Dejemos de comer cuento

Opina - Medios

2017-05-02

Dejemos de comer cuento

Las personas revisan sus redes sociales varias veces al día para leer las noticias del momento; esto puede ser un reto para los periodistas que tienen que actualizar cualquier noticia apenas ocurra algo nuevo, entiendo que es un trabajo agotador, pero, con tantas cosas que están sucediendo en todas partes, es muy extraño que se queden sin algo para publicar, entonces, ¿por qué estos medios quieren dedicarse a redactar noticias que no tienen ningún tipo de interés? no es que vaya a cambiar tu vida el artículo sobre si Kendall Jenner piensa que es más Jenner que Kardashian, o si alguien en el país más lejos del mundo miente sobre su vida en Instagram.

El mundo se está cayendo a pedazos, cada día ocurre un nuevo atentado o deslizamiento, en Venezuela Maduro no quiere dimitir de su cargo y tampoco afronta las consecuencias de todas las muertes que ha causado en las marchas de los últimos días y, mientras todo esto pasa, los encargados de mantenernos informados y contar la verdad de los hechos se enfocan en redactar noticias superfluas, pero tampoco nadie se queja, nadie pide respuestas, son pocas las personas que logran sacar a la luz pública una parte de la verdad entre todo ese mar de oscuridad e ignorancia que nos quieren vender.

No tengo problema en ver otro tipo de noticias, no se puede ser tan pesimista en la vida, pero no es necesario llegar al punto de escribir una noticia sobre un fan sin oficio que se tatuó algo en el trasero por una apuesta, nadie conoce a esa persona, no es algo que si no lo sabes cambie tu vida para siempre, o te vaya a enseñar algo nuevo, hay que tener prioridades en las noticias, sobre todo en una red social como Twitter, en la cual las personas son un poco más interesantes que en otras redes sociales, como Facebook. Si solo fuera una noticia de este tipo en todo el día, pero no, hay tantas que comienzo a pensar, ¿para esto estudiaron esas personas? Estar 5 años en la universidad para terminar escribiendo sobre las fotos con más likes en Instagram o si van a despedir a una presentadora en un canal de televisión.

La situación está en que absorben todo este tipo de hechos sin sentido, y dejan a un lado lo que en verdad quieren saber las personas; por ejemplo, no se ha vuelto a saber en qué quedó el caso de la niña Samboní, dos meses de indignación por parte de las personas, pero apenas llega la temporada de fútbol y reinados se les olvida todo. Los medios de comunicación publican las noticias dependiendo de cómo se mueva la agenda mediática y las conexiones políticas que tienen, prefieren dejar todas esas noticias a un lado para no perder ese dinero extra que les dan por hablar bonito de un candidato, un partido político o para que las personas olviden que el hijo de una familia pudiente de Colombia mató a una niña.

Otro caso es Sarita, una niña de tres años, se la quitaron a la mamá porque la maltrataba, se la dieron a la madrina, y terminó muriendo por desnutrición, golpes y violación ¿en donde estaba el ICBF? Parece que les entregaran a los niños a cualquier persona que vaya pasando por la calle, ¿nunca le hicieron visitas a la niña para saber de su estado? Son tantas las preguntas que nadie puede responder porque todos se lavan las manos, y los medios que tienen el poder de obtener esas respuestas y esclarecer las cosas, lo pasan de largo para no poner en duda lo que se la pasan haciendo los encargados de proteger a estos niños y no tener problemas con el gobierno.

Imagen cortesía de: MIRA Jerez

Hay que tener en cuenta que no todos los casos salen en las noticias, porque la mayoría piensa que si no sale en tv no es importante, si cierta productora de televisión no lo anuncia en realidad no sucede. La vida va más allá de lo que pasan en el noticiero del mediodía, hay historias que nunca son contadas, violadores que no son atrapados y otros que son dejados en libertad porque nadan en dinero y pueden comprar los testigos que quieran y aprovecharse del sufrimiento de las familias sin recursos para pagar un buen abogado, que terminan aceptando el perdón monetario que le ofrezcan para olvidar lo sucedido y que no se vuelva hablar del tema en ningún lugar.

Pasa el tiempo y no se vuelve a pensar en esa niña o en esa mujer que en un momento apareció en los encabezados de los noticieros nacionales, en las personas oprimidas por un dictador al que le hablan los pajaritos, que reparte panes y penes y se cree un gran mariposon porque se le acercan las mariposas.

Dejemos de comer cuento, que cuando nos quieran meter los dedos en la boca sepamos responder con una mordedura para que los medios acepten que el pueblo tiene voz, así, quizás las cosas puedan cambiar y nos digan la verdad.

 

Wendy Alvarado