Confieso: ¡soy adicto!

Pese a que hoy se hace una televisión y cine plagados de avances tecnológicos y se cuenta con un buen porcentaje de guiones arriesgados, la esencia y el encanto de las producciones ochenteras, bajo mi parcializado juicio, no han podido ser clonados.

Opina - Sociedad

2019-04-10

Confieso: ¡soy adicto!

Mi adicción no tiene cura, los intentos de rehabilitación fracasaron uno tras otro, ya me desahuciaron y creo que cuando llegue la parca, engrosare gustoso esa honorosa estadística de mortales nostálgicos y apasionados por los ochenta.

Con 50 a cuestas, no hay placer mayor para mí que escuchar todo ese vademécum de canciones ochenteras, algo empalagosas, romanticonas, de letras sublimes, surgidas todas de la inspiración de verdaderos poetas del amor, principalmente estadounidenses y latinos.

Artistas por montones surgieron en el panorama musical de los ochenta, una década prolífica que parió grandes estrellas, que aún hoy, resplandecen en medio del surgir vertiginoso de nuevos y controvertidos géneros musicales, de avasalladores ídolos prefabricados que seducen, con descaro e impudor, a las nuevas y poco románticas generaciones.

El cine y la televisión también contribuyeron en gran manera a que los ochentas sean considerados como la década dorada, por fortuna, con la llegada de los noventa, también se vivió una réplica interesante en todos los ámbitos.

Otra de mis pasiones, en este medio siglo de vida, lo constituye ver nuevamente esas series, telenovelas y películas representativas de los ochenta y noventa; la lista es amplia y pese a que hoy se hace una televisión y cine plagados de avances tecnológicos y se cuenta con un buen porcentaje de guiones arriesgados, la esencia y el encanto de las producciones ochenteras, bajo mi parcializado juicio, no han podido ser clonados.

Sigo perdidamente enamorado de Linda Carter, mi eterno amor platónico, por siempre mi única “wonder woman”, y aunque no puedo negar que Gal Gadot , como decimos en Colombia, es un ¡lempo de mujer!, me es imposible ser infiel…

Estuve contagiado de “menuditis aguda”, ¡cónchale vale chico¡ me vi “Cristal”, y una estela de icónicas telenovelas venezolanas y mexicanas que paralizaron países. Sigo siendo fan de Yuri, repito con la misma expectativa “V, la batalla final”, me sigo gozando cual aquel adolescente tímido, prospecto criollo de nerd: “Porky’s”, “Back to the Future”, “Poltergeist”, “E.T”, “Indiana Jones”, por mencionar unas pocas…

Incluso en mis momentos aciagos o cuando soy presa del estrés de este nuevo siglo, encuentro en la música de los ochenta un antídoto muy eficaz; canciones de Madonna, Phil Collins, Lionel Richie, Tina Turner, Cyndi Lauper, Billy Joel, Elton John, Laura Branigan, New Kids on the Block, logran mágicamente transportarme a través del tiempo, reviviendo momentos y recuerdos especiales de mi existencia, como en una catarsis restauradora.

No podría dejar de lado todo ese espléndido repertorio musical del grupo Niche, ni tampoco ignorar las canciones de la inglesita Janeth, esas mismas que aquella tierna novia del copete Alf, me dedicó con genuino y puro amor, convirtiéndola en una persona inolvidable, y a la artista en otra de mis obligadas favoritas.

Y ni hablar de la moda ochentera, moría por los blazers estilo “Miami Vice” y las pintas de Jerry Rivera, el llamado “cara de niño”, hasta trate de imitar la leónica cabellera de José Luis Rodríguez “El Puma”.

No sé a ciencia cierta si sea algo patológico vivir empedernidamente apegado a la nostalgia de esa maravillosa década ochentera y también a la de los noventa, pero la verdad, poco me interesa entrar a discernirlo, simplemente: ¡amo los ochenta!

 

Foto cortesía de: Glup Glup

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Javier Hernando Santamaría
Comunicador Social -Periodista, critico de TV, argumentista y bloguero de Farándula y Critica TV Un vistazo desenfadado, pero serio al acontecer de la TV latina, como también de la realidad nacional desde la perspectiva de un simple mortal que anhela una mejor Colombia Desde 1998 junto al director Julio Luzardo coordinamos el portal magazine Enrodaje.net y Cine Colombiano Colaborador en varios portales web.