A mis amigos uribistas

Opina - Sociedad

2017-08-14

A mis amigos uribistas

Tengo un exclusivo círculo virtual de amigos uribistas espléndido. Unos más que otro pero buenas personas sí son. Sin ser uribista, o mejor, habiendo renunciado a serlo hace mucho, la simpatía con ellos marca una diferencia abismal frente a lo que puede llegar a ser remotamente la química con un santista (a propósito, ¿hay algún “santista” en esta nación?).

No siendo definitivamente uribista, me declaro abiertamente antisantista. Ciertamente empato con algunas posturas uribistas pero, disto profundamente de aquellas recalcitrantes, porfiadas, intensas, extremas cuasi…fundamentalistas; mórbidas, “obscenas”. En fin. Las aborrezco.

Pero, desde este noble balcón que generosamente me habilita un medio pluralista como ninguno, como en efecto lo es Con la Oreja Roja , quiero intentar siquiera en algo, de manera respetuosa ante todo, trazar la posibilidad de que los valientes uribistas se desarmen; enfríen sus ímpetus, descansen de su armadura y su muchas veces, bizarro ánimo hostil; y de insufrible fervor mesiánico.

Lo he dicho en redes más de una vez, de las diferentes manifestaciones existentes de fanatismo, el religioso y el político, me parecen los más funestos.

Hay uribistas de uribistas, pero por supuesto; me cautivan enormemente los reflexivos, serenos, objetivos. Racionales. Pero aquella horda que no haya dónde ni cómo allanar espacios para sembrar la discordia e incendiarlo todo, obrando resignada, feroz y ciegamente en honor a una bandera o a un falso mesías, me resulta supremamente urticante. Muy lesiva.

El propósito de estas líneas no es otro distinto a llamarlos amablemente a desembarazarse de tanta presión, de tanta tensión y resentimiento acumulado; buscar hallar en algunos espacios de disertación, reivindicación y conciliación nacional, no disensos anquilosados muchas veces en ficciones sino consensos serios, tangibles, que estoy seguro, perfectamente pueden existir.

Desenterrar esos ánimos indulgentes, detectar y recibir del otro esa intención pacífica de armonizar y diseminar perdón y tolerancia. Creyendo. Apostándole a que entre otras, aquél que ayer pudo haber “voleado plomo ventiao’” pueda hoy no querer volver a hacerlo jamás; y qué más allá de diabólicas u odiosas concesiones gubernamentales, ese pistolero quiera hoy reivindicarse con ese mismo pueblo que ayer incineraba.

Nada fácil será, pero, si a los subversivos que durante tantos años incendiaron el país, no se les da la oportunidad de aplicar lo que están predicando, jamás pasaremos del fuego a las cenizas. Y solamente silenciados los fusiles, podrá el tiempo llevárselas lejos.

Esto no es un convite a creer en Santos, de ninguna manera (jamás lo haría); o en algún grupo guerrillero en particular, sino, en darle la opción “al otro”, de demostrar que puede llegar a ser algo más que un vulgar terrorista.

Los uribistas como cualquier otro colombiano tienen todas las razones para desconfiar en este gobierno; todas. Y en los farianos y elenos pero, a aquellos furibundos les digo, no olviden que su “patriarca” muy seguramente de augusto no lo tiene todo; jamás.

Blandan la espada con la entereza y el cuidado suficiente para no hacerse daño a sí mismos con su filosa hoja. O mejor aún, guarden el florete y solamente empuñen el broquel. Es muy probable que muchos de sus adversarios, anhelando tiempos de paz, marchen desprovistos de toda panoplia.

Tiempos de paz, propulsores de cambio, al parecer, quieren ver rezagada y ya extinta, una fratricida e inmunda guerra; no funjan de justicieros y estrellas de un heroísmo trasnochado.

Los potentes ojos de la historia y el infalible brazo del pueblo, serán los únicos que ajusticien a los mendaces y oportunistas.

 

 

Fernando Carrillo V.
Abogado del la U. Libre de Colombia, nacido en Bogotá, amante de las letras, siervo del diccionario y discípulo de la palabra bien hilvanada, coherente e impactante. Lector asiduo y explorador nato. En mi Haber literario reposan sendas publicaciones en periódicos de consagrado renombre y participaciones exitosas en concursos de micro relatos a nivel internacional. En la actualidad soy asesor jurídico independiente y consultor en materia gramatical y de redacción, en la composición de tesis, y elaboración de documentos investigativos y textos en general.