Duzán no se equivoca en hacer la pregunta, sino al hacerla sobre la base de un chisme

Hay que reconocer eso sí, que Petro ha sido errático en la manera como le informa al país sobre su agenda pública. Pero también hay que decir que nunca, ningún presidente de la República resultó tan atacado y observado en su vida privada y pública como el actual mandatario.

Opina - Política

2023-11-07

Duzán no se equivoca en hacer la pregunta, sino al hacerla sobre la base de un chisme

Columnista:

Germán Ayala Osorio

 

La polémica y para muchos insultante “carta abierta” que la periodista María Jimena Duzán escribió y publicó, y en la que insinúa que el presidente Gustavo Petro sufre de una adicción y en la que lo invita a que lo reconozca públicamente, constituye un equívoco periodístico y una pieza de manipulación política y mediática que confluye en lo que el mismo presidente de la República viene denunciando: la configuración en su contra de un golpe de Estado blando.

La respuesta que el presidente Petro dio en referencia a la adicción que se le endilgó, de manera lacónica, con algo de humor, pero con total contundencia reconoció ser adicto a tomar café en las mañanas.

Duzán no se equivoca en hacerse la pregunta, el yerro se configura cuando el interrogante lo plantea sobre la base de un chisme o de un comentario que muy seguramente le escuchó a alguien; o del que supo de oídas. Los periodistas estamos para hacer preguntas incómodas y estas suelen hacerse durante una entrevista, una rueda de prensa o en cualquier otro momento y de manera directa a la persona.

 

Apelar a la “carta abierta” debería de ser el último recurso para indagar sobre un aspecto de interés político pues involucra al jefe del Estado, sobre el que recaen incontrastables responsabilidades sociales, políticas, culturales y económicas. Duzán pudo enviarle la misiva al mandatario y esperar su respuesta o un entendible silencio. Sobre ese posible mutismo, su polémica epístola habría tenido más legitimidad y sentido periodístico. Por tratarse de una periodista reconocida y respetada, muy seguramente el presidente Petro le habría invitado a una charla pública, para, en ese mismo escenario, despejar la duda-insinuación que tenía la columnista. Por lo anterior, la “carta abierta” publicada por Cambio parece un mandado político de la centro derecha (derecha vergonzante) de la que es cercana María Jimena Duzán.

Duzán debió analizar muy bien el impacto político y mediático que su misiva tendría. Aquí no hay asomo de ingenuidad en la periodista: ella sabía que daría un golpe de opinión y que su desobligante insinuación y señalamiento entraría a hacer parte de la narrativa del golpe blando. Duzán sabía que ya varios medios y periodistas intentaron en el inmediato pasado generar dudas morales y mentales sobre la capacidad del presidente de la República para gobernar. Si Duzán hubiera hecho un serio ejercicio de análisis periodístico y político, lo más probable es que hubiera desistido de escribir la “carta abierta” al presidente. Pero optó por jugársela por el impacto mediático, lo que deja claro un afán innecesario por figurar, ganar likes y entradas a ver la nota. Eso sí, su osada misiva le permitió desde ya ganar admiración en el espectro ideológico que muy seguramente le reclama que ese es su lugar como periodista. Es decir, Duzán estaría haciendo cálculos políticos de cara a las elecciones de 2026, cuyo ambiente electoral se viene caldeando desde el 7 de agosto de 2022.

Eso sí, y esto no es un reclamo exclusivo para Duzán, esa misma carta abierta debió escribirse, publicarse y dirigirse a expresidentes, vivos y muertos, preguntándole, por ejemplo, a Turbay Ayala, por la fama que tenía de bebedor y por los escándalos en la Casa de Nariño que en la época daban cuenta soldados de la Guardia Presidencial; otra al señor Pastrana sobre el que recaen señalamientos por pedofilia; y otra a Uribe, por su adicción al poder y a ver derramar sangre, gracias a su política de seguridad democrática que provocó que circularan “tanques de sangre” durante sus largos y aciagos años de gobierno.

Hay que reconocer eso sí, que Petro ha sido errático en la manera como le informa al país sobre su agenda pública. Pero también hay que decir que nunca, ningún presidente de la República resultó tan atacado y observado en su vida privada y pública como el actual mandatario. Era previsible que así ocurriera porque jamás gobernó un presidente de izquierda, en un país y una sociedad goda que siempre se presentó como faro moral, a pesar de la doble moral y vida que muchos de sus dirigentes llevaban. Esos mismos sectores godos y anacrónicos se opusieron y lo hacen aún al reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTBI, a pesar de tener dentro de sus miembros a homosexuales temerosos de salir del closet. Lo mismo sucede cuando se oponen a la despenalización del aborto, cuando esa práctica la realizan en clínicas, con el respaldo de amigos y gracias a sus influencias y poder político y económico. Para terminar, hay que señalar que en las grandes ligas del poder político y de la farándula, se sopla de lo lindo. No somos ángeles y María Jimena Duzán, tampoco lo es.

 

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Germán Ayala Osorio
Docente Universitario. Comunicador Social y Politólogo. Doctor en Regiones Sostenibles de la Universidad Autónoma de Occidente.