Un paro no es una marcha

Está muy bien que se convoque y se insista en una movilización pacífica, pero eso sí, que ello no encubra una estrategia que lo que pretende es que protestemos como los poderosos quieren que protestemos.

Opina - Sociedad

2019-11-20

Un paro no es una marcha

Autor: Javier Aldana Holguín

 

Está claro que ya se ha desplegado toda una campaña anti-paro. Y esta campaña se explica porque el supuesto es alarmante: el paro nacional del #21N puede desatar una indignación popular tan grande que la capacidad de contención no sea suficiente para controlarla. Podríamos estar a días de asistir al paro más grande de la historia de Colombia. 

La campaña anti-paro ha recurrido a todo tipo de estrategias para bajarle la temperatura al descontento social. Se les ha dicho de todo tanto a los promotores del paro como a los que van a salir a las calles: desestabilizadores, anarquistas, violentos, vándalos, criminales, terroristas, entre otros calificativos.

Otros afirman con absoluta comodidad, desde sus posiciones de privilegio, que para qué protestar si no existen motivos, que todo está muy bien, que no hay que marchar por marchar, que para eso están los canales de participación y además existe el diálogo civilizado. 

Pero lo que más me ha llamado la atención es el significado que va tomando el paro en este momento tan convulso y turbulento a nivel latinoamericano. No es gratuito que sectores y personalidades tan variadas se vayan sumando al paro nacional insistiendo en que las movilizaciones se desarrollen de forma pacífica.

Además, el presidente Iván Duque y algunas centrales de trabajadores firmaron ya una declaración conjunta insistiendo en el carácter pacífico de la protesta. También voceros y representantes del Centro Democrático han venido bajándole el tono a sus declaraciones sobre el paro del #21N.

Creo que una marcha se presume pacífica, de lo contrario carecería de la pretensión de recoger una convocatoria amplia, diversa y participativa. El asunto entonces es preguntarse de qué estamos hablando cuando convocamos a un paro nacional: ¿una marcha o un paro?

Porque si el paro nacional del #21N se reduce a una marcha, entonces los cambios que podríamos lanzar aprovechando la indignación y el descontento social no se van a dar. ¿O es que acaso el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, derogó el decreto 883 porque los indígenas ecuatorianos hicieron desfiles de manera ordenada, obediente y pacífica? Por supuesto, esta no es una reflexión para hacer apología de la violencia, sino para dar claridad de la diferencia entre un paro y una marcha. 

Un paro no es una marcha. Un paro, si se quiere, se ajusta más a un mecanismo de solución de conflictos directo y unilateral que, aunque no esté reglado, puede alcanzar plena legitimidad social (por ejemplo, el paro cívico en Buenaventura en 2017).

Quiere decir que un paro es un bloqueo, una situación de interrupción del funcionamiento normal de la producción, del transporte, del comercio, de las actividades normales en las ciudades. Si se revisa la historia de las sociedades no es de otra manera que se han logrado las transformaciones profundas en ellas. 

Si realmente queremos empujar cambios desde abajo, y cambios profundos en el modelo social, en el régimen económico y jurídico, y en el cuerpo político del país, no se harán si no estamos dispuestos a ejecutar a fondo un verdadero paro nacional. O es que, para citar un ejemplo en caliente, ¿acaso en Chile los cambios que se están logrando no se han dado debido a un estallido social tan grande, tan radical, que ha hundido a toda la sociedad chilena en una crisis sin precedentes y ha amenazado de manera directa el dominio y los privilegios de las élites económicas y políticas?

Claro, está muy bien que se convoque y se insista en una movilización pacífica, pero eso sí, que ello no encubra una estrategia que lo que pretende es que protestemos como los poderosos quieren que protestemos, que elevemos las consignas que los privilegiados quieren escuchar, y que salgamos a los desfiles tan obedientes y calladitos para recibir luego aplausos y felicitaciones por nuestro buen comportamiento por parte de los mismos que tienen jodido a este país. 

Vamos con toda al paro nacional del #21N.

 

 

 

Foto cortesía de: Telesur

 

 

 

( 2 ) Comentarios

  1. El paro, en principio es contra las medidas que se adoptan,que se encuentran lesionando al conjunto de la sociedad. El ejecutivo, maneja un doble discurso, uno en la oralidad y otro en la práctica. En el ejecutivo existen dos tipos de tendencias, una tecnócrata y otra eminentemente política con sesgo hacía la defensa del poder económico, sobre la inequidad que se siente en la inmensa mayoría delos sectores ciudadanos. El paro en su escencia es la manifestación de defensa de la sociedad ante la implementación de medidas por parte de la institucionalidad, que amplian el malestar entre los ciudadanos. No se puede hablar de lucha contra la corrupción y gravar a la sociedad en las facturas de pago del servicio para cubrir los deficits de la corrupción.No es sano tampoco hablar de diplomacias y descubrir que los empoderados en el tema, plantean, labores encubiertas en países vecinos, para ampliar y visibilizar la crisis. No es sano tampoco hablar de una agenda de gobierno, con un discurso y una agenda distinta de los partidos de gobierno, en sus proyectos de ley, tampoco es sano, plantear una disposición a escuchar el clamor popular en la propuesta, decir que la misma no se va reprimir y ver en los días anteriores allanamientos y soportes de material terrorista, porque los allanados tienen pancartas, puntillas, pintura o arandelas… en donde se ha restringido la adquisición o la tenencia de esos elementos?… o en nuestra democracia usted es culpable y tiene que defenderse en principio?. No se restringe el derecho a la protesta, pero se hace uso del pie de fuerza, pero vemos al ejercito, paseándose, previo al paro por toda la ciudad. Esa interpretación de seguridad, ese carácter dual le plantea a la sociedad,desconfianza y envía la imagen de un gobierno sin autoridad y con dobleces en su acción.

  2. ReplyAlejandro Orozco Montes

    Hola, estoy totalmente de acuerdo con el titulo del artículo y con el desarrollo del mismo , sin embargo ,contradigo la conclusión final, en la que dice que cambios sociales no se logran sin un verdadero paro nacional. Hay un podcast de radio ambulante “ renuncia ya”, allí se relata como se logró la renuncia de el presidente y la vicepresidente de ese país por cargos serios de corrupción. Era una bomba de tiempo. Había un inconformismo latente, como lo describen en el podcast “ solo necesitaban que alguien diera un paso al frente” . 27 días en que la gente se ordenó para protestar y lograron su propósito. Será que no podemos lograrlo ? Será que no podemos joder los privilegios de las clases políticas protestando de manera pacífica? Será que esos artículos venenosos de empleo de jóvenes ,pensiones, impuestos y demás no se frenan al escuchar estas manifestaciones? .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Javier Aldana Holguín
Militante Movimiento Ecosocialista de Colombia.