Un acto criminal con dividendos políticos perversos

Existen en el país sectores muy interesados en aprovecharse de este hecho para obtener dividendos políticos perversos.

Opina - Conflicto

2019-01-18

Un acto criminal con dividendos políticos perversos

No se cómo se pueda calificar el atentado con carro bomba perpetrado en la Escuela de Policía General Santander. No porque él no tenga un nombre común y corriente en nuestro medio, secularmente violento. No porque él no sea un hecho más dentro de la infame historia de la violencia de nuestro país.

No porque él sea un hecho sorpresivo en un entorno de paz y armónica convivencia, que no lo es. No porque él haya generado las únicas muertes violentas de los últimos tiempos, en este país que ha registrado, a la fecha, más de doscientas muertes de líderes sociales, las mismas que no han dispuesto del llanto, la condena, ni el dolor con el que han contado los muertos de este caso.

No encuentro palabras para calificarlo, porque además de ser un acto siniestro y execrable, que nos causa vergüenza ante el concierto de las naciones latinoamericanas, me parece que él va a ser utilizado de manera infame y malvada por la cáfila de usufructuarios de todas las tragedias que han conmovido a nuestra sociedad.

En efecto, al momento de escribir estas líneas no se sabe todavía con alguna certeza quién o quiénes pudieron haber sido los autores mediatos del hecho.

Sin embargo, estoy seguro de que existen en el país sectores muy interesados en aprovecharse de él para obtener dividendos políticos perversos.

Estoy convencido de que hay varios “usuarios” que pueden resultar altamente beneficiados de la sangre inocente y vilmente derramada:

Unos son, a no dudarlo, los enemigos de los acuerdos de La Habana y el Teatro Colón, quienes querrán hacer coincidir las palabras, por demás justificadas, del llamado Iván Márquez con la nefanda ocurrencia. Me parece que los oigo atribuyéndoselo, no a las disidencias, sino a la organización misma, como una manifestación del fracaso del proceso de paz, que esos mismos enemigos han saboteado y tratado de hacer fracasar por todos los medios.

Pero, por ridículo y risible que sea, también es posible que la imputación de responsabilidad se haga caer sobre el enemigo público del momento, lo cual resulta muy conveniente.

Ese enemigo público es el gobierno del vecino país, prefabricado por los obsecuentes medios de comunicación, que en esta tragedia han demostrado una vez más no ser otra cosa que carroñeros que se hartan vergonzosamente de cadaverina.

Nada tendría de raro que se buscara la forma de vincular este doloroso hecho con el fabuloso “atentado” contra el presidente Mario (…neta)  que, supuestamente, habrían estado fraguando elementos relacionados con el gobierno de Venezuela.

Aunque es posible, además, que el ataque vil sea parte de una estrategia bien pensada por los amigos de la zozobra, los cultivadores del miedo, que necesitan argumentos para criminalizar cualquier asomo de protesta ciudadana en contra de un régimen inane e incapaz.

Ellos saben que el año que comienza va a estar signado por una multitud de cuestionamientos a la errática política económica, tributaria y social del régimen, razón por la cual es factible que se vayan a presentar múltiples momentos de confrontación ciudadana; y que la mejor manera de desarmar cualquier inconformidad y, de paso, legitimar medidas autoritarias y de fuerza de un régimen desprestigiado, es generando un ambiente de inestabilidad que haga indispensable la “mano firme y el corazón grande”.

Y, finalmente, conociendo como conocemos a las llamadas “fuerzas oscuras” que han operado y operan en este país, es perfectamente factible que este acto criminal y doloroso pueda estar dirigido a alcanzar a cabalidad los tres objetivos en un acto simultáneo.

Los que conocemos la Historia y la Política, no nos extrañamos de esa capacidad abominable de maquinación, por el contrario, sabemos muy bien de la insensibilidad y la impiedad que mueven los corazones de los protagonistas de las luchas por el poder, de ahí que no se pueda descartar ninguna hipótesis.

Y es por eso por lo que, como decía al principio, no encuentro palabras para calificarlo. Porque sería totalmente inicuo si él fuera el resultado nefando de semejantes o similares cálculos políticos.

