Colombia y su ignorancia sobre las drogas: una necesidad de reconocimiento y aprendizaje

El presidente de la República firmó un decreto en donde autoriza el decomiso de la dosis mínima. ¿Pero es esta la política antidrogas que necesita el país?

Opina - Sociedad

2018-10-02

Colombia y su ignorancia sobre las drogas: una necesidad de reconocimiento y aprendizaje

El decreto que propuso el gobierno nacional en el que faculta a la policía para incautar y destruir la dosis mínima en Colombia ha generado mucha polémica. Este decreto es una cortina de humo en aras de conseguir aprobación popular. Si bien en teoría parece que se están tomando medidas contundentes contra el narcotráfico, en realidad esta medida puede constituirse como un impulso para las economías ilegales que se lucran con el negocio de las drogas.

La sociedad colombiana siempre ha visto las drogas como un tabú. Por esta razón se ha construido alrededor de estas una suerte de mitología dominada ante todo por el prejuicio y la ignorancia. A pesar de que en Colombia las drogas son parte importante de nuestra realidad, pues trastoca todas las esferas de la sociedad, el ciudadano colombiano no ha aprendido de las drogas.

En este artículo me propongo hacer un breve repaso de algunos de los interrogantes alrededor de las drogas a la luz del texto de Antonio Escohotado: Aprendiendo de las drogas.

¿Qué son a ciencia cierta las drogas?

Para entender las drogas es necesario saber a ciencia cierta qué son este tipo de sustancias. Antonio Escohotado en su libro Aprendiendo de las drogas, las define como toda aquella sustancia que al ser ingerida tiene un efecto sobre nuestro estado de ánimo, y que además, son compuestos químicos muy variados que pueden tener efectos muy distintos en el cuerpo. Por esta razón a la hora de hablar de estas sustancias hay que especificar de cuál de ellas se habla para no caer en generalizaciones absurdas.

Tenemos por ejemplo que el alcohol, aunque legal, es una droga de carácter depresor, mientras que la cafeína o la cocaína propician en el cuerpo el efecto contrario, por eso es preciso cuidarse a la hora de meterlas a todas en el mismo saco.

Adicción, dependencia y vicio

Un asunto muy polémico es el de si las drogas generan o no adicción. Es común escuchar expresiones peyorativas en torno a los consumidores como “vicioso” o “enfermo”. Con frecuencia se confunden los conceptos de adicción, vicio y dependencia por lo que considero necesario dedicar unas líneas a este asunto.

Para empezar, en primer lugar debemos definir el término adicción. La adicción es un mecanismo que tienen las especies, no solo los seres humanos, para realizar una conducta que encuentran provechosa, de ahí que una persona pueda ser adicta al sexo, a los juegos de cartas, a los videojuegos e incluso al teléfono celular.

En segundo lugar, debemos hablar sobre los vicios, que son según Lysander Spooner, “aquellos actos por los cuales un hombre se daña a sí mismo a sus bienes. Son meramente las equivocaciones cometidas por un hombre en la búsqueda de su propia felicidad.”, es decir que llamamos vicios a aquellas adicciones que consideramos socialmente dañinas por lo que a su vez hay “vicios que consideramos menos dañinos que otros”.

Por último, es preciso entender el término dependencia. Este es un estado mucho más complejo que la adicción, debido a que se produce una vez el cuerpo ha cambiado su metabolismo, y desarrolla una dependencia química que se manifiesta con una sintomatología muy específica, y que dependiendo de la sustancia empleada, puede ir desde dolores de cabeza hasta dolores de espalda, mareos, ansiedad e incluso vómitos. Estos síntomas se conocen como síndrome de abstinencia y desaparecen cuando se administra la sustancia deseada.

La creencia popular nos dice que una persona, una vez consume, queda esclavizada eternamente a la sustancia. Sin embargo, que ese alguien desarrolle una dependencia, obedece a la sustancia, la cantidad administrada y la frecuencia con la que el sujeto la administre.

Así tenemos que, en el caso del opio, una droga altamente adictiva, se llega a una situación de dependencia si el sujeto se administra tres gramos diarios por dos o tres meses, si se tratase de opio de alta pureza, mientras que la cocaína según un estudio realizado en 1928, puede producir una dependencia muy grave si se consume un cuarto de gramo diario durante cuatro semanas.

