Uribe, el ajedrecista

Gracias a los movimientos de ajedrecista de Uribe, la responsabilidad del proceso por el que lo acusan, cayó sobre el fiscal coordinador de la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia, Gabriel Roberto Jaimes Durán —qué casualidad— cercano y amigo entrañable del exprocurador Alejando Ordóñez y hoy embajador de Iván Duque, ante la OEA.

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2021-03-12

Uribe, el ajedrecista

Columnista:

Daniel Alexander Montoya Castrillón

 

El expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez, demostró una vez más –ante su proceso que se le sigue por presunta manipulación de testigos– que lo suyo no solo es reducir al Estado colombiano a un simple y miope juego de ajedrez, sino también fijar de peones a terceros para que estos a su vez le sirvan de escudo protector. 

Todo empezó en el año 2014, en medio de un acalorado debate de control político —en las instalaciones del Congreso de la República— entre el senador Iván Cepeda, por el Polo Democrático y el entonces senador y líder Álvaro Uribe Vélez, por el partido Centro Democrático. 

Cepeda, en ese debate sostuvo que «Uribe tuvo contacto directo con personas que estaban en el paramilitarismo (…) Salvatore Mancuso (exjefe de las Auc) dijo que en el 2001, en una cumbre de Autodefensas, se tomó la decisión de respaldar en todos los frentes y bloques a Álvaro Uribe y sus candidatos»

También, dentro de las pruebas que presentó el senador, reposaban los testimonios de Juan Guillermo Monsalve y Pablo Hernán Sierra; dos exparamilitares que integraron el Bloque Metro de las Autodefensas y que señalaban a Álvaro Uribe Vélez de crear junto con su hermano Santiago Uribe Vélez en una de sus haciendas, Las Guacharacas, ese grupo al margen de la ley.

Pues bien, el expresidente no dudó en interponer una denuncia penal en la Corte Suprema de Justicia en contra del senador Cepeda, aduciendo que el senador abusaba del cargo y que, además, estaba recolectando testimonios de exparamilitares en las cárceles colombianas ofreciéndoles beneficios a cambio de incriminarlo a él (Uribe) con las Autodefensa Unidas de Colombia (AUC).

Sin embargo, cuatro años después, esto es en el 2018, para sorpresa de pocos y algo certero para muchos, la Corte Suprema de Justicia encontró que quien estaba recaudando falsos testimonios era el expresidente Uribe y no el senador Cepeda. 

Mientras eso sucedía, el foco de atención del país, por ese año, se encaminaba a las elecciones presidenciales, en donde resultó como ganador el candidato del expresidente Uribe, Iván Duque, con más de diez millones trescientos mil votos. La votación, según dicen, más alta que haya registrado la historia de Colombia. 

No en vano, el joven mandatario dentro de su gabinete integró a Francisco Roberto Barbosa Delgado —un reconocido académico y jurista colombiano, egresado de la Universidad Sergio Arboleda, la misma institución de donde se formaría su amigo, Iván Duque— en donde se desempeñó como consejero presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales. 

Aunque lo anterior era tan solo un promisorio comienzo de Barbosa. Poco tiempo después, Iván Duque lo ternaría para ocupar la jefatura de la Fiscalía General de la Nación, órgano que por su naturaleza y de acuerdo con nuestra constitución le compete investigar y acusar a los presuntos infractores de la ley ante un juez de la república. Desde entonces, Barbosa se convirtió en el amo y señor de esa institución.

Mientras tanto, la sala de instrucción de la Corte Suprema de Justicia imponía detención domiciliaria al expresidente y para entonces senador Uribe Vélez por «posibles riesgos de obstrucción a la administración de justicia». No obstante, Uribe, días más tarde dirimía a su curul en el Senado, a pesar de que tiempo atrás había asegurado: «Nunca he eludido a la Corte Suprema para que ahora inventen que la renuncia al Senado es para quitarle la competencia».

Así las cosas, la CSJ perdía la competencia y por ende, el proceso pasaría a la justicia ordinaria; esto es a la Fiscalía General de la Nación.

Aunque los movimientos aún no cesaban ahí. El proceso recaería sobre el fiscal coordinador de la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia, Gabriel Roberto Jaimes Durán —y qué casualidad— cercano y amigo entrañable del exprocurador Alejando Ordóñez y hoy embajador de Iván Duque, ante la OEA.

Pues bien, esta semana el mismo Jaimes Durán solicitó audiencia de preclusión; es decir, que se dé por terminado el caso del expresidente y exsenador Uribe Vélez, para así quizás salvaguardar al Rey.

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Daniel Alexander Montoya Castrillón
Manizales, Caldas. Estudiante de Sociología de la Universidad de Caldas.