El «extremo centro» sí existe y Duque es su profeta

La declaración del presidente Duque despertó críticas, burlas y demás, poniendo en evidencia nuestra pobre formación política.

Infórmate - Política

2020-12-02

El «extremo centro» sí existe y Duque es su profeta

Columnista:

Daniel Mauricio Meléndez 

 

En Colombia, gente como Sergio Fajardo ha llevado a pensar que el «centro» consiste en hacer gestos cautos, conciliar y, básicamente, en una posición de no asumir posición. Nada más lejos de la realidad.

Todo hay que decirlo: cuando menos desde la teoría política, Duque tiene razón. El «extremo centro» o «centro radical» sí existe; no es eufemismo ni artimaña para evitar sentar posición, sino una propuesta política sólida y, para sorpresa de muchos, coherente y consecuente con los llamados «cinco pilares» del Centro Democrático.

La fragmentación ideológica en los partidos políticos ha sido una constante desde el fracaso del socialismo en 1989 y el colapso de la Unión Soviética en 1991. Desde entonces, los conservadores piden cambios y los liberales, regulaciones económicas. Se hace énfasis en propuestas, más que en ideas. Pero, ese «extremo centro» ya lo proponía Álvaro Gómez Hurtado en 1986, cuando se refería al conservatismo colombiano como una propuesta de «más compacta hacia el centro».

Erudito y estudioso de la teoría política, el líder conservador estaba al tanto de las tendencias en la base epistemológica de las ciencias políticas y las propuestas de Gómez Hurtado, siempre desde su posición democrática, eran consecuentes con lo que ya entonces se conoce como «centro radical». Pero ¿qué es?

Inicio y consolidación

Acuñado en 1969 por Renata Adler, columnista del diario The New Yorker, el «centro radical» fue redefiniéndose durante los años 80 y 90 entre sociólogos y politólogos de Estados Unidos hasta su consolidación actual como filosofía política, en cuatro lecturas introductorias: The Radical Center de Ted Halstead y Michael Lind (2001), The Two Percent Solution de Matthew Miller (2003), Independent Nation de John Avlon y The Radical Middle de Mark Ivor Satin (2004).

Y, siendo fieles a la verdad, los postulados del «extremo centro» son coherentes con Gómez Hurtado, de quien Duque fue discípulo en la Sergio Arboleda, del propio Iván Duque y las posiciones de algunos integrantes del Centro Democrático.

El «extremo centro» o «centro radical» toma la base del centro tradicional: más que idealismo y emotividad, las soluciones a los problemas de una sociedad requieren soluciones realistas y pragmáticas, haciendo un énfasis en decisiones basadas en economía de mercado como soluciones a los problemas sociales y, en teoría, una supervisión gubernamental del interés público.

En cuanto al enfoque de derechos, se orienta al principio de libertad (los derechos humanos de primera generación), mientras que las medidas de protección, defensa y garantías de derechos, desde el principio de igualdad, es muy leve. Hay medidas para garantizar los derechos de las minorías, sí, pero la mayoría quedan en el papel.

Qué es el «extremo centro» de Duque

De todos los matices del espectro político, el «centro radical» se nutre, en el manejo económico, de la socialdemocracia y el liberalismo social y, en la perspectiva social, de la democracia cristiana y los partidos de «tercera vía».

En términos más sencillos, su política económica consiste en regulación al mínimo posible del mercado, con incentivos y subsidios austeros, mientras que su política social y cultural parte de valores sociales cristianos tradicionales para garantizar los derechos de las minorías.

Esto describe perfectamente las medidas que ha tomado el Gobierno del presidente Duque y explica su posición en cuanto a los derechos humanos de segunda generación (derecho a la salud y educación, a una alimentación adecuada, al empleo y la vivienda, al agua y el medio ambiente).

En tiempos en que la política se ha personalizado y desideologizado, se le abona a Duque su apuesta por una ideología de partido. Solo que, como electorado, los colombianos somos más emotivistas que racionales y, debido a nuestra precaria formación y cultura política, quizás no estamos listos para esa discusión.

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Daniel Mauricio Meléndez Márquez
Psicólogo egresado de la U de A. Asesor político temático. Interés en psicología política. Maestrante de Educación en el Tecnológico de Antioquia. Trabajo con poblaciones vulnerables y gestión cultural.