Triste 2018

Los egos que históricamente han llevado al traste la posibilidad de ser una opción de poder se sigue presentando bajo el sofisma de tener el análisis “acertado” del momento político.

Opina - Política

2017-12-18

Triste 2018

Se acerca la contienda electoral de 2018, la disputa por la presidencia se calienta, la confrontación político – ideológica se agudiza polarizando aún más la sociedad colombiana, estos primeros Rounds están dedicados tanto en las izquierdas como en la derecha a ganar aliados que permitan llegar con la fuerza suficiente al 2018, esto lleva a un desconcierto generalizado en las calles colombianas, se presenta una sensación de no futuro, como si después de décadas de mala educación y analfabetismo político, el desconcierto llegará a su mayor punto y llevará a la gente a un sentimiento que fluctúa entre la desazón y la justa rabia.

Realmente el futuro de la patria está en juego, por un lado los oportunistas y mezquinos de siempre compran el nuevo traje, es decir el discurso de la anti – corrupción (con marcha incluida), se robaron los recursos del país durante toda la historia y ahora se rasgan las vestiduras intentando engañar a Juan Pueblo (y en ocasiones lo logran), la disputa entre el “santismo” y el “uribismo” se convierte bajo este crisol en una caricatura de “Un burro, hablando de orejas”.

En la idea de confundir más al pueblo, un partido político de derecha como el Partido de la U, diciendo a los medios de comunicación que el peligro es que la conducción del país vuelva a caer en la derecha, ¿cuándo ha salido de ahí?.

Se turnan los apellidos pero esta triste república bananera ha estado gobernada siempre por esa misma derecha mezquina, representada por el Partido Liberal, el Partido Conservador, ahora el Partido de la U, pretenden continuar con el Partido Cambio Radical o el Centro Democrático, es decir dentro de este grupo de oportunistas de siempre, se comparten conceptos de manejo económico, social, incluso políticos, pero algunos son más seguidores de la mano negra, de la motosierra y de la política de tierra arrasada que otros.

Del otro lado tenemos el espectro cada vez más heterogéneo de lo que llaman sectores democráticos, desde la centro derecha hasta sectores de izquierda intentan aglutinar fuerzas para tener una representación decente en las elecciones.

Imagen cortesía de: Semana.com

Los egos que históricamente han llevado al traste la posibilidad de ser una opción de poder se sigue presentando bajo el sofisma de tener el análisis “acertado” del momento político; este sector llega a un “autismo” que lo aleja de Juan Pueblo, por ahora solo se establecen lazos comunicantes con los más “parecidos”, así el “robledismo” puede llegar a acuerdos con el “lopizmo” de Claudia López, pero no con el de Clara López (con una fuerza electoral cada vez más debilitada y sacada a sombrerazos del Polo), o con el “fajardismo”, pero no con el “petrismo” (el mejor posicionado en encuestas), de esta manera se enrarece aún más la necesaria unidad para cambiar el rumbo del país.

Hay un descontento generalizado por lo que pasa en esta nuestra Colombia y particularmente en la “clase política”. Hay un cansancio por lo que representa la vieja forma de hacer política, es por esto que resulta necesario una unidad amplia que logre canalizar ese descontento y que logre trascender las protestas a propuestas políticas que reivindique la vida cotidiana de la ciudadanía.

Es un momento para que las voces alternativas cargadas de calle y campo irrumpan de manera irreverente ganando el pulso al mal gobierno, el llamado es a ser creativos, a la amplitud de ideas desde la diferencia, a no dejarnos vencer por el desasosiego y a construir esa Colombia que soñamos y merecemos.

 

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Andrés Paredes
Humanista, Indignado y Rebelde.