La ciudadanía tiene que ponerse en guardia, para no dejarse convertir en idiota útil de intereses que pretenden entronizar de nuevo en nuestro medio los métodos y las medidas propias del fascismo ordinario. Hay que defender el derecho a la protesta, al cuestionamiento y a la manifestación, independientemente de que expresemos, con el corazón en la mano, toda nuestra solidaridad y toda nuestra condolencia a los padres y familiares de las víctimas de este infame atentado.

Adenda:

“La ciénaga de mendaces declaraciones de todo tipo, de engaños y de autoengaños, es capaz de tragar a cualquier lector deseoso de escudriñar este material […] El sigilo —que diplomáticamente se denomina “discreción”, así como los arcana imperii, los misterios del Gobierno— y el engaño, la deliberada falsedad y la pura mentira, utilizados como medios legítimos para el logro de fines políticos, nos han acompañado desde el comienzo de la Historia conocida. La sinceridad nunca ha figurado entre las virtudes políticas y las mentiras han sido siempre consideradas en los tratos políticos como medios justificables”.

H. Arendt, “La mentira en política”, en Crisis de la República, España, Taurus, 1999, p. 12.

( 8 ) Comentarios

  1. Mientras la sociedad busca protección de los actos terroristas, los que de el se benefician hacen de las suyas y aprovechando la incapacidad de analizar los hechos, logran el clímax del abuso y la perversidad.

  2. ReplyJose Nobles Hoyos

    Totalmente de acuerdo con uds. Hay que estar atentos. Ya conocemos la estrategia del miedo que ha puesto y siguen poniendo presidentes. Es una estrategia combinada de miedo y de ignorancia. Quieren acallar las legítimas protestas para evitar quedar al desnudo y de paso subir la aceptación de la marioneta. Por eso hay que estar atentos. No dejarnos desorientar.

  3. ReplyAlberto Alipio Rivera Fajardo

    el atentado tiene nombre propio la mafia narcoparapolitica de uribe velez y su centro demoniaco,no busquen mas y no nos seguiran engañando.

  4. Lo oscuro de la investigacion, liderada por el Salustiano de marras, sirve para refrendar su tesis. Hoy mas que nunca necesitan la guerra, el opositor: el mas adecuado los elenos, en principio uno de los periodistas alcanzo a insinuar a el Paisa, pero no llenaba el requisito. Maduro, hoy cuenta con la alianza de Chinos y Rusos, problema internacional y el del Uberrimo no sabe torear en esas plazas. Se inventan un Kamikaze mocho, que murio hace como tres o cuatro años, del cual tan solo quedo la mano izquierda , suficiente para identificarlo, y un audio desconocido que consiguieron minutos despues del atentado, pruebas fehacientes para acabar las conversaciones con el ELN.
    Como diria el aflautado expresidente Bien venido al futuro ……Guerrero.

  5. ReplyMaria elisa ramirez

    Asi es totalmente de acuerdo con su columna y cojeran chivos expiatorios y fabricaran pruebas pars condenarlos presisamente del fiscal que colombia no le cree nada y esta indicnada de que ocupe ese cargo

  6. Si el autor pretende llegar a todo tipo de personas y concientizar al pueblo debería utilizar un vocabulario más coloquial y mucho menos rebuscado. Lo que se quiere es abrir los ojos de la gente del común no llegar solamente a intelectuales y letrados.

  7. A propósito del calor del momento, resulta oportuna está reflexión. Es cierto que en Colombia, queines buscan sostener el actual estado de cosas carecen de corazones nobles; se debe estar alerta, el Estado puede ser el pero enemigo.

  8. ReplyArleison Arcos Rivas

    «La ciudadanía tiene que ponerse en guardia»; no como soldados al servicio de los guerreristas; sino como Búhos en la vigilancia por la incipiente paz que apenas empezábamos a disfrutar. ¡Esa es la que nos quieren robar, muérase quien se muera!

    muy acertada esta columna, apreciado Armando

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Armando López Upegui
Historiador, Abogado, Docente universitario y Maestro en Ciencia política.