Jamás me habría imaginado a mí mismo en una situación en donde tomo la defensa de una congresista del Centro Democrático: un partido que se encuentra en profunda oposición a todos mis ideales políticos, mi definición de democracia, y mi visión del futuro del país. Desde mi perspectiva, y la de muchos otros colombianos, las ideas que representa Paloma Valencia como alfil del uribismo le causan daños profundos al país de forma constante que se deben combatir de forma organizada. Sin embargo, algo que no tolero es la utilización del puño machista para este fin.
Hoy en día, los ‘memes’ en las redes sociales se han convertido en un espacio de participación política importante. Analizar la reacción del público en la esfera digital ante comentarios políticos, sobre acontecimientos de interés público, y personajes famosos en general, se han convertido una gran herramienta para entender el tipo de ideas que se movilizan en el día a día. A través de un ‘meme’, es posible entender la ideología y la forma de ver el mundo de quien lo comparte de una forma simple y directa.
El pasado fin de semana se llevó a cabo la segunda convención nacional del Centro Democrático. Como era de esperarse, muchos personajes importantes dentro de ese partido hicieron declaraciones que dan miedo: Fernando Londoño rasgó una hoja de papel por la mitad mientras explicaba que esto mismo pasaría con los acuerdos de paz una vez el uribismo retornara al poder, el ex procurador Ordóñez aseguró que Colombia estaba ‘un paso delante de Venezuela’, que ‘Las FARC nos está cogobernando’ y que, ‘a diferencia de Venezuela, acá no hay Congreso’.
Estos posicionamientos radicales y dogmáticos pasaron casi que de forma desapercibida en los medios de comunicación y en las redes sociales. Sin embargo, la forma en la que Paloma Valencia expresó su mensaje cuando fue su turno en la convención, fue objeto de burlas en las redes sociales, el más afamado de ellos siendo una comparación de su discurso con el de ‘la Loca de los Gatos’ de los Simpson.
En la actualidad política, así como en la historia política de nuestro país, el discurso ‘gritado’ ha sido utilizado por una gran cantidad de personajes influyentes (todos varones, sobra decir) y se les critica por muchas cosas: populistas, insensatos, hipócritas, entre otros. Locos, jamás. ¿Por qué cuando una mujer alza la voz, o actúa de una forma decidida se le denomina automáticamente como ‘loca’, ‘histérica’ o ‘gritona’?
En realidad, el tildar a la mujer con estas denominaciones es una práctica muy común en nuestra sociedad machista. Al ser los hombres los únicos con derecho a levantar la voz o mostrar agresividad al hablar sin ser tildados como ‘locos’, se asegura la predominancia de la dominación masculina. En todos lados, hay un entendimiento implícito de que ‘el hombre es racional, la mujer es histérica’, que debe ser deconstruido de forma urgente.
Imagen cortesía de: Plaza Capital
El hombre que intenta callar a su pareja mujer denominándola como ‘loca’, está jugando sucio. Que estemos utilizando este mismo argumento para aplastar a personajes políticos con nuestras expectativas sobre la forma en la que se deben comportar las mujeres, en lugar de combatir sus ideas, solo demuestra lo poco que se ha progresado el pais en términos de igualdad de género.
No es la primera vez que a mujeres influyentes colombianas se les critique y se les burle en las redes sociales por no actuar ‘como deberían actuar las mujeres’: sumisas, compuestas, discretas, pasivas. A Claudia López, una luchadora insaciable por el bien del país en el congreso, y a María Paulina Baena, una periodista innovadora encargada de presentar ‘La Pulla’, también se les tacha constantemente como ‘locas’, ‘histéricas’, o ‘gritonas’.
Hay muchas razones para criticar y burlarse de Paloma Valencia: sus ideas pertenecen a siglos pasados y la inconsistencia ideológica del uribismo sobra para hacer un millón de memes. ¡Que la normatividad ligada al género no sea una de ellas!