Una vez se entiende esto hay que decir que, según Escohotado, todas las drogas producen adicción. La denominación de “vicioso” o dependiente de drogas dependerá de otros factores. Hay que agregar además que no todos los consumidores logran desarrollar dependencia debido a que sus patrones de consumo son irregulares, es decir que no consumen drogas a diario.

Por lo que criminalizar las drogas y ligarla a la delincuencia es un análisis apresurado. No todos los consumidores pueden considerarse “viciosos” o delincuentes. No llamamos delincuentes a quienes pasan a diario en un casino, a no ser que agreda la integridad de alguien más. En este orden de ideas, puede haber drogo dependientes que al no incurrir en conductas delictivas como robar o matar, no entran dentro de la categoría de criminal.

¿Sirve la prohibición en la lucha contra las drogas?

Las drogas han acompañado a la humanidad desde el nacimiento mismo de la civilización, esta larga relación nos ha dejado como enseñanza que cada vez que se da una prohibición, esta suele salirse de las manos de los gobiernos y se convierte en un grave problema de salud pública.

Durante los años veinte se intentó acabar con el consumo de alcohol en Estados Unidos, ya que lo ligaban al grupo poblacional de los migrantes irlandeses. El resultado de la prohibición fue un rotundo fracaso.

Según un análisis hecho por la universidad de Albany en este periodo de tiempo, al perder las autoridades el poder para regular la calidad del producto, las muertes por bebidas en mal estado aumentaron 400%. Además el número de crímenes sancionados aumentó un 561%, la cifra de reclusos un 366% y el gasto en centros penales derivados de los factores anteriores un 1.000%.

En Rusia, en el siglo XIX, el café se consideró una droga dañina y su uso se castigó incluso con la tortura. La prohibición de esta hacía que los consumidores clandestinos ingirieran incluso litros de esta bebida.

Por otro lado, hay casos en que ciertas drogas han sido legalizadas con resultados satisfactorios, como en el caso de Holanda, donde drogas blandas como la marihuana son legales. En Holanda el número de consumidores de drogas, según un artículo de la BBC, está hoy por debajo de la media europea, es decir que en este país se consume menos, aunque sean legales.

Usos culturales

La cantidad de sustancias ofrece efectos variados sobre el cuerpo, por lo que es de esperar que existan para estas, distintos usos que están ligados a la cultura. El opio y algunos de sus derivados como la morfina o la codeína pueden tener usos terapéuticos, al punto de que muchos fármacos que hoy se encuentran en venta, están emparentados o derivan de esta sustancia ilícita.

Podemos encontrar que algunas drogas son predilectas para el uso recreativo, como la marihuana, la cocaína o el éxtasis; así mismo existen drogas que se emplean para usos religiosos o rituales como la ayahuasca. Estos distintos usos no pueden ser visibilizados muchas veces, por casos de grupos determinados de individuos que usan sustancias psicoactivas con fines delictivos.

El derecho debe juzgar las acciones de los individuos y no criminalizar sustancias que tienen múltiples fines.

Conclusión

A pesar de nuestra cercanía con la producción y el consumo de las drogas, nuestro país aún es muy ignorante en lo que se refiere a ellas. Son necesarios planes serios de educación en materia de drogas. Colombia debe aprender de estas si quiere superar los desafíos que presentan a diario.

Nuestros ciudadanos deben tener herramientas para no tragar entero ante cortinas de humo como el decreto antes mencionado. Esta es una medida que solo busca aprobación para el gobierno. El decreto no ofrece una salida de fondo al problema de las drogas, por el contrario, podría agravarlo si nos guiamos por la experiencia en materia de prohibición.

 

Foto cortesía de: 360 Radio

( 2 ) Comentarios

  1. Cada día mas llegamos al atraso, serán los gobiernos con leyes de carácter populista que lo que hacen es ayudar más con la segregación hacia las personas consumidoras habituales que consiguen su producto de una manera honesta (trabajando) si sigue este pueblo bajo la sombra de la ignorancia personas como yo NUNCA saldrán del flagelo de la droga y viviremos siempre bajo la sombra.

  2. Buen artículo, y me atrevo a decir que la mentalidad de caso todos los que juegan a los adictos tienen otros vicios tan o más sensurables.
    El silencio ante las drogas desde su aparición como problema social permitió su auge.

Responder a Gladys Ferro Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Johnatan Cabria
Profesional en lingüística y literatura. Lector de economía