Colombia: crisis climática y tenencia de la tierra (I)

En Colombia la tierra nunca ha sido vista como fuente de riqueza, sino como fuente de poder y cómo veremos, con el transcurso del siglo XX solo mutaron los detonantes y actores, pero no lo hicieron las causas de la problemática de tierras, porque nunca se han abordado realmente. El feudalismo hoy está más vivo que nunca.

Infórmate - Ambiente

2022-04-01

Colombia: crisis climática y tenencia de la tierra (I)

Columnista:

César Augusto Guapacha Ospina

 

¿Qué relación existe entre tenencia de la tierra y la crisis climática? ¿Puede la distribución de la tierra ayudar a la mitigación de la crisis climática? A simple vista, parecen temas que, a decir por su composición y desarrollo histórico, tienen conexiones meramente coyunturales. No obstante, al observar la relación de estos temas desde una perspectiva ambiental, con el agravante clave de la crisis climática, estas relaciones se tornan mucho más intrínsecas y complejas que una simple mirada superficial. Esta columna será la primera de una serie, dedicadas exclusivamente a analizar desde la concepción de la problemática ambiental, la relación existente entre tenencia de la tierra y la crisis climática, pasando las posibles variables que directa e indirectamente inciden en el comportamiento de los fenómenos y su evolución.

Soy consciente de que este tema es muy extenso y, por lo tanto, no podría desarrollar completamente las ideas en algunas columnas, tampoco podría abarcar un análisis profundo sobre cada una de las variables que quisiera traer a esta discusión, de manera que la finalidad de esta serie de escritos es acercar al lector en el entendimiento de las relaciones que existe entre variables ambientales y sociales en un contexto de crisis climática y ayudar a formar puntos de vista respecto al principal riesgo de la humanidad en el siglo XXI: la crisis climática.

Para hablar de problemática, es necesario establecer ciertos parámetros que condensan un desarrollo histórico, político, social, actoral en un espectro espacio-temporo-social, como denominamos en ciencias complejas, para comprender las condiciones actuales del territorio. Es un proceso de largo aliento y de difícil desarrollo, incluso para quienes estudian las ciencias ambientales; no hay una única receta en las ciencias complejas, por ende, la linealidad no hace parte de estas discusiones.

De esta manera, existe una génesis, un punto de partida para abarcar la problemática desde sus inicios. En este punto en particular es importante hacer una salvedad acerca de la génesis: la delimita el investigador con base a sus requerimientos conceptuales, es decir, puede ser tan extensa en el tiempo como el origen de la vida misma, así que es fundamental evaluar el punto de partida, para este caso en particular, la tenencia de la tierra en el siglo XX y su relación con la crisis climática en Colombia.

El profesor Absalón Machado en su texto Ensayos para la historia de la política de tierras en Colombia, esboza lucidamente el recorrido histórico del problema de la tenencia de la tierra en Colombia desde la colonia hasta la creación del frente nacional. Esta pieza invaluable es fundamental en el proceso de análisis desde el punto de vista histórico-cultural y político-administrativo en la evolución de la tenencia de la tierra en el país. En ese sentido, la génesis bajo este contexto se establecerá en la década de los años 30 en Colombia. En aquel tiempo, los expresidentes liberales Enrique Olaya Herrera y Alfonso López Pumarejo fueron los primeros en abordar el tema agrario y tenencia de la tierra como un problema de orden nacional desde un enfoque político y social.

Colombia sufrió los efectos de la Gran Depresión de 1929, lo cual afectó directamente las condiciones laborales, sociales y económicas del país, así como las dinámicas poblacionales y las crecientes tensiones sociales por la tenencia de la tierra entre campesinos y terratenientes; una de las causas principales de la expedición de la Ley 200 de 1936. Esta ley pretendía democratizar la tenencia de la tierra al recalcar su función social, no obstante, desde antaño se evidencia la intervención de los efectos, no de las causas estructurales de las problemáticas. Por ende, esta ley tuvo un efecto regresivo respecto a su finalidad y, en cambio, profundizó dichas causas al no abordar temas esenciales con apuestas a futuro.

Esta ley fue un punto de inflexión en la historia agraria de Colombia, debido a que sentó las bases de la forma legal de constitución y tenencia de predios rurales en el país, la cual con los años se convirtió en combustible para posteriores tensiones y conflictos de magnitudes superlativas, al punto de ser una de las causas estructurales del conflicto armado colombiano y generar un efecto contrario respecto a la función de la propiedad privada; paradójicamente, la Ley 200 terminó por fortalecer el modelo de grandes extensiones de tierra en manos de pocos. Tristemente, en Colombia la tierra nunca ha sido vista como fuente de riqueza, sino como fuente de poder y cómo veremos, con el transcurso del siglo XX solo mutaron los detonantes y actores, pero no lo hicieron las causas de la problemática de tierras, porque nunca se han abordado realmente. El feudalismo hoy está más vivo que nunca.

Mientras todo esto transcurría en el país, de forma paralela, se consolidaba y crecía a gran ritmo un modelo de desarrollo basado en combustibles fósiles; la segunda parte de la ecuación que abordaré en las siguientes columnas. Este modelo tendrá efectos decisivos sobre las decisiones y condiciones de Colombia en el transcurso del siglo pasado en materia de gestión de tierras, fundamentalmente después de la Constitución de 1991. Así pues, esta historia de relación entre tierras y crisis climática continuará…

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César Augusto Guapacha Ospina
Administrador Ambiental. Integrante Panel Radial Ambiente al Aire UTP Pereira. Apasionado por las ciencias ambientales, la política y la economía.