A veces contemplo el miedo de los uribistas porque Colombia enfrente en el futuro la situación actual de Venezuela. ¿Podríamos nosotros terminar en una dictadura parecida a la de nuestros vecinos? Pero entonces me pongo a pensar quién sería ese Dictador socialista que venga a someternos al régimen de Chavez y Fidel.
Ya Santos no fue, porque se despide de su mandato con un Nobel, el Partido de las FARC creado y el escepticismo de los colombianos a su mandato por la paz. ¿Entonces quién lo sucederá en esta tarea?
Traslado este análisis a un candidato que no ha llamado mucho la atención, pero que puede ser la carta de esta estrategia conspiradora con la que tanto miedo siembran Álvaro Uribe y sus copartidarios. ¿Será Humberto De La Calle el revoltoso disfrazado que viene a sembrar la gran revolución socialista en Colombia?
Miremos los hechos. Humberto De La Calle fue parte del ejecutivo y del sistema judicial. Además es académico de carrera. Se puede considerar que proviene de universidad pública, de donde provienen los revoltosos que con tanta desidia descalifica la derecha, ya que es abogado de la Universidad de Caldas.
Revisemos la historia reciente. De La Calle lideró y coordinó la redacción de la Carta Democrática de la OEA. Según la BBC: “El documento establece cuáles son los elementos esenciales de la democracia representativa, como el respeto a los derechos humanos, la separación e independencia de los poderes públicos y la libertad de expresión.” Este documento fue redactado bajo la coordinación de De La Calle, en sus funciones como embajador ante la OEA a inicios de este siglo.
Un momento, ¿Pero Almagro (Secretario de la OEA) no pidió a la Asamblea general de la OEA aplicar Carta Democrática a Venezuela? ¿Cómo un potencial dictador que quiere venir a obligarnos a volvernos socialistas puede defender la independencia de poderes, la libertad de expresión y los derechos humanos? Seguro para los uribistas que lo señalan de Castro-Chavistas, De La Calle no redactó bien este documento cuando lo lideró.
Miremos por otro lado, seguro De La Calle se volvió bien amigo de las FARC allá en Cuba. Seguro se la pasaban echando parqués y tirándose la plata de las caletas en yates y lujos. Pero se viene a mi recuerdo otro episodio.
Humberto De La Calle fue vicepresidente de Ernesto Samper, el del Proceso 8000. Esta vicepresidencia la ocupó dos años y renunció tras el manto de dudas sobre la infiltración de dineros del narcotráfico a la campaña.
Es el único político en Colombia, que sin precedente o sucesor, ha renunciado al poder en aras de la legitimidad y el respeto por la institución. ¿Si no acepto dineros del Cártel de Cali se podría deducir que no aceptará patrocinio sucio proveniente de las actividades narcotraficantes de las FARC?
Pero seguro Humberto De La Calle si viene con toda intención a reformar nuestra constitución y volverla un librito de bolsillo, como la de Venezuela. Aunque él liderará e hiciera parte fundamental de la Asamblea Nacional Constituyente, donde cumplió las funciones de Delegado del Gobierno, bajo la figura de lo que hoy conocemos como el Ministro del Interior.
Todo este resumen demuestra que Humberto De La Calle cuenta con la experiencia y la visión que pocos hombres en Colombia reúnen para defender nuestra institucionalidad en estos momentos de cambio. Su paciencia y habilidad para entenderse con el contrincante, que ha demostrado liderando numerosos procesos cruciales de nuestra historia contemporánea, demuestran su gallardía y el merecimiento para liderar la reconciliación en Colombia.
Comparto la opinión de un amigo periodista, que hasta hace poco se desempeñaba como editor político en un importante medio regional: “Lo correcto es que Don Humberto fuera nombrado presidente por decreto, pero como respeta tanto la democracia, los colombianos tenemos el deber moral de llevarlo a la Casa de Nariño a que reconcilie toda la polarización política y la visión de extremos que destroza nuestro país”.
Colombia merece un presidente decente. Un estadista, un reconciliador. No hay otro candidato con mejores credenciales que las de Humberto De La Calle.
