudiantes, sus dificultades económicas, sus imposibilidades de conexión y, que en estos momentos, la prioridad de muchos de ellos es sobrevivir y no estudiar, son solo algunos —y sin nombrar muchos más— de los impedimentos que obstaculizan la continuación del estudio para muchos estudiantes.

Aunque la aparición de esta nueva agravante de salud pública, no es culpa de nadie, es cierto que la medida de implementar clases virtuales nos ha dividido tanto a estudiantes, profesores y demás miembros de la comunidad universitaria respecto al futuro del semestre 2019-2.

Referente a las soluciones que se han planteado para la consecución de este confuso semestre, al menos por algunos sectores estudiantiles, están: por un lado, aquellos que buscan continuar el semestre de manera virtual y que tratan de no perder el ritmo de clases; utilizando las herramientas de red propuestas por las universidades. Es cierto que es una buena posibilidad de continuar y tratar de salvar las clases, sin embargo, con esta postura no se tiene en cuenta a los estudiantes que no tienen la posibilidad de acceder a las herramientas.

También, hay un sector que expresa la posibilidad de suspender el semestre, o incluso de cancelarlo, ante la imposibilidad de avanzar plenamente las clases debido a diversas situaciones externas que no permiten su desarrollo y dividen a los estudiantes. En esta posición se tiene en cuenta a los estudiantes con dificultades, pero nubla el panorama de aquellos que buscan acceder a las universidades públicas en el futuro. Exigiría recalendarización de los estudiantes actuales en pregrados y posgrados y, además, postergar los exámenes de admisión venideros.

Todas las posturas tienen algo de razón, sin embargo, el panorama es complejo y demanda la comprensión de todos. Sean estudiantes, trabajadores o empleadores. Se siguen esperando decisiones determinantes que impliquen la menor cantidad de consecuencias para todos. La salud mental de muchos está en juego. Además y, por otro lado, como decía Víctor Hugo: “Todas las situaciones críticas tienen un relámpago que nos ciega o nos ilumina”

Enfrentemos esta situación como una posibilidad de ‘iluminarnos’ frente a las situaciones particulares de los demás y comprender qué hay más allá. Es hora de tomar decisiones y apoyarnos entre todos para que no nos consuma la histeria, y tampoco abandonemos a aquellos que no pueden estudiar en calidad de condiciones.

 

Fotografía: cortesía de Hamed Mehrnik

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José David Chalarca Suescum
Soy un periodista en formación, amante de la literatura y el deporte, que ha tenido la posibilidad de publicar contenidos literarios y periodísticos en diversos medios de comunicación, y entre los que se destacan crónicas, entrevistas, reportajes y relatos de escritura creativa. Trabajo en Ángulo Deportivo como locutor en la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, en Medellín, en donde he realizado programas noticiosos, perfiles y crónicas. He sido colaborador de medios periodísticos como Acord, La Cola de Rata, Al Poniente, El Colombiano y De La Urbe. También me desempeñé como auxiliar de logística en la Casa de la Cultura Los Colores